Si no tienen el do re mi, muchachos,
no tienen el do re mi.
Mejor se vuelven a la hermosa Texas,
Oklahoma, Kansas, Georgia, Tennessee.
California es un Jardín del Edén,
un paraíso para vivir o ver;
pero créanlo o no, no les parecerá tan caliente
si no tienen el do re mi. (Woody Guthrie)
El nuevo presidente heredará el desastre económico que ha comenzando a llegar más allá de los países “desarrollados” hasta Rusia, Corea y Brasil. Mientras hace planes para relanzar nuevas medidas tipo Nuevo Trato para dar trabajo a la gente y reforzar la destruida infraestructura del país, pudiera tararear las canciones de Woody Guthrie de la Gran Depresión.
Un síntoma de la enfermedad económica es la proliferación de ventas de garaje en vecindarios muy de clase media por toda el Área de la Bahía de San Francisco. Es más, The New York Times del 25 de octubre publicó un artículo acerca de la que pudiera ser la capital no oficial del país en materia de ventas de garaje: Manteca, California. Hice el viaje de más de una hora desde el Área de la Bahía de San Francisco para verla con mis propios ojos. Al terminar el día mi esposa y yo dejamos de contar para saber si Manteca tenía más carteles de “se vende” o de “venta de garaje” junto con una cifra récord de ejecuciones de hipotecas. En la propia ciudad, hasta 2 000 casas están en el proceso de ejecución de hipoteca. Según el sitio web REALTORS®, actualmente el área de Manteca tiene 8 511 ejecuciones de hipoteca, 3 269 pre-ejecuciones, 1 469 bancarrotas, 15 ventas por parte de propietarios y 4 995 embargos por impuestos.
Todo esto en una ciudad de 67 000 almas. ¿Increíble? Visite: http://www.foreclosure.com/citySearch.html?st=CA&cno=077&tab=c&ci=Manteca )
Supongo que esto incluye a los pueblos de los alrededores y las áreas rurales. Otro sitio web ofrece típicos incentivos norteamericanos a los tiburones de los bienes raíces. “¡Haga su agosto vendiendo ejecuciones!”, dice un titular. “Los compradores de ejecuciones son sobrevivientes de los bienes raíces de rápida adaptación, que buscan oportunidades y conocen la web y buscan ayuda profesional para navegar en las aguas intranquilas de las transacciones de ejecuciones hipotecarias”. ( http://www.foreclosure.com/education/webinars/realtors.html )
Al número de ejecuciones hipotecarias agréguesele la caída del precio de las casas en el Valle Central de California (aproximadamente 45%), el creciente desempleo (oficialmente casi 11%) y señales de empeoramiento de la situación para los que buscan empleo, especialmente en la construcción. Por toda la Carretera 129 de California, junto a las ubicuas vallas que cantan loas de automóviles y marcas de gasolina cientos de casas vacías sin terminar adornan el paisaje.
En el condado de San Joaquín --uno de los mayores productores del mundo en alimentos-- el brillante sol contrasta con la oscura sombra de la recesión. Algunos viejos recuerdan el inicio de la década de 1930, cuando llegaban camiones destartalados llenos de gente y sus posesiones para trabajar recolectando frutas --un dramático recordatorio de la familia Joad (de Las uvas de la ira de John Steinbeck) y cómo se enfrentaban a una desilusión tras otra en su viaje desde Oklahoma al mítico Jardín del Edén en el Oeste.
Muchos descendientes de aquellos migrantes aún trabajan en las granjas o incluso son sus propietarios. Algunos han engrosado las filas crecientes de los sin hogar. También son una parte sustancial de los blancos en las prisiones del Valle Central de California.
Los latinos son más que los blancos en varios pueblos del Valle. Pero no en Manteca, donde los blancos son mayoría. Casi la mitad de la población trabajadora viaja diariamente a trabajar al Área de la Bahía de San Francisco. “Imagínese lo que eso ha significado a medida que subió el precio de la gasolina durante los últimos dos años”, dijo un empleado en una gasolinera. “Y cuántos de esos empleos eran en la construcción o en las industrias marginales de alta tecnología. No me extraña que la gente no pueda pagar sus deudas. Sin empleo, no hay pago de hipoteca. Se pueden usar las ventas de garaje para sobrevivir, pero no para pagarle al banco por la casa”. El hombre que estaba junto a mí asentía con la cabeza.
En la Parrilla Mexicana de Ricardo, cerca de allí en Oakdale, la propietaria también atendía mesas. Ella explicó que su cuñado había comprado una casa en Manteca por $200 000 dólares “hace solo tres años. Y solo ganaba $25 000 al año. Pero el vendedor le dijo que no se preocupara, no tendría que pagar una entrada, sus pagos no serían muy altos durante tres años y para esa fecha el precio aumentaría mucho y podría venderla con una gran ganancia. Bueno, no funciono de esa manera. Le ejecutaron la hipoteca y para colmo perdió su empleo --y tiene que mantener a su esposa e hijos”.
Ella sacudió la cabeza como si aceptara la triste naturaleza de nuestra época mientras servía las sopas de carnitas. “Mi esposo y yo vendimos nuestra casa justo a tiempo, pero déjeme decirle que el sueño que tenía la mayoría de nosotros de triunfar y que nuestros hijos triunfaran, bueno, ya no parece posible. California no es lo que era”.
