viernes, 21 de marzo de 2008

POR FIN UN CANDIDATO A LA PRESIDENCIA QUE PREFIERE JODER PROSTITUTAS EN LUGAR DE JODER EL PUEBLO ESTADOUNIDENSE"




Sexo y escándalos en nombre de la democracia, la libertad y los valores familiares

David Brooks
O los políticos tienen más sexo que todos los demás, o el sexo tiene más impacto político que todo lo demás.

Todo indicaba que la cúpula política había superado el escándalo sexual que le costó la gobernatura de Nueva York a Eliot Sptizer la semana pasada, al revelarse que él era el famoso “cliente número 9” que había gastado tal vez hasta 80 mil dólares en servicios de prostitutas, cuando hoy su recién instalado sustituto admitió que había tenido relaciones extramaritales con varias mujeres.

Menos de 24 horas después de la ceremonia en la que fue instalado como gobernador de Nueva York, David Paterson convocó a una conferencia de prensa en la que reveló que él, al igual que su esposa, habían tenido relaciones extramaritales, y dijo que divulgaba esto para que el asunto no provocara otra distracción, y para evitar intentos de chantaje.

“No he violado ninguna ley”, dijo, y afirmó que a fin de cuentas es un asunto estrictamente privado. Al comentar que su matrimonio había sufrido algunos problemas que subsecuentemente fueron resueltos, indicó que “de hecho, creo que tenemos un matrimonio como el de muchos estadunidenses, tal vez como el de muchos de ustedes”, dijo ante los medios.

Una vez más, los principales políticos del estado enfrentaron preguntas sobre el sexo y la política. Pero en contraste con Sptizer, casi todos los políticos expresaron que esto es un “asunto personal” y no tiene importancia para la vida pública.

No queda claro por qué en algunos casos las actividades sexuales de los políticos provocan renuncias y escándalos, y otras sólo demuestran problemas privados que deben ser respetados.

El escándalo de Spitzer, además de generar miles de fotos y reportajes sobre prostitución y chismes de las mujeres que hacen caer a políticos, también permitió que se reciclaran las noticias de escándalos recientes y hasta ofrecer nuevas versiones y detalles. Esta semana se dijo que el ex gobernador de Nueva Jersey Jim McGreevey –quien fue obligado a renunciar cuando confesó ser gay y que había mantenido relaciones con un hombre de su equipo de gobierno– había participado en un trío sexual con su esposa y su ex chofer.

La lista de políticos víctimas de su aparentemente exaltada libido sexual en tiempos recientes sigue creciendo. Cabe mencionar al ex senador conservador Larry Craig, quien fue descubierto en un baño del aeropuerto de Minneapolis buscando una aventura sexual con otros hombres; el representante federal conservador Mark Foley, descubierto en intercambios epistolares sexuales por Internet con becarios del Congreso menores de edad; los clientes de las sexoservidoras de la “madam de D.C,” incluyendo un alto funcionario del Departamento de Estado; y si uno desea buscar unos años mas atrás está el famoso incidente del asesor electoral de Bill Clinton (quien también prestó su sabiduría a la campaña de Felipe Calderón), Dick Morris, quien disfrutaba que una prostituta le chupara los dedos de sus pies mientras hablaba con su jefe por teléfono, o el ex líder de la Cámara, Newt Gingrich, quien mantuvo relaciones extramaritales con asesoras legislativas o, cómo olvidarlo, las aventuras de Clinton con Monica Lewinsky en la propia Casa Blanca.

Tantas crisis, tanto sexo, tantos escándalos, todos en nombre de la democracia, la libertad y los valores familiares.


Sexo inseguro: cercado, el gobernador de Nueva York presentó su renuncia

Es el protagonista de un escándalo de proporciones. Una escucha telefónica desnudó su condición de cliente de un servicio de prostitución vip. Le pagó 4.300 dólares a una morocha infernal. Tenía un discurso moralista que se hizo añicos como su carrera


