lunes, 24 de marzo de 2008

SOBRE JORGE RULLI, MILITANTE DE LA RESISTENCIA PERONISTA Y HOY MILITANTE ECOLOGISTA, ANTICAPITALISTA

Mandoble

Por Por Horacio Verbitsky.

El próximo domingo 30 dejará de transmitirse por Radio Nacional el programa Horizonte Sur, donde el ex militante de la resistencia peronista e integrante del ecologista Grupo de Reflexión Rural Jorge Eduardo Rulli ejerce una crítica sistemática a lo que bautizó “La Republiqueta Sojera y Minera”.


Las nuevas autoridades de la radio le comunicaron que necesitaban ese espacio porque habían contratado a varios nuevos periodistas y le ofrecieron reconvertirse en columnista reduciéndose a diez minutos por semana, cosa que rechazó. Rulli es frontal y atrabiliario y no puede controlar su amargura con lo que llama el setentismo, al que atribuye buena parte de los males del país. Sus editoriales tienen el tono de una gesta personal contra la incomprensión de todas las elites, políticas, culturales, religiosas, que serían funcionales a una inserción pasiva de la Argentina a la globalización dirigida por las grandes corporaciones del agrobusiness, que avanzan hacia un modelo suicida de agricultura sin agricultores, de territorios vacíos y conurbanos miserables, plagados por la enfermedad y la violencia. No es necesario suscribir su apocalíptica lectura de los hechos centrales de la historia, del presente y del futuro del país y del mundo, ni la virulencia narcisista con que la expresa, para afligirse por la supresión de una voz disonante que agrede los lugares comunes tranquilizadores del discurso de época y así promueve el saludable ejercicio de la duda cartesiana y el pensamiento crítico. La provocación y el debate son bienes esenciales que el Estado no debería reprimir de un mandoble.


De Grobocopatel y Chávez

Por Jorge Eduardo Rulli

Militante de la resistencia peronista e integrante del ecologista Grupo de Reflexión Rural

El autor ejerce una crítica sistemática a lo que bautizó “La Republiqueta Sojera y Minera”



De Carlos Heller a Gustavo Grobocopatel la Argentina discurre entre la soja
y Gran Hermano.

Uno y otro lado coinciden en el centro: la plutocracia los precisa para disfrazarse de constitucional. Ferro repleto: ¿Y? Acto
antiBush: ¿Y?.

Sucede que la grandilocuencia no modifica la realidad; pero sí las ideas con sus prácticas emancipatorias. Mas que oír, corear y
aplaudir la democracia necesita de protagonistas y un pueblo que aprenda a desnudar a sus enemigos.


No pretendo ser descortés ni irrespetuoso... pero leer y citar a Chomsky para después acordar con Grobocopatel y Cía. me resulta extraño. El príncipe sojero no huele a azufre pero sí a latifundios en "extensión" y campesinado
y productores en "extinción". Si uno no conociese el chamico, la chinche y las otras plagas de la soja exclamaría: ¡ Qué bueno!, ¡Que interesante! Pero hay demasiado verde dólar en la pampa húmeda que ni la Monsanto con glifosato a 200 Lt/HAS podría ocultarlo.


Con todo- y luego regreso al capital sojero- el embajador de EE.UU. Earl Anthony Wayne se reunió con organismos de derechos humanos el pasado 13 de
marzo (1). Wayne al culminar el encuentro manifestó: "La Embajada de los Estados Unidos ha trabajado siempre estrechamente con organismos como éstas con el fin de mantenerse informado sobre la promoción de los derechos humanos y la democracia en Argentina y en la región".

Compréndase bien:
derechos humanos y democracia a la Buen Vecino cuando el Garrote se excede en tamaño y frecuencia de uso.


"En Argentina no vamos a necesitar un millón de muertos como en Indonesia porque con diez mil se resuelve el problema", le dijo López Rega al Coronel Jorge Osinde, en una reunión en la que se discutía la creación de una fuerza de choque como la que recomendó Zepeda", escribió Stella Calloni en Los Años del Lobo (2). Zepeda fue (es) uno de los asesinos más conocido por su participación en Centroamérica. "El Coronel Zepeda -destaca Calloni- "no sólo entrega a López Rega algunos informes sobre el Plan Yakarta (recordemos
que esta palabra fue usada en Chile, como una sigla de unidad de la ultraderecha en la desestabilización de Allende) mediante el cual fue
virtualmente exterminada la izquierda en Indonesia (un millón de muertos), sino que lo puso al corriente de los apoyos que podría recibir de la CIA para organizar a sus fuerzas de choque y para coordinar un levantamiento de militares anticomunistas (3)".


