domingo, 15 de febrero de 2009

- "La madre patria España", y la creación de "dictadores latinos". -



La verdad sobre el referéndum para enmendar la Constitución de Venezuela


"La madre patria España", y la creación de dictadores latinos.




Mucho se ha dicho y escrito sobre el referéndum que se celebrará en Venezuela el próximo 15 de febrero para modificar cinco artículos de la Constitución, con el simple objetivo de permitir que los candidatos a los cargos de elección popular (diputados, alcaldes, gobernadores y presidente de la República) puedan postularse sin que exista más limitación para ejercer el cargo que la voluntad popular expresada en elecciones periódicas. De ser aprobada la enmienda en dicho referéndum, Venezuela pasará a tener simplemente un sistema similar al existente en España y en la mayor parte de las democracias europeas, donde la posibilidad de reelección popular no está sometida a un número determinado de períodos.

Recordemos que Felipe González llegó en cuatro ocasiones a ser elegido presidente del Gobierno de España, ejerciendo este cargo entre 1982 y 1996; al presentarse por quinta vez perdió frente a José María Aznar, quien le sucedió en el cargo. Igualmente el actual presidente de la Comunidad Autónoma de Andalucía, Manuel Chaves, continúa ejerciendo dicho cargo para el que fue electo por vez primera hace 18 años. El señor Chaves en las últimas elecciones autonómicas celebradas en el año 2006 ganó con mayoría absoluta. Podrán gustar al lector más o menos Felipe González o Manuel Chaves, pero ¿Quién se atrevería a decir que estos políticos españoles son dictadores sin legitimidad democrática? Tal aseveración sería una vil mentira ¿Por qué entonces se muestra la enmienda constitucional que va a decidir el pueblo venezolano mediante un referéndum como un abuso de poder, un atentado contra la democracia y el Presidente Chávez es calificado como un tirano?

Pues bien, los medios de prensa escrita de mayor difusión en España se han esforzado sobremanera por mostrar la enmienda a la constitución venezolana como un atentado contra la democracia y al Presidente Chávez como un usurpador de la voluntad popular. Valga ahora mencionar algunos ejemplos recientes de esta manipulación y deformación de la información, como lo fueron el editorial de El País, publicado el 9 de febrero con motivo del aniversario de una década de Chávez al frente de Venezuela, y en el se afirma sin base alguna en su subtítulo que “El proyecto socialista y bolivariano ha derivado en un régimen personalista y autoritario”; la noticia de ABC que el 28 de enero lleva por título “Chávez ganaría el referéndum para perpetuarse en el poder”; el artículo del consejo editorial de El Mundo donde