En el siglo 19, antes de que los habitantes de Oklahoma fueran atraídos al “Paraíso”, caravanas de mineros y pioneros imaginaban que habían encontrado un atajo hasta los campos de oro de California. Muchos de ellos murieron en el Valle de la Muerte, 300 millas al sudeste de Manteca.
Procesiones sucesivas encontraron depósitos de plata y de otros metales preciosos. Con cada descubrimiento construían asentamientos. Pero la Naturaleza --calor extremo y sequía en el verano-- expulsó a aquellos curtidos pioneros o los mató. Las brillantes rocas atrajeron a los avariciosos buscadores, una emoción que compartieron con los equivalentes contemporáneos de Wall Street, que creen que “La avaricia es buena”. Las rocas contenían indicios de metales preciosos, pero el costo de extraerlos no coincidía con la oferta --no hay comparación con la forma en que se hace dinero en Wall Street.
Actualmente el metal se ha convertido en líquido. Los gritos de “perfora, baby, perfora” se escuchan en el mundo político. Lo que implica una esperanza utópica de que la tecnología de perforación salvará al país ¡Que se jodan los osos y las aves! Sin embargo, los residentes del Valle Central pudieran esperar que a un genio se le ocurra cómo controlar el ciclo descendente de la economía o convertir mágicamente a los secos y polvorientos pueblos en lucrativos destinos turísticos. Hasta en el fresco y limpio aire de Twain Harte, un pueblo de la Sierra Nevada, los hoteles y restaurantes no tienen ni la mitad de huéspedes y clientes.
En el otoño, los enormes pinos y secoyas y los transparentes arroyos supuestamente plenos de truchas debieran atraer a los pobladores de la ciudad. Casi todas las vidrieras de las tiendas de Twain Harte se adornan con fotos de gangas de casas --para vacacionar o retirarse. La industria maderera aun existe, pero no se está expandiendo y, me dice una residente, “Mi esposo trabaja en Sonora. Allá tienen un hospital y casinos de los indios y el Servicio Forestal, el tipo de lugar donde todavía hay empleo”.
Las vallas de Manteca aún dicen que es un gran lugar para ir de compras --especialmente equipos de pesca. Quizás el mercado de la pesca aún atraiga a la gente, pero el resto de la economía minorista se ha pasado a las ventas de garaje. En estos tiempos duros, cuando se dice a la gente que vaya de compras se puede oír el sonido de las chequeras que se cierran. No es solo el alto precio de la gasolina --¿conducir dos horas para ahorrar 5$?--sino los malos tiempos para los consumidores.
La Junta de Conferencia, una organización de investigaciones con sede en Nueva York que suministra importante información a los negocios, confirmó este gris panorama económico. Los miembros de la junta directora incluyen a directores generales de importantes corporaciones globales. Según un nivel de 100 de 1985, realiza juicios mensuales de la confianza del consumidor. En octubre cinco mil hogares norteamericanos respondieron un cuestionario de sus opiniones acerca de la economía --de la nación y la propia. Economistas de la Junta determinaron que el “índice de confianza del consumidor” había disminuido a 38, el más bajo de todos los tiempos. El gasto de los consumidores representa las dos terceras partes de la economía.
A medida que se acerca la temporada de venta de las fiestas, considérese lo siguiente: Mervyn’s el gigante de las tiendas por departamento, se declaró en bancarrota. Linens ‘n Things y Ann Taylor están cerrando sus tiendas; Eddie Bauer ya ha cerrado 27. Cache, la cadena de ropa femenina, descontinuó 23 tiendas; Lane Bryant, Fashion Bug y Catherine’s cerró 150 tiendas en todo el país que “no cumplían las expectativas”. Gap cerrará 85 tiendas además de algunos de sus puntos de venta Old Navy y Banana Republic. Foot Locker abandonará 140 puntos de venta y Muebles Wickes sale del negocio --después de 37 años. Levitz (desde 1910) cerrará sus 76 tiendas en diciembre.
Dentro de dos meses Home Depot cerrará 15 puntos de venta. Mil trescientos empleados perderán su trabajo. CompUSA cerró todas sus tiendas. Macy’s cerrará 9 y Pacific Sunwear 153. Movie Gallery se declaró en bancarrota y tiene planes de cerrar 400 de sus 3 500 tiendas de video. En el otoño pasado cerró 520. Sprint Nextel selló 125 locales y despedirá a 4 000 empleados después de perder 639 000 clientes. El pasado año Sprint despidió a 5 000. Wilson’s the Leather Experts tiene planes para cerrar 158 tiendas. Bombay Company cerrará las 384 tiendas que tiene en EEUU. Juguetes KB, en bancarrota, cerrará sus 356 tiendas. ¡Vaya!
Si viviera, Guthrie podría haber enviado al Presidente la siguiente canción para que se la cante a la gente que le han ejecutado la hipoteca y hace ventas de garaje (con la música de “The Wabash Cannonball”):
El sistema se va al sur con el clima y las aves
Esos osos blancos de Alaska van a ver cómo se diezman sus manadas
La gente que vive en la Calle Principal está tan triste como parecen
La vida es una pesadilla que ha matado al Sueño Norteamericano
No podemos hacer que fluya el crédito, los bancos lo congelan
El Presidente no es más que un mortal, no tiene el trapecio mágico
Así que únanse, ciudadanos, compartamos nuestro cerebro colectivo
Porque como va el país, nos van a volver locos.
Saul Landau es miembro del Instituto para Estudios de Política. Sus filmes están disponibles en DVD por medio de http://roundworldproductions.com/Site/Films_by_Saul_Landau_on_DVD.html.