Traducido del inglés por Sinfo Fernández |
- no como la de un judío frente a un no judío
- sino como una lucha de aquellos que buscan la igualdad bajo la ley para todas las personas, sin importar cuál sea su religión, frente a quienes se oponen a ese objetivo.
Washington.- “Si llegara un día en que se viniera abajo la solución de los dos estados y tuviéramos que enfrentar una lucha similar a la sudafricana por la igualdad del derecho de voto (también para los palestinos de los territorios), entonces, tan pronto como eso suceda, se acabó el Estado de Israel”, dijo a Ha’aretz el Primer Ministro Ehud Olmert el miércoles, el día en que terminó la Conferencia de Annapolis con un pacto para intentar alcanzar un acuerdo de paz en Oriente Medio a finales de 2008.
“Las organizaciones judías, que son la base de nuestro poder en Estados Unidos, serían las primeras en levantarse contra nosotros”, dijo Olmert, “porque dirían que no pueden apoyar a un estado que no se base en la democracia y la igualdad del derecho al voto de todos sus habitantes”.
El núcleo de la estrategia sionista
Los dirigentes israelíes tienen una estrategia esencial para mantenerse en el poder:
- Conseguir que los judíos normales en Israel y que el pueblo estadounidense crean que los judíos viven rodeados de violentos terroristas antisemitas. Consiguen esto representando a toda la resistencia que se enfrenta a la limpieza étnica de palestinos por Israel como un hatajo de terroristas antisemitas.
- Utilizar el potencial militar estadounidense e israelí para asegurar que la resistencia frente al sionismo no pueda nunca triunfar a la hora de derrocar a la elite gobernante sionista de Israel.
La primera parte de la estrategia es claramente fundamental para la segunda.
El requerimiento principal que debe asumir la resistencia palestina para triunfar es que tiene que derrotar el corazón de esa estrategia sionista. Y se dan todas las razones para creer que puede lograrse.
Hay cinco millones de judíos en Israel y trescientos millones de estadounidenses en Estados Unidos. La mayoría de esas personas quiere vivir en un mundo donde la gente no esté en guerra [2] contra el otro, y donde prevalezca el principio de igualdad [3]. La gente apoya el terrorismo gubernamental que Israel inflige a sus enemigos sólo cuando está convencida de que les está amenazando un enemigo con valores muy diferentes y que la alternativa es matar o que te maten.
Cuando la resistencia frente al sionismo tenga éxito y logre persuadir a la mayoría de los israelíes y estadounidenses de que es ese mismo sionismo el que ataca los valores positivos compartidos por la mayoría de las personas de todas las religiones, entonces y sólo entonces será posible derrocar a la clase dominante israelí. Los dirigentes israelíes lo saben. Y por eso actúan de una forma que resulta, por otro parte, paradójica.
El papel de Hamas
Los dirigentes israelíes han estado llevando a cabo una serie de acciones, antes y durante la reciente masacre de palestinos en Gaza, que han servido para fortalecer, y no para debilitar, a Hamas.
Muchos artículos e informes en fuentes bien conocidas en todo el espectro político saben y describen ese hecho extraño, independientemente de que difieran en sus explicaciones y actitudes ante y hacia el mismo.
En un informe de la UPI [4] de 2002, Richard Sale escribió:
“Según varios funcionarios actuales y anteriores de la inteligencia estadounidense [5], a partir de los últimos años de la década de 1970, Tel Aviv estuvo durante una serie de años dando ayuda financiera directa e indirecta a Hamas. Israel ayudó directamente a Hamas: los israelíes querían utilizar a la organizacion como contrapeso a la OLP (Organización para la Liberación de Palestina)”, dijo Tony Cordesman, analista de Oriente Medio para el Centro de Estudios Estratégicos. “El apoyo de Israel a Hamas fue un intento directo de dividir y diluir el apoyo hacia una fuerte y laica OLP utilizando una alternativa religiosa en competencia”, dijo un ex alto oficial de la CIA”.
Rashid Khalidi, Profesor de Estudios Árabes de Edward Said en la Universidad de Columbia, escribió el 15 de enero de 2009 en London Review of Books [6]:
“Sin embargo, movimientos de resistencia como los de Hizbollah y Hamas pueden proclamar de modo verosímil que obligaron a retirarse a Israel de tierra árabe ocupada a la vez que se anotaban impresionantes ganancias en las urnas; también han estado razonablemente libres de corrupción. Como si estuviera determinado a aumentar la influencia de esos movimientos radicales, Israel no ha perdido oportunidad para socavar a Abbas y a la AP… Pero no va a poder derrotar fácilmente a Hamas… es probable que emerja políticamente más fuerte que nunca cuando la guerra termine…”
John J. Mearsheimer, Profesor de Ciencia Política en la Universidad de Chicago, escribió el 18 de enero de 2009 [7]: “Gaza: Another War, Another Defeat”
“Efectivamente, la reacción de Hamas ante la brutalidad de Israel [8] parece acreditar la observación de Nietzsche de que lo que no te mata te hará más fuerte”.
