LA FUNCIÓN DE LA SOCIEDAD INTERAMERICANA DE PRENSA QUE SE PRONUNCIÓ EN ESTOS DIAS CONTRA EL ATAQUE DEL KIRCHNERISMO A LA "LIBERTAD DE PRENSA" EN SINTONÍA CON EL GRUPO CLARÍN.
Sistemas de búsqueda y herramientas que mejora la comunicación del FBI y la CIA
GOOGLE FACILITA EL TRABAJO DE AGENTES SECRETOS (*)
Washington, 10 de abril (ANC-UTPBA).- El gobierno estadounidense ha comprado sistemas de búsqueda y otras herramientas desarrolladas por Google, que mejoran la comunicación interna de los servicios de inteligencia. Servicios como el FBI y la CIA han instalado sistemas parecidos a Wikipedia.
Los servicios estadounidenses de inteligencia se disponen a eliminar los ajados expedientes y archivadores que solo juntan polvo. En efecto, Google asiste a los servicios estadounidenses de inteligencia a facilitar el intercambio y flujo interno de información, escribe el periódico San Francisco Chronicle.
Según se indica, Google tiene un equipo de vendedores integrado por 19 empleados, dedicados exclusivamente a los contratos con el gobierno estadounidense y otros organismos públicos. La mayoría de los contratos se refiere a herramientas de búsqueda que permiten a los usuarios almacenar, buscar y leer información y documentos internos. De esa forma, las instituciones en cuestión pueden crear mini sitios de tipo Google.
Los servicios de inteligencia CIA, FBI y NSA usan los productos de Google como eje de su red interna, Intellipedia. El sistema, desarrollado de manera similar a la enciclopedia gratuita Wikipedia es operado con hardware y software de Google.
En lugar de almacenar la información en archivos propios, la administración pide a los agentes secretos y analistas publicar sus conclusiones en este foro en línea, donde sus colegas pueden leer y comentar los temas.
Esta enciclopedia para agentes secretos está dividida en tres niveles. “Top secret", “secret" y “sensitive but unclassified". Esto implica que cada agente debe contar con una autorización especial para tener acceso a los distintos niveles de seguridad.
Según Sean Dennehy, jefe de desarrollo de Intellipedia en la CIA, la red cuenta actualmente con 37.000 usuarios y 35.000 artículos. Dennehy espera que los agentes con el tiempo dediquen más tiempo a compartir su información y de esa forma mejorar la inteligencia estadounidense en su conjunto.
(*) Nota publicada por http://www.diarioti.com/gate/n.php?id=17046 y reproducida en www.rebelión.org
Del libro “Entre el deseo y la realidad” del Observatorio de Medios-UTPBA
Buenos Aires, 10 de abril (Por Daniel Santácchita, ANC-UTPBA).-
“Todo hombre muere. No todo hombre vive de verdad.” (Braveheart)
Este título es antojadizo. No... no es verdad, no es antojadizo. Fue puesto para poder enfrentar semejante desafío en un terreno un poco más acotado. Sabemos que durante la guerra la primera víctima es la verdad; lo dijo un legislador americano (del norte) No hay por qué dudar.
Si hacemos un nuevo recorte podríamos circunscribir el concepto de verdad a los tiempos que corren.
La verdad en la Sociedad de la Información. Dificultades para hallar una definición.
Tiene razón Sebreli cuando escribe que la terminología actual en el lenguaje cotidiano del hombre común pero también de los profesionales (entre ellos comunicadores y periodistas) utilizan palabras equívocas que no concuerdan con la realidad que pretenden designar. Términos distorsionados utilizados en sentido amplio, vago, incierto, que ya no es posible
saber bien qué es lo que significan.
Resulta un todo complejo hablar de verdad sin asociar el término con objetividad, manipulación, construcción, objetividad, independencia, neutralidad, naturalización, percepción, influencias, libertad... poder.
Podríamos enrolarnos en la negación de la verdad. Sería el camino más corto. Sin embargo avanzaremos en la búsqueda. Tal vez encontremos más preguntas que respuestas y es posible que en la confusión adoptemos la definición aristotélica de verosimilitud tentados por coincidir con Bettetini y Fumagalli en que en los productos de nuestra cultura reina la verosimilitud según Aristóteles, o sea lo que el público cree posible.
La verdad en los sistemas de comunicación
Lo que se escriba no está inspirado en la prensa alternativa o alterativa sino en la producción
industrial de la cultura. Desde la lógica de generar recursos económicos, a veces, la verdad tal como en tiempos de guerra, es la primera víctima.