Que humanos y democráticos, Sr Wayne. Faltaría más que nos hiciera creer que Henry Kissinger vino en 1978 a la Argentina solamente como buen espectador
futbolístico.


De regreso a la soja. Hugo Chávez acordó con Gustavo Grobocopatel un proyecto de gerenciamiento de 100.000 has de tierra. El empresario argentino
administrará por cuatro años el devenir agrícola ganadero de tal superficie venezolana. PDVSA Agrícola (la esfera de Petróleos de Venezuela que firmó el convenio con uno de las mayores sojeros de nuestro país) "invertirá" 400 millones de dólares para "este desarrollo (4)".


Gustavo Grobocopatel siembra en la Argentina alrededor de 150.000 has y ahora "la idea no es ser propietarios ni arrendar (en Venezuela) solamente brindamos gerenciamiento. Además, vamos a generar la capacidad como para que ese país pueda llegar al millón de has, que con eso lograría el autoabastecimiento (de alimentos)" (4).


Concretamente: Chávez contra Bush bienvenido es.
Chávez acordando con Grobocopatel todavía no me lo explico...

¿Por qué? Porque sencillamente" (tal trasfondo "neodesarrollista") ha fracasado donde se lo aplicara.

Las teorías del desarrollo no son elucubraciones de Gino Germani, Sr. Chávez. Se difundieron desde el norte todopoderoso como un arma política en plena Guerra Fría.

Salir del "circulo vicioso de la pobreza" e ir al "ciclo del desarrollo", afirmaba Daniel Lerner en Evolución política y comunicación de masas. En síntesis: propaganda con status de ciencia y progreso.

¿O acaso Don Chávez usted juzga como verdad que "el factor clave de esta situación desdichada es el tiempo incierto, inadecuado de la modernización"?


Que Grobocopatel administre 100.000 has venezolanas en los próximos cuatro años no implica ni desarrollo ni autoabastecimiento (en royección) alguno.

O agronegocios o soberanía alimentaria.


"Grobocopatel compartió un almuerzo con Chávez la semana pasada en Venezuela y lo definió como una persona cordial y simpática", inscribió La Nación el 10 de marzo (4).

"La otra novedad fue el acuerdo entre Venezuela y el empresario sojero Gustavo Grobocopatel que suministrará a la República Bolivariana tecnología y asesoramiento para producir soja y toda su cadena de valor...", insiste otro artículo del matutino de génesis mitrista (5).


Y es indispensable debatir, cuestionar, "buscar la verdad en compañía"."Suministrar tecnología y asesoramiento" no son simples palabras
escogidas por el periodista antes citado (5).

Deben mirarse como una muestra de "ese desarrollismo" que nos considera (a los venezolanos y a los argentinos) como seres "incivilizados" que deben ser completados por otros.
(Alimentados, en este caso)


Evítese malentendidos: no lo digo por La Nación sino por Chávez que pretende encontrar una solución meramente económica-financiera ("gerenciamento") cuando el problema es antropológico y se denomina dependencia y/o
colonialismo. Chávez bien lo sabe.



¿Tan "incapaces" son los venezolanos y sus campesinos que tienen que recurrir a un magnate argentino para que les enseñe cómo producir granos y sumarle valor agregado? ¿Acaso la tecnología por sí misma (exportada y "donada" desde aquí; importada y ""aceptada" desde allá) va a modificar la realidad alimentaria venezolana?

Si después de dos mandatos bolivarianos la jerarquía gubernamental no comprendió que "su reforma agraria" incluye una profunda transformación político-cultural; cabe señalar (con riesgo de equivocarme, por supuesto)
que el pacto con Grobocopatel los envía 100 pasos atrás.

No se puede confundir "modernización" con "emancipación" ni a Washington con Bolívar.

Y Grobocopatel se parece más al ex presidente de los Estados Unidos.


Salvo excepciones, los técnicos agropecuarios (nivel medio u universitarios) están formados en la concepción funcionalista de "la difusión de ideas y prácticas nuevas". Tal mirada antropológica afirma: 'nosotros le donamos
nuestros conocimientos especializados y ustedes deben aceptarlo'. No piense que desvarío con semejante razonamiento: soy agrónomo general aunque no ejerzo porque elegí otro camino.