Anthony H. Cordesman, analista de seguridad nacional para ABC News, en el artículo “The War in Gaza. Tactical Gains, Strategic Defeat?” [9], escrito el 9 de enero de 2009, decía:
“Al menos hasta estos momentos [10], la información desde el interior de Gaza indica que con cada nuevo ataque aéreo o avance por tierra israelí aumenta el apoyo popular hacia Hamas y la rabia contra Israel en Gaza. Lo mismo ocurre en Cisjordania y en el mundo islámico. Irán y Hizbollah están capitalizando el conflicto… ¿Cuál es el objetivo estratégico tras los combates actuales [11]?... ¿Acabará Israel potenciando a un enemigo en términos políticos que derrotó en términos tácticos?... Para ser sincero, hasta ahora la respuesta parece ser sí”.
Khalid Amayreh, un periodista que vive con su familia en la ocupada ciudad palestina de Dura, informaba en “Hamas Gaining Sympathy as Onslaught Continues” [12], escrito el 1 de enero de 2009:
“Los intelectuales palestinos [13] así como la gente normal esperan que la popularidad de Hamas aumente de forma espectacular cuando acabe la actual campaña israelí… ‘Hay extendidos sentimientos [14] entre los palestinos de que la AP está muy satisfecha de lo que está sucediendo en Gaza. Y esto sin duda va a socavar seriamente la imagen del liderazgo palestino’, opinaba Abdul Sattar Qassem, Profesor de Ciencia Política en la Universidad Nacional de Najah en Nablus. Qasem predijo que la actual campaña israelí aumentaría la popularidad de Hamas.
“Qasen dijo creer que la AP sería la gran perdedora del actual enfrentamiento entre Israel y Hamas.
“Otro intelectual palestino, Abdul Bari Atwan, predice que el apoyo público hacia Hamas aumentará como consecuencia de la actual campaña israelí contra la Franja de Gaza”.
Finalmente, este vídeo elaborado el 13 de abril de 2009, informaba:
“Desde el comienzo de su ofensiva contra la Franja de Gaza, Israel ha declarado una y otra vez que seguirá atacando hasta que aplaste lo que denomina como maquinaria terrorista de Hamas. Sin embargo, mientras prosigan los bombardeos de Israel, parece que seguirá creciendo el atractivo de Hamas, informa Hashem Ahelbarra, de Al Yasira, acerca de cómo la guerra ha hecho que Hamas gane apoyo popular”.
La mayor parte de los autores mencionados explican el hecho de que Israel fortalezca a Hamas mientras proclama que quiere debilitarlo, como algo causado por la incompetencia de los dirigentes israelíes. Pero cuando alguien continúa haciendo algo que tiene las consecuencias que proclama no querer, la explicación más plausible es que realmente sí quiere hacerlo.
La comprensión normal puede que lleve a negarlo, pero la realidad es que los dirigentes israelíes tienen buenas razones para querer fortalecer a Hamas. Hamas y los dirigentes sionistas de Israel quieren ambos enmarcar el conflicto del mismo modo: como una guerra religiosa entre judíos y no judíos más que como un conflicto entre los que quieren la igualdad independientemente de la religión de uno, en un estado democrático y laico, y los que quieren la desigualdad.
La versión sionista de este compartido marco de guerra religiosa entre Israel y Hamas llama a hacer todo cuanto se pueda para que toda Palestina sea un estado judío basado en la afirmación contenida en la Declaración del Establecimiento del Estado de Israel: “El derecho del pueblo judío a establecer su Estado es irrevocable. Este derecho es el derecho natural del pueblo judío a ser dueño de su propio destino, como todas las demás naciones, en su propio Estado soberano” [15]. Los dirigentes israelíes han ido construyendo ese armazón perpetrando una violenta limpieza étnica de palestinos, oprimiendo a los palestinos tanto dentro como fuera de Israel y ejecutando matanzas salvajes de civiles no combatientes palestinos y libaneses.