Hablar de un público implica en este caso la existencia de uno o varios medios.
Usaremos el plural aunque las generalizaciones implican un riesgo. Los medios suelen mentir esgrimiendo sus verdades cuando sin usar este término hacen gala de su objetividad, imparcialidad o independencia. En este sentido Pérez Gaudio advierte que los poseedores de los medios de comunicación podrán creer que ejercer el poder de manejar informaciones les da derechos pero nunca derecho alguno que le haga presumir que por ello adquieren posesión de la verdad.
La construcción de la verdad
¿Qué es la verdad? Podríamos decir, con temor de equivocarnos, que la verdad es una construcción. Oscar Wilde fue más allá al sostener que la verdad es pura y simplemente una cuestión de estilo y el estilo podemos decir, con menos temor de equivocarnos, es una construcción
¿Qué / quiénes intervienen en la construcción de la verdad? Deben existir múltiples elementos y agentes sociales. Citaremos sin embargo, unos pocos al no ser éste un tratado sobre la verdad, sino sólo una reflexión a pedido.
Y no sólo citaremos unos pocos, sino que además por cuestión de espacio, no profundizaremos.
Remitiremos, en cambio a analizar cómo influyen en la acción de “creer” aquellas instituciones que cita la Escuela Latinoamericana de comunicación como mediadoras en el conocimiento: la escuela, la iglesia, la familia, a las que se suman los medios de difusión.
Dedicaremos unas líneas más al rol de la percepción en el proceso de construcción de la verdad. Y en esto los medios juegan un papel fundamental en la formación de opiniones que circulan con pretensión de verdad bajo la denominación académica de sentido común apoyados en la verosimilitud y en aquello a lo que Nietzsche llama “el dogma de la inmaculada percepción”.
La influencia de los medios en la construcción de la verdad
Suele hablarse de opinión pública como la opinión en la que coincide la mayoría y hay una tendencia a reconocer como tal a lo que Cossio llama opinión del público. Para Deutch, la opinión pública es una construcción a modo de cascada que contiene a las elites económicas, sociales o políticas, a los medios de difusión, a los líderes de opinión y a la opinión del público. Siguiendo este modelo, la verdad expresada, la verdad en tanto opinión bien podría ser una construcción generada a partir de las voces que más presencia tienen en la prensa: las elites y los líderes de opinión.
Sin embargo no resulta lógico a estas alturas creer en la teoría de la aguja hipodérmica. Más bien hay que pensar en la existencia de sujetos con estados y disposiciones que inciden en su percepción. No sólo hacen una exposición selectiva de los discursos de los medios sino que también la percepción es selectiva.
Sabucedo y Rodríguez analizando los efectos de los medios mencionan el experimento de Duncan (1976) en el que aparecían discutiendo un hombre blanco con otro negro hasta que uno de ellos empujaba al otro. Los evaluadores eran universitarios, todos ellos blancos.
Cuando el que daba el empujón era el sujeto negro su conducta era considerada violenta por el 70 por ciento; mientras que cuando el protagonista del empujón era el blanco sólo el 13 por ciento de los observadores la juzgaban de tal manera.
Aquí las pregunta son ¿de qué lado está el que cuenta los hechos y los defiende como verdad? ¿cómo son los estados y disposiciones que influyen en su percepción?
El camino más fácil: no creer en la existencia de la verdad
Para Saussure el punto de vista construye el objeto. Está bien; allí donde alguien ve el vaso medio lleno... bueno, esto ya se dijo y circula como verdad. Podríamos argumentar que no hay una sola verdad y que por lo tanto la existencia de múltiples verdades no aproximan a la verdad, pero no iremos por el camino menos sinuoso. En alguien hay que creer.
Erich Fromm sostiene que cuando se expresa una experiencia con las palabras “yo pienso” esa expresión parece constituir una afirmación exenta de toda ambigüedad. La única que puede surgir versa acerca de la verdad o falsedad de lo que yo pienso y sobre el hecho de si soy yo el que piensa.
En El miedo a la libertad Fromm prefiere desalentar el pensamiento que considera a la verdad como relativa y al concepto metafísico de verdad. Discute con aquellos que declaran que la verdad es algo enteramente subjetivo, casi un asunto de gustos y asegura que la búsqueda de la verdad se arraiga en los intereses y necesidades de los individuos y grupos sociales. Sin tales intereses desaparecería todo el estímulo de buscar la verdad. Siempre existen grupos cuyos intereses se ven favorecidos por la verdad y también hay otros grupos a quienes por el contrario favorece el ocultamiento de lo verdadero. Podríamos decir –concluye- que en la medida en que exista algún anhelo de verdad en los seres humanos, ese anhelo es fruto de la necesidad que se alberga en cada hombre de conocer lo verdadero.