Cultura donante y cultura aceptante. Ahí está el mal paso, me parece, Sr. Chávez. Por más que el Ingeniero Grobocopatel lo adjetive de "cordial y
simpático"...
La "empatía" del "progreso dentro del orden" pasa por no ser descubierta. La antropología del gran capital es la que se "extiende" detrás del
"gerenciamiento" que Chávez y Venezuela "aceptan".


"Paulo Freire nos muestra cómo el concepto de "extensión" engloba acciones, que transforman al campesino en una "cosa", objeto de planes de desarrollo, que lo niegan como ser de transformación del mundo. El mismo concepto
sustituyó su educación por la propaganda, que viene de un mundo cultural ajeno, no permitiéndole ser más que eso, y pretendiendo hacer de él un
depósito, que recibe mecánicamente aquello que el "hombre superior" (el técnico), piensa que los campesinos deben aceptar, para ser "moderno", de la misma forma que el hombre "superior" es moderno", subraya Jacques Chonchol en el prólogo de ¿Extensión o comunicación?, la comunicación en el medio rural. (6)


En definitiva: creer que Grobocopatel puede brindarle a Venezuela el modelo de gestión y producción agropecuaria u otras "innovaciones" respectivas... es en cierto modo abrirle la puerta a Bush, sus predecesores, sus ideólogos y sus reemplazantes.


Debatir, reflexionar, cuestionar, "buscar la verdad en compañía". A eso apostamos. No vaya a ser que las garras del Gran capital sigan
"extendiéndose" hasta impedirnos respirar ese cálido y alentador aire que proviene de la Venezuela Bolivariana.


De Grobocopatel y Chávez; aunque todavía no me lo explico...


Sucede que mi cabeza es primitiva y subdesarrollada y por eso no entiendo:
qué es esto de sembrar soja para ser libres y modernos.

ANDRES SARLENGO
CONTRAPUNTOS
FM SERENA 102,1 MHZ
VENADO TUERTO SANTA FE
17 DE MARZO DE 2007


(1) Wayne, con un baño de DD.HH. Página 12. 14/03/07
(2) Los años del lobo. Operación Cóndor. Stella Calloni. Peña Lillo
Ediciones Continentes. Abril 1999.
(3) Citado por Calloni pero extraído de La Triple A de Ignacio González
Janzen.
(4) Convenio para producir granos. Los Grobo gerenciará en Venezuela 100.000
has de agricultura. Fernando Bertello. La Nación. 10/03/07
(5) Una visita de alto impacto: reunión bilateral en Olivos, mientras Bush
recorre el Cono Sur. Mariano Obarrio. La Nación. 10/03/07
(6) Paulo Freire. Siglo Veintiuno Ediciones. Mayo 1996.

INFORME DEL GRR - GRUPO DE REFLEXIÓN RURAL, SOBRE LOS INTERCAMBIOS CON LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MAR DEL PLATA Y EL ALCA, EL ROL DE LA
SOJA Y
DE LA BIOTECNOLOGIA EN LA DEPENDENCIA DE LA AMERICA LATINA



El GRR Grupo de Reflexión Rural, constituye en la Argentina un espacio de pensamiento y de activismo contra los impactos del Capitalismo global y a
favor de la reconstrucción del Estado y de la Comunidad organizada. Desde perspectivas ecológicas y desde mediados de los años noventa, el GRR se manifiesta crítico del Modelo Agrario biotecnológico, modelo basado en la exportación de forrajes tales como sojas y maíces transgénicos.
Manteniendo su rigor en los debates, en la militancia de investigación y en el disenso, el GRR se ha ido transformando en un grupo político que propone nuevas formas del empoderamiento y de la construcción del poder popular.

El GRR ha adoptado el rol de dinamizador de redes y de espacios de gestión, como respuestas a la prolongada catástrofe social que vivimos desde fines de los años 90 y cuyos antecedentes se remontan a la Dictadura militar, las
consecuencias del Terrorismo de Estado y la Deuda Externa que obliga a un modelo agroexportador para procurar divisas.