Pasó lo que tenía que pasar: el gobernador del estado de Nueva York, Eliot Spitzer, anunció ayer su renuncia, a raíz del escándalo que lo vincula con la prostitución vip y que destruyó su carrera.
“Pido perdón sinceramente”, afirmó Spitzer en una declaración que leyó en rueda de prensa en su propio despacho y en compañía de su esposa.
“En el transcurso de mi vida pública he insistido que la gente, al margen de su posición y el poder que tengan, debe ser responsable por su conducta, por esta razón estoy renunciando al cargo de gobernador”, dijo este demócrata que no hizo más que manchar a su partido en plena carrera pre electoral de EEUU.
“Sé que como servidor público, yo y la gente maravillosa con la que he trabajado hemos logrado mucho. Es mucho lo que falta por hacer y no puedo permitir que mis fallas personales afecten mi trabajo y el interés del pueblo”, dijo.
La dimisión, que se efectivizará el lunes, es una consecuencia lógica y natural del escándalo sexual, con derivaciones políticas y judiciales, que derribó súbitamente la imagen de ese gobernador que tenía fama de líder y mostraba una conducta transparente.
Por su enfrentamiento público con poderosos ejecutivos de Wall Street, la
prensa lo había bautizado como “Sheriff de Wall Street” y “Eliot Ness”, esto últi-mo en alusión al jefe del legendario grupo antimafia Los intocables.
El escándalo fue destapado por el New York Times, al publicar que agentes federales habían grabado una conservación telefónica en la que Spitzer negociaba los servicios de una agraciada prostituta.
En la llamada el gobernador pidió que una meretriz de alto precio llamada Kristen, descripta como “morena, menudita y bonita”, viajará de Manhattan a Washington el 13 de febrero en el tren de las 17.39 para encontrarse en una habitación del hotel Mayflower en el que se había registrado con el nombre falso de George Fox.
Según documentos judiciales, un empleado del Emperors Club le dijo a Kristen que el Cliente 9 “pediría cosas que... tu podrías considerar que no son seguras” y ella respondió: “Tengo una manera de manejar eso... Yo le diría algo así como, escucha amigo, ¿quieres tener sexo o no?”. Por aquel encuentro ocasional, Spitzer pagó 4.300 dólares, algo así como una pequeña fortuna.
La investigación comenzó porque el FBI sospechó del comportamiento del mandatario por las continuas transferencias que hacía de sus diferentes cuentas bancarias que, en principio, se atribuyó a un mecanismo para ocultar coimas.
Esa fue la “punta del iceberg” puesto que finalmente salió a la luz que el gobernador había gastado más de 80.000 dólares para pagar los servicios de prostitutas de lujo a Emperors Club VIP.
Además de constituir una visible contradicción con la imagen pública de rectitud que Spitzer se había forjado, el traslado en tren de la prostituta entre las dos ciudades estadounidenses, podría constituir el delito federal de “tráfico de personas”.
En menos de 48 horas los comercios se inundaron con remeras, tazas y prendedores con su cara, acompañada de frases como "Gobernador Erecto", "Cliente número 9" y "Servidor púbico". Eliot Spitzer, defensor de la moral durante toda su carrera, renunció ayer tras reconocer que pagó a una prostituta.

HUMOR. Remeras con las leyendas "Sí, podemos; por US$ 4.300 el intento" y "No me culpen a mí, yo voté al cliente número 8".

Bastaron menos de 48 horas para que aparezcan las primeras camisetas, tazas y otros objetos con alusiones al último escándalo sexual que sacude a EE.UU. y que tiene por protagonista al gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, conocido por su defensa de la moral durante toda su carrera.

CafePress, especializada en la venta de objetos personalizados y de "merchandising", fue una de las páginas de Internet más rápidas en bromear con la vinculación de Spitzer con una red de prostitución de lujo, destapada hace dos días, y con su dimisión, anunciada hoy.

En esa página se pueden encontrar remeras con mensajes como "Gobernador Erecto", "No me culpen a mí, yo voté al cliente número 8" y "Emborrachate con Eliot, un tipo al que le gustan las fiestas".

Otro eslogan que se imprime en toda clase de objetos es el de "Nueva York es Spitzerific", un juego de palabras entre "terrific", estupendo, y el apellido del ex fiscal, al que se le conocía como el "Sheriff de Wall Street" o "Sr. Limpieza" por su persecución de la corrupción en su etapa de fiscal general del estado.

Sin embargo, y como cabía esperar, la mayor parte del "merchandising" que ha generado el escándalo que esta semana acapara las portadas de todos los diarios del estado tiene tintes políticos.