Galeano describió a la utopía como aquello que se aleja cuando el que la persigue da un paso y se vuelve a alejar a cada paso.
Para eso sirve la utopía: para caminar.
Tal vez con la verdad ocurra lo mismo. Quizás cueste alcanzarla, pero mientras se la busca se avanza.
Ese es un desafío para los periodistas honestos, caminar hacia la verdad aun sabiendo que a cada paso dado tanto la verdad como la utopía se correrán. Ya las alcanzaremos (ANC-UTPBA).
Del libro “Entre el deseo y la realidad” del Observatorio de Medios-UTPBA
Buenos Aires, 10 de abril (Por Vicente Zito Lema, ANC-UTPBA).- La historia de nuestro país también puede ser contada a partir del crimen de la pobreza, si nos decidimos a mirar la realidad desde los ojos de los sufrientes.
En un proceso de casi doscientos años, donde agonizan los sueños de la revolución originaria y el bien común como meta de la vida social, se reproducen las mismas víctimas, siempre indefensas y desarmadas, frente a victimarios reincidentes, que tampoco cambian en el ejercicio del horror. Detrás de los hechos, de la auto exculpación, la impunidad la renegación y otros velamientos de la realidad, surge un fin manifiesto: garantizar con la pobreza la acumulación de la riqueza general (bienes materiales y simbólicos), tras el ejercicio de las servidumbres y de las pasiones agónicas sobre los cuerpos mortificados.
Caminando sobre la lógica que traza el poder (y que llega al extremo de ser legalizada por una mayoría ciudadana, en uno de los desenlaces de la alienación), se articula la práctica y el discurso vigente. Hay una unidad de la verdad sacralizada desde el poder, en los usos de la economía, la religión, la política, la educación y el arte, entre otros indicadores de la vida social. Esa verdad, más que real, fetichizada, se enfrentará diariamente con la conciencia crítica, con el deseo de las pasiones alegres y será impuesta como la voz del amo desde los medios de comunicación masiva. Allí, en un núcleo de fuerza, se fusionan la propiedad privada, la capacidad de decisión y la represión, siempre amenazante.
Nos detendremos aquí: para el discurso del poder en los medios, en especial los masivos, no ocurre el crimen de la pobreza, visto como cosa en sí y no sólo como causa de nuevas realidades morbíficas, aunque el poder no existiría sin tal crimen y tampoco la sociedad donde el poder se asienta y es producido.
Es decir, será separada la pobreza del crimen y a la par la pobreza de la riqueza.
Sólo quedan admitidas como entes autónomos, y no lo que son: las dos caras de un mismo dios, tan cruel como terrenal.
El enunciado de la verdad del poder no podría ser transmitido de manera coherente y eficaz sin el enmascaramiento lingüístico y el travestismo de los conceptos.
Los mecanismos resultarán múltiples: Invertir las responsabilidades; la víctima será culpable del mal, la pobreza, y deudora del bien, la riqueza. A ello se une la visión lombrosiana de los sujetos naturales del delito: los pobres, siempre vagos, ebrios y amorales, y siempre sospechosos de asesinatos, robos, violaciones..., y sin que se reconozca el peso del deterioro social en la comisión de los hechos.
Naturalizar la situación. Su paradigma será “pobres habrá siempre”, apoyado religiosamente en una lectura bíblica del mundo y desde la ciencia a través del Darwinismo social.
Diluir la realidad desde un lenguaje conceptual apócrifo. Así los pobres serán nombrados como “excluidos sociales”, “sectores carenciados” o portadores de “necesidades básicas insatisfechas”.
Quedan entonces fuera del discurso oficial de la verdad el sentido que tiene para el poder la apropiación de los medios de producción, pero también de los medios de vida, con su correlato: la necesidad de mantener la pobreza. El poder sabe, tras los mantos de la historia, que desde la miseria, en su grado de crueldad extrema, tal como la conocemos, no surgen alternativas válidas al capitalismo, visto como la cara real del poder en nuestros días.
Por ello también se ocultará desde los medios, o se minimizará como expresiones aisladas, las luchas de las víctimas por recuperar la dignidad y el dominio de sus cuerpos, enterrando la resignación. El círculo se completa mostrando como delitos los métodos de lucha de los pobres cuando se tornan eficaces.