Desde que se comenzó a difundir la propuesta del ALCA, nos pronunciamos contra ella, y en eso, al menos en la Argentina fuimos precursores. Pero a
diferencia del común de las organizaciones de izquierda, denunciamos que el modelo de la Soja ya era el ALCA en la agricultura con sus gravísimos
impactos económicos y sociales. En ese sentido el ALCA no era una amenaza tal como se la solía visualizar, sino que esta amenaza estaba ya instalada en la Argentina en la realidad y que era preciso tomar conciencia y denunciar la pérdida de Segurirdad Alimentaria manifestada en el hambre de
nuestro pueblo, como resultado de la aplicación y desarrollo del modelo de Republiqueta Sojera.


Lamentablemente no fuimos suficientemente escuchados. Muchos dirigentes no han reflexionado lo bastante sobre el rol de los modelos neocoloniales impuestos a nuestros países por la globalización, así como sobre las consecuencias del grave error de concebir como neutras a la ciencia y a las tecnologías.

Aún más todavía, a partir de la llegada de Lula al Gobierno del Brasil, y luego de Kirchner al de la Argentina, y conociendo la valiente
postura del Gobierno de Venezuela, expresamos reiteradamente que el ALCA en la agricultura se estaba manifestando en el avance implacable de los
monocultivos y la extensión de las semillas transgénicas en el continente y que por ello se hacía preciso colocar las mayores energías en detener este proceso.


No obstante ello y a los enormes esfuerzos realizados por los movimientos sociales en estos últimos años contra el ALCA en la Argentina, movimientos que evitaron cuidadosamente pronunciarse sobre el despoblamiento del campo,
la sojización de la agricultura y la creciente dependencia del país a las grandes corporaciones transnacionales de la Biotecnología, estuvimos en Mar del Plata contra Bush y contra el ALCA.


Empeñamos en ello todas nuestras fuerzas, haciendo talleres y respaldando la postura de los presidentes del MERCOSUR y de la República Bolivariana de Venezuela.


En el Polideportivo de Mar del Plata, y mientras hablaba el presidente Chávez nuestras compañeras desplegaron una enorme pancarta que decía CON
SOJA NO HAY ALBA. De esa manera pretendimos recordar y poner en debate un tema frente al que encontramos demasiadas resistencias, así como confusión e ignorancia.

Somos concientes de los impactos causados por la Soja RR argentina en el Estado de Río Grande Do Sul y de cómo ella, la llamada "soja Maradona" (simplemente por provenir de Argentina), condicionó la política del Presidente Lula.

Somos concientes de cómo la soja argentina penetra
actualmente en el Paraguay y provoca estragos entre las comunidades campesinas, y también de cómo penetra en la zona boliviana de Santa Cruz de
la Sierra, alentando los movimientos separatistas.
CON SOJA NO HAY ALBA significa por lo tanto proponerse un modelo diferente al de la globalización, un modelo que para nosotros es el de la Soberanía Alimentaria con Justicia Social, el de los desarrollos locales y el de trabajar en común con los países hermanos de la América Latina.

Festejamos el triunfo de las posiciones contrarias al ALCA y también, y muy especialmente, que por primera vez un puñado de presidentes de nuestros
países mostrara un camino de acuerdos y de posturas comunes frente a la prepotencia del Imperio. Este hecho nos parece trascendente, no importa que no compartamos la postura de algunos países de reclamar a los EEUU que bajen
los subsidios, como si fuéramos nosotros quienes quisiésemos jugar a fondo con los libres mercados y descubriéramos nosotros que ellos son los que
hacen trampas a las propias propuestas.

El resultado de la cumbre va más allá de esas cuestiones conyunturales para fundar nuevos caminos y fortalecer los intercambios entre nosotros.


No obstante lo anterior, no podemos dejar de señalar los riesgos de ciertos acuerdos comerciales entre la República Bolivariana y la República Argentina.

Nuestro país dispone de enormes reservas petroleras, y siempre tuvo abundante gas oil propio y subsidiado para las actividades rurales. Si hoy no lo tenemos y precisamos de la ayuda venezolana, es porque hemos convertido graciosamente a España en una potencia petrolera y porque nos hemos transformado gracias a REPSOL YPF en exportadores de petróleo crudo.


La ayuda venezolana no nos ayuda, todo lo contrario, posibilita mantener esa ecuación neocolonial en que entramos en los años noventa y que el actual Gobierno del Presidente Kirchner mantiene sin mayores modificaciones.