"Por fin un candidato a la presidencia que prefiere joder prostitutas en lugar de joder al pueblo estadounidense" o "Clinton and Spitzer, for a good time in '09" ("Clinton y Spitzer, para pasarlo bien en 2009", una rima fácil en inglés con la tipografía típica de un cartel de campaña), son algunos de los ejemplos.

La web Zazzel también ofrece camisetas, sudaderas y tazas relacionadas con el "Cliente 9", como se identifica en la investigación al aún gobernador, pues su dimisión será efectiva el 17 de marzo.

En ellas aparecen leyendas como "No solo soy el gobernador, también soy el cliente número 9" y "Client 9 for President. Ayuda a legalizar la prostitución", acompañan a objetos en los que no faltan las figuras pornográficas y las frases de Spitzer manipuladas.

Como suele ocurrir en estos casos, también se ha disparado la compra de direcciones de Internet relacionadas con el caso, como Client9.com, client-9.net, client-9.com, client69.com y Room871.com (en relación con el número de habitación donde supuestamente se citó con una de las prostitutas).

Fuente: EFE

Renunció el gobernador de Nueva York, cliente de una red de prostitución

13:55

Eliot Spitzer presentó su dimisión luego de protagonizar un escándalo de sexo. El FBI dio a conocer cómo había contratado a una señorita de un servicio VIP. "Los remordimientos me acompañarán siempre", dijo.

AFUERA. El gobernador deja su casa junto a su esposa tras presentar la dimisión. (EFE)

El gobernador de Nueva York, el demócrata Eliot Spitzer, presentó hoy su dimisión a ese cargo, dos días después de descubrirse sus vínculos con una red de prostitución de lujo y de negociar esa salida con la fiscalía general del estado.

"Los remordimientos me acompañarán siempre", dijo Spitzer en su comparecencia de hoy ante la prensa en Nueva York, en donde también dijo que no le quedaba más remedio que "aplicarse a sí mismo", los mismos criterios "de rectitud" y de "asunción de responsabilidad" que siempre pidió a los demás en su carrera política.

David Alexander Paterson, de 53 años y hasta ahora vicegobernador, asumirá el cargo de gobernador de Nueva York a partir del 17 de marzo, convirtiéndose así en el primer afroamericano que alcanza ese cargo en el estado y el cuarto en Estados Unidos.

Cayó el gobernador de Nueva York por el escándalo con las prostitutas

Es Eliot Spitzer. También abandonó la política. Era un luchador contra la venta de sexo, y con eso hizo su carrera. Pero se descubrió ahora que era cliente de un lujoso prostíbulo y pagaba fortunas por el servicio.

Por: Ana Barón
Fuente: WASHINGTON CORRESPONSAL

SALIDA. SPITZER Y SU MUJER, QUE LO ACOMPAÑO EN TODA ESTA CRISIS INCLUSO CUANDO ANUNCIO SU RENUNCIA.

Esta es la historia del cazador que terminó siendo cazado. Eliot Spitzer llegó a la gobernación de Nueva York como un campeón de la lucha contra la corrupción y la prostitución que había librado durante los ocho años que fue el Fiscal General de ese Estado. Tras haberse descubierto que era el cliente número 9 de una red de prostitución llamada Emperor's Club VIP, ayer Spitzer no sólo renunció a su cargo sino que también puso fin a su hasta ahora brillante carrera política.

"El remordimiento me acompañará siempre", afirmó el funcionario caído en una declaración que leyó en conferencia de prensa de prensa en su oficina de Nueva York acompañado por su esposa Silda, madre de sus tres hijas.

"En el transcurso de mi vida pública he insistido que la gente, al margen de su posición y el poder que tenga, debe ser responsable por su conducta, por esta razón estoy renunciando al cargo de gobernador", dijo.

Y añadió: "Sé que como servidor público, yo y la gente maravillosa con la que he trabajado hemos logrado mucho. Es mucho lo que falta por hacer y no puedo permitir que mis fallas personales afecten mi trabajo y el interés del pueblo".

Spitzer puso también fin a su carrera política cuando dijo: "Intentaré desde fuera de la política servir al interés común". Y agregó que "la mayor gloria no consiste en no caer, sino en levantarse cada vez que uno se cae".