Deberíamos violentar la realidad para sostener que el móvil general de las conductas es hoy el amor o la satisfacción de la desesperación por la justicia.
Hay una voluntad reiterativa de la historia por sepultar las ilusiones y mostrar al desnudo el espíritu de la época. Lo que tenemos ante nuestros ojos es el interés: que los pobres paguen con sus vidas su deuda con la muerte.
Cuando la vida paga, obligada y con usura, el bien material es el cuerpo, la eterna moneda que sostiene la riqueza.
Podremos hablar entonces de un tiempo desolado y de una sociedad sin piedad, donde los cuerpos se devoraban en vida y las almas se devoraban en muerte (ANC-UTPBA).
Del libro “Entre el deseo y la realidad” del Observatorio de Medios-UTPBA
Buenos Aires, 10 de abril (Por Alejandro San Cristóbal, ANC-UTPBA).- “La historia de América, de los Incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria.” (José Martí).
Si bien desde el nacimiento de la industria periodística, la prensa ha respondido a las necesidades del capitalismo, nos encontramos en un punto en el que la globalización económica y el neoliberalismo político llevaron hasta el extremo esta situación.
Las fusiones y absorciones de medios por parte de las grandes multinacionales de la comunicación consiguen día a día la consolidación de un modelo informativo que conduce a la globalización de una sola voz, de un único discurso hegemónico que (re) produce una realidad deforme y cercenada. Una realidad “ficcionalizada”.
Este modelo comunicacional no es más que un aspecto del gran proceso de mundialización que apunta a favorecer a un pequeño grupo y a servirse de gran parte de los seres humanos. Los dueños de los grandes medios de comunicación son, a su vez, dueños de empresas dedicadas a la explotación de petróleo, fabricación de armas, desarrollo de tecnologías y otras mercancías.
Dentro de este marco, la única alternativa posible para la democratización de la información es la creación de medios propios por fuera de los grandes oligopolios multiempresariales. Por momentos, el escenario parece ser alterado por el aporte de las nuevas tecnologías, pero fácilmente se diluye esta ilusión.
Es en este sentido, que la Agencia Isa nació en busca de un modelo comunicacional alternativo como necesidad urgente de supervivencia.
En estos pocos meses de vida, Isa intentó -y seguirá intentando- cumplir un rol social, comprometido con el desarrollo de una sociedad mejor y más libre.
Sin embargo, como medio electrónico, los integrantes de Isa reconocemos las obvias limitaciones del soporte por el que hemos optado. Pero, a pesar de esto, luchamos contra esas limitaciones porque somos concientes de que sin Internet como herramienta, no hubiera sido posible llegar a lectores de toda Latinoamérica.
Somos concientes de los riesgos que conlleva el hecho de pertenecer a la llamada “aldea global”, pero no por esa pertenencia estamos dispuestos a perder de vista nuestra propia aldea.
Tampoco ignoramos la continua naturalización de las relaciones sociales que fomentan los medios de comunicación masiva e intentamos revertir esa situación. Isa, como muchos otros espacios, intenta ser un foco de resistencia a la dictadura de los grandes medios aportando otras visiones sobre lo que sucede.
Estamos convencidos de que el lugar del periodista no es en un escritorio frente a una computadora, sino en la calle, con el resto de la sociedad de la que forma parte y debe ser conciente de esta pertenencia.
Si bien creemos necesario asimilar los aportes universales, debemos priorizar la unidad latinoamericana y aprovechar el nuevo escenario geopolítico regional. Y es que en Isa creemos que existe una identidad latinoamericana común, que nos hermana y que no debemos ignorar (ANC-UTPBA).
La Habana, 10 de abril (Por Enrique González-Manet, ANC-UTPBA).- Hace unos 30 años los países desarrollados iniciaron profundos cambios basados en las nuevas tecnologías informáticas, los procesos automatizados y la robótica. Esto elevó la eficiencia, el carácter y los costos de producción y transformó la naturaleza de la industria. También se ocultó y minimizó el impacto social que dichos fenómenos habrían de tener en los próximos años, en particular la incidencia en la mano de obra y el nivel cualitativo sobre el saber y el conocimiento científico.
Uno de los efectos más significativos fue la capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos, así como la generalización de sistemas aplicados a la solución de problemas de todo tipo, en particular lo relacionado con las telecomunicaciones.
En esos años no se soñaba con Internet o la transmisión instantánea por satélite, y mucho menos con los misiles antimisiles, que han venido a cambiar el carácter de la estrategia mundial y de las relaciones internacionales.