La versión de Hamas de este marco de guerra religiosa aparece detallada en el “Pacto del Movimiento de Resistencia Islámico (1988)”, en el que llama a que Palestina se convierta en un estado islámico, en el cual: “Es deber de los seguidores de otras religiones dejar de disputar la soberanía del Islam en esta región” [16]. Los dirigentes de Hamas han puesto en marcha este marco atacando a civiles judíos no combatientes con suicidas-bomba y cohetes Qassam.
Para estructurar de este modo el conflicto, los dirigentes israelíes necesitan que Hamas les ayude a moldearlo [17] como judíos frente a no judíos. Sólo en este tipo de marco, en el que los medios dominantes de comunicación pro-Israel no cejan en representarles como “gente decente y amante de la paz frente a violentos terroristas antisemitas”, pueden los auténticos gobernantes de Israel –multimillonarios [18], generales y los políticos que les sirven- perpetuar sus garras sobre la población judía de Israel y mantener el apoyo de los judíos y del público en general en los Estados Unidos: su aliado indispensable.
Esto es lo que explica, por otra parte, el hecho paradójico de que los dirigentes israelíes hagan cosas que fortalecen a Hamas y que las sigan haciendo una y otra y otra vez.
Esto explica también por qué los dirigentes israelíes han hecho todo lo posible para minar la legitimidad de la OLP (Fatah y Abbas) a los ojos de los palestinos. El objetivo oficial de la OLP (o al menos el que era antes de Oslo) es una Palestina laica y democrática con igualdad para todos bajo el imperio de la ley. Cualquier organización palestina que tenga este objetivo supone una amenaza estratégica para el sionismo.
Los dirigentes israelíes derrotaron a la OLP utilizando Oslo para atraer a su liderazgo a actuar de una forma que hizo que el pueblo palestino –y con toda la razón- rechazara a la OLP por haberse convertido en los corruptos espantajos del gobierno israelí. El entonces primer ministro de Israel, Ariel Sharon, dio el golpe final a la OLP y le entregó un regalo valioso a Hamas cuando, justo antes de las elecciones palestinas de 2006, desplegó la gran farsa de insistir en que la retirada israelí de tropas y colonos de Gaza era un acto unilateral y no el resultado de negociación alguna con el Abbas de la OLP. Esto suponía para los palestinos el mensaje de que la estrategia de la OLP de negociación moderada no había conseguido nada y reforzaba la afirmación de Hamas de que su militancia era la responsable de la retirada de Israel, ayudando así a asegurar su victoria electoral.
El núcleo de la estrategia del sionismo requiere ganar la guerra ideológica en Israel y en los Estados Unidos. Los dirigentes israelíes promueven a Hamas para que puedan conformar el conflicto como guerra religiosa. El trabajo de la buena gente de todo el mundo es impedir que los dirigentes israelíes ganen esta guerra ideológica, explicando a nuestros conciudadanos que no importa lo que los dirigentes de Hamas puedan decir o hacer, que el conflicto en Palestina no es, definitivamente, una guerra religiosa.
La inmensa mayoría de los palestinos no quiere reemplazar la desigualdad de la dominación judía sobre los no judíos por lo contrario. Quieren igualdad. Quieren igualdad para todos los seres que viven en la Palestina histórica sin que importe cuál pueda ser su religión. Quieren el derecho al retorno para los palestinos que fueron étnicamente limpiados por el sionismo. Quieren la misma compensación por parte de Israel [19] de las propiedades robadas por el sionismo que la que recibieron los judíos de Alemania por sus propiedades robadas por los nazis. Los únicos que están realmente amenazados por estas demandas son las reducidas elites que quieren gobernar a los pueblos del mundo sobre la base de la desigualdad y de enfrentar a un pueblo contra otro. Son pocos y cobardes, podemos derrotarles.
NOTAS:
[1] http://www.haaretz.com/hasen/
[2] http://www.prospectsforpeace.
[3] http://divestmentproject.org/
[4] http://www.newdemocracyworld.
[5] http://www.newdemocracyworld.
[6] http://www.newdemocracyworld.
[7] http://www.newdemocracyworld.
[8] http://www.newdemocracyworld.
[9] http://www.newdemocracyworld.
[10] http://www.newdemocracyworld.
[11] http://www.newdemocracyworld.
[12] http://www.newdemocracyworld.
[13] http://www.newdemocracyworld.
[14] http://www.newdemocracyworld.
[16] http://avalon.law.yale.edu/
[17] http://www.newdemocracyworld.
[18] http://www.newdemocracyworld.
[19] http://newdemocracyworld.org/
John Spritzler es autor de “The People as Enemy: The Leader’s Hidden Agenda in World War II” [20], y es científico investigador en la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Enlace con texto original:
http://www.newdemocracyworld.