El lunes asumirá en su reemplazo el vicegobernador David Paterson. Este hombre que además es ciego, será el primer gobernador afroamericano del Estado de Nueva York.

Tras dos días de silencio Paterson emitió un comunidad en el que señala que Eliot y Silda Spitzer son "amigos cercanos", y remarcó que durante su mandato, el dimitido gobernador "siempre trabajó mucho en favor del público de Nueva York".

"Me siento cercano a él y su familia en estos difíciles y dolorosos momentos", señaló agregando sin embargo que "es el momento de que Albany (capital del estado de Nueva York y sede de la Asamblea Legislativa) vuelva a trabajar tal como se espera de nosotros".

La hipocresía de Spitzer ha dañado aun más la credibilidad de los políticos estadounidenses y ha sido blanco de todo tipo de bromas. De hecho, ayer ya se vendían por Internet todo tipo de remeras, tazas y otros objetos con alusiones al escándalo. Algunas remeras dicen "Gobernador Erecto", otras "Free Love Gov"; "I love client 9"; "Nueva York es Spitzerific", un juego de palabras entre "terrific", estupendo, y el apellido del ex fiscal.

Hay también muchas alusiones de tipo político: "Por fin un candidato a la presidencia que prefiere co... prostitutas en lugar de co... al pueblo estadounidense" o "Cliente número 9, candidato a presidente, ayuda a legalizar la prostitución".

Lo cierto es que los más sorprendidos por la caída de Spitzer son quienes vienen luchando no a favor de la prostitución sino en su contra. Cuando era fiscal, el renunciado gobernador fue uno de sus principales aliados. Con un fervor notable persiguió y arrestó a miembros de todo tipo de redes de prostitución, pero uno de los casos en los que Spitzer más se esmeró fue uno que sucedió en 2004.

Se trató de una red de sexo para turistas en Queens, uno de los suburbios de la ciudad de Nueva York. Fue durante la investigación de ese caso, que Spitzer decidió que para combatir mejor la prostitución sería mejor atacar por el lado de la demanda, es decir por el lado de los hombres que buscan relaciones de ese tipo.

El dirigente explicaba en ese momento a quienes querían oírlo que se trataba de un problema de oferta y de demanda y que si uno podía disminuir la demanda penalizando a los clientes de las redes de prostitución, disminuiría por consecuencia la oferta. Fue así que cuando llego a la gobernación de Nueva York promovió y luego transformó en ley un proyecto para penalizar duramente a los "clientes 9" que hay en este mundo.

Irónicamente uno de los elementos centrales de esta ley son su previsiones contra el tráfico del sexo. De hecho en los Estados Unidos no es un delito tener sexo con una prostituta. Lo que está severamente penado es el tráfico de sexo de un estado al otro, es decir justamente el delito que cometió sorprendentemente Spitzer. Estando en Washington, Spitzer pidió que una de las prostitutas viajara desde Nueva York. El pago por el viaje y los servicios llegó a 5.000 dólares.

Otro escándalo sexual en EE.UU.: el fin de la carrera de Spitzer

Jaqueado, dimitió el gobernador de Nueva York

Su segundo conducirá el estado hasta 2012

NUEVA YORK.- En medio del escarnio público, el gobernador del estado de Nueva York, Eliot Spitzer, renunció ayer a su cargo y pidió disculpas a la ciudadanía por el escándalo de sexo y política que sacudió a Estados Unidos esta semana.

Hasta el lunes pasado, cuando la prensa dio a conocer que había contratado los servicios de una prostituta, Spitzer era una de las figuras más prometedoras del Partido Demócrata.

"A lo largo de mi vida pública he insistido, y creo que correctamente, en que las personas, independientemente de su posición o poder, asuman las responsabilidades por su conducta. No puedo ni debo pedir menos de mí mismo. Por esa razón renuncio al puesto de gobernador", dijo Spitzer en una breve declaración que leyó desde su oficina en Manhattan.

Estaba acompañado por su esposa, Silda, de rostro visiblemente agotado por la tensión de los últimos días.