El triste sueño de la Informática
En este cuadro se han quedado atrás los países del tercer mundo por falta de políticas coherentes, de recursos económicos disponibles y de una masa crítica de docentes y técnicos altamente calificados. En particular, falta dinero, drenado, desde hace un siglo por las corporaciones transnacionales, principalmente petroleras, como nos ha tocado ver en relación con Bolivia, Ecuador, Venezuela y México, este último acechado por las empresas privadas, sin contar con África y el robo descarado de Irak.
¿Cómo es posible conciliar informática y desarrollo en los países pobres? En realidad, no es posible. Donde hay hambre infrahumana, analfabetismo, ausencia de acueductos y alcantarillado, elevado desempleo y explotación sin misericordia de la oligarquía, como en Colombia, Ecuador y Bolivia, no podría haber progreso, libertad e independencia. En estos países la sociedad informatizada es una burla o un triste sueño imposible de realizar.
Experiencias de Cuba y otros países
Planes y proyectos de aplicación y desarrollo de la informática muchas veces no son viables en países pobres que carecen de adecuada infraestructura docente y estrategias articuladas para la promoción del conocimiento.
No se trata solo de la concertación de objetivos, sino de la capacidad y racionalidad de inversiones que resultan difíciles de lograr ante déficit más perentorios o prioritarios. En muchos casos la meta es inalcanzable.
Cuba es un ejemplo de lo que puede lograrse cuando los modelos cuentan con voluntad de acción y objetivo político definido. Este esfuerzo ha permitido formar a más de 6 mil médicos y enfermeras procedentes de 30 países, preparar a millón y medio de personas (niños, adolescentes y mayores) en técnicas de informática y sistemas de computación, mediante 603 Jóvenes Clubes de Computación ubicados en todos los municipios del país en los últimos 20 años, y fundar una Universidad de Ciencias Informáticas para más de 10 mil alumnos. En total existe una base material práctica de más de un millón de equipos, la mitad conectados a Internet.
¿Cuántos países en situación crítica pueden realizar la proeza de invertir decenas de millones de dólares en este desarrollo pese a la hostilidad criminal y enfermiza de Estados Unidos durante 50 años de agresiones de todo tipo, incluido el bloqueo total, los sabotajes y la guerra biológica?
La última acechanza ha sido cancelar 3.500 direcciones de dominio en Internet para tratar de afectar nuestra industria turística. Es increíble que el país más poderoso del mundo resulte fracasado y derrotado en todos sus empeños de destrucción, aunque los costos se calculan para Cuba en más de 3 mil muertos y 82 mil millones de dólares en daños y pérdidas. Solo le queda la guerra directa, la cual tratándose de un demente como Bush no está desgraciadamente exenta.
El dinero también cuenta
Para que se tenga una idea del dramático esfuerzo que tendrían que hacer muchos países para modernizar sus sistemas de informática y telecomunicaciones, citemos dos ejemplos que resultan escandalosos.
Uno es la cancelación del proyecto de computadorización de todas las bibliotecas públicas de México por el entonces presidente Vicente Fox, quien consultó al magnate Bill Gates el cual lo evaluó en 250 millones de dólares. Por supuesto el plan fue cancelado por excesivamente costoso, pese a que su esposa gastó 25 millones de dólares durante su período de gobierno.
El segundo ejemplo es más siniestro, organizado por el profesor del MIT, Nicolás Negroponte, hermano del subsecretario de Estado norteamericano para América Latina, John Negroponte, el cual consistía en el diseño de una computadora barata que las corporaciones transnacionales comprarían por millones para regalarlas a los gobiernos pobres del mundo.
El propósito era bien simple: imponer determinados contenidos para contribuir a formar una ideología anticomunista y crear al consumidor capitalista del mañana inmediato. Este tipo de enseñanza y saber elemental no hubiera podido ser modificado por las autoridades docentes de los países del sector, entre los cuales figuran algunos de los más atrasados del mundo. El plan fracasó hace unos meses al comprobarse poca respuesta de las empresas y gobiernos después que uno de los primeros en cancelar su apoyo fue la famosa Corporación Intel.
Hace falta dinero para avanzar en la modernización de las nuevas tecnologías, pero sobre todo independencia, soberanía y voluntad de acción política como la de Cuba y algunos otros países emergentes de América Latina. Evidentemente informática y educación solo son para unos pocos países afortunados (ANC-UTPBA).
(*) Nota publicada en el portal http://www.cubarte.cult.cu