A ese gasoil venezolano lo pagamos con maquinaria agrícola y crecientes acuerdos de cooperación tecnológica para el agro. También ello nos preocupa y mucho.

El INTA, el instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, que interviene en las negociaciones, fue formado luego del golpe que derrocó al
Gobierno Constitucional de Perón en 1955 para incorporar en la Argentina la llamada Revolución Verde que modificó las pautas de la agricultura
tradicional con agrotóxicos, semillas híbridas y maquinaria pesada.

Desde aquellos años, finales de los 50, el INTA se ha ocupado de "modernizar" nuestra agricultura. Ello quiere decir: industrializarla, hacerla de mayor escala, y en los últimos tiempos, abrir puertas para que de la mano de las transnacionales la Argentina entre en la llamada Revolución Biotecnológica, semillas GM (Genéticamente Modificadas) con creciente dependencia de
insumos, aumento en el uso de venenos, mayor concentración de la tierra e incorporación de tecnologías de última generación tal como el GPS o sistemas de agricultura satelital.


Las tecnologías no son neutras.

Pensar que su signo o sus valores de uso, dependían de quienes las manejaban, condujo en forma reiterada a la humanidad y a la lucha de los pueblos a enormes fracasos.

Y si algo hemos aprendido es a evitar caer en la fascinación que en forma de espejitos o cuentas de
colores, costó alguna vez la libertad de los primeros americanos. Nosotros estamos persuadidos que las tecnologías que la Argentina lleve a la
República Bolivariana
, a través del INTA y de los personeros de los agronegocios (AAPRESID, Los Grobo, etc.), son elementos que terminen
favoreciendo y empoderando a los sectores más reaccionarios y antagónicos con la Revolución Agraria en curso de su escala actual de producción local y campesina.


Estamos seguros que Venezuela es hoy uno de los lugares claves donde se decide el porvenir de nuestra Patria Grande y por ello mismo, donde las
tensiones entre lo viejo y lo nuevo, entre los paradigmas obsoletos y las nuevas miradas sobre el mundo global, encuentran las tensiones que son
propias de todo gran alumbramiento.

Todos los pueblos de nuestro continente
miran con expectativas los caminos que en Venezuela se deciden y esas miradas y esas expectativas nos comprometen mutuamente. Nosotros pensamos que los monocultivos de Soja atentan contra los pueblos aborígenes y campesinos, que han provocado el despoblamiento del campo y han convertido las ciudades en megalópolis inmanejables.

La Soja no es un alimento humano, es un forraje para las especies animales de consumo y de compañía.

Reencontrarnos y asumirnos como Pueblos, significa fundamentalmente pararnos en nuestra propia Cultura y ello implica arraigo en la tierra,
reasumir como nuestras las propias semillas de variedades y reconocer nuestros patrimonios culturales, entre ellos y principalmente, el patrimonio alimentario.


Gustavo Grobocopatel, es el más grande sojero de la Argentina, hombre muy cercano al Gobierno y que en su representación, organizó recientemente en
Venezuela la Expo Barinas de maquinaria agrícola argentina.

Hace pocos días, en una discusión pública que tuviéramos como GRR en la ciudad de Carlos
Casares, de la que es oriundo y además, su dueño virtual, proclamó ante nosotros con soberbia y desafío, que "la Soja es Bolivariana".

No sólo no lo creemos, sino todo lo contrario, pensamos que hoy la Soja es el instrumento para provocar el desarrollo de un modelo neocolonial de
dependencia a las necesidades de la Bioindustria en los países centrales.


Pensamos que el rol indiscutible de la agricultura es el de producir alimentos sanos, nutritivos y en cantidad suficiente para el consumo interno
en primera instancia y en especial entre masas de población hambreada y desnutrida.

Pensamos que producir forrajes o biocombustibles para los países ricos, reproduciendo así el modelo neo-colonial, resulta obsceno.

Sin embargo, que una persona como Grobocopatel proclame sus vínculos con la Revolución Bolivariana es motivo suficiente para que nos
preocupemos y para que decidamos elevar nuestra voz en defensa de Venezuela y de su pueblo, y de nuestro futuro común hacia la conformación de la Patria Grande indisolublemente ligado a la suerte de la Revolución Bolivariana que encarna el Presidente Chávez.

GRR Grupo de Reflexión Rural
14 de Noviembre de 2005 Buenos Aires, Argentina
ww.grr.org.ar / rtierra@infovia.com.ar