El lunes, el diario The New York Times reveló que, el 13 de febrero pasado, Spitzer, de 48 años y padre de tres hijas adolescentes, había contratado los servicios de una empresa de acompañantes sexuales, Emperors Club VIP para que le enviaran una prostituta de Nueva York a Washington, para pasar la noche con él.

De acuerdo con los documentos y grabaciones telefónicas que son parte de la investigación, en la cual el gobernador aparece mencionado como "cliente 9", Spitzer pagó a la mujer de 24 años, "Kristen", 1000 dólares la hora más los gastos del viaje y del lujoso hotel donde se alojó, el Mayflower.

"Pido perdón sinceramente. No puedo permitir que mis fallas privadas interrumpan el trabajo", resaltó, al anunciar que el vicegobernador, David Paterson, negro y no vidente, asumirá su cargo el próximo lunes.

Paterson se convertirá en el primer afroamericano que gobierne este estado, el tercero entre los más grandes del país, y en el primer gobernador ciego de Estados Unidos.

Educado en Princeton y Harvard, Spitzer tuvo una meteórica carrera política. Primero como fiscal general del estado de Nueva York, donde cosechó fama de implacable contra el crimen financiero, lo que le ganó el apodo del "sheriff de Wall Street", y contra los abusos contra trabajadores inmigrantes.

Como gobernador, cargo al que accedió en noviembre de 2006 luego de una histórica victoria con el 69% de los votos, había hecho de la defensa de la integridad y la moral uno de sus estandartes. Eso le ganó gran popularidad entre la población, que lo bautizó "Señor Limpio" en su cruzada por cambiar el estilo político en Albany, la capital estatal.

Hasta esta semana, su proyección política era enorme. Se había rumoreado incluso que podría acompañar a la senadora neoyorquina Hillary Clinton como candidato a vicepresidente si ella conseguía ganar la nominación del partido.

Ahora, la renuncia de Spitzer le resta un voto a Clinton para la Convención Nacional Demócrata, ya que como gobernador era uno de los 769 superdelegados con derecho a voto, y, hace mucho, había anunciado públicamente su respaldo a la ex primera dama.

Ahora, en cambio, según una encuesta de NBC, el 70% de los neoyorquinos quería que Spitzer dimitiera.

Además, podría enfrentar cargos por delitos federales. Si bien rara vez los clientes de las redes de prostitución son procesados, en su caso podría ser llevado a juicio, ya que el haber hecho que una prostituta viajara de un estado a otro puede ser considerado tráfico humano.

Un panorama complicado

Además, existe la posibilidad de que sea acusado por ocultamiento de fondos por haber realizado sofisticadas maniobras financieras para que no fuera descubierto el fin y el origen del dinero que utilizó para pagar por el servicio de acompañantes. Fue justamente el desvío de grandes sumas lo que despertó las sospechas del FBI, que pensó que Spitzer trataba de esconder coimas.

De acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, Spitzer habría gastado más de 80.000 dólares en prostitutas en los últimos diez años. Llegó a contratar a una mujer para que viajase de Nueva York a Miami dos veces.

Desde el lunes, cuando estalló el escándalo, se especulaba que el gobernador estaba negociando un acuerdo con las autoridades judiciales para no terminar tras las rejas, pero ayer la fiscalía rechazó tal escenario.

"No hay ningún acuerdo entre esta oficina y el gobernador Eliot Spitzer relacionado con su renuncia o con algún otro asunto", declaró el fiscal Michael García, del Distrito Sur de Nueva York.

Presionado por la oposición republicana en la Legislatura estatal, cuya bancada había amenazado con someterlo a juicio político si no renunciaba, a Spitzer no le quedó otra escapatoria, aunque su propia esposa lo había exhortado a no abandonar el cargo, lo que representa un estrepitoso final para su carrera política.

En tanto, su sucesor, Paterson, tiene fama de ser una persona sencilla. Es un demócrata liberal que tiene buenas relaciones con sus rivales republicanos.

Descripto por sus allegados como franco y afable, su personalidad contrasta con la de Spitzer, más agresivo y combativo. Paterson, quien cumplirá la función de gobernador hasta la conclusión del mandato, en 2010, padeció de niño una infección que le hizo perder la vista en un ojo y afectó severamente la visión del otro.

Estudió luego historia y derecho en Nueva York, antes de trabajar en la oficina del fiscal de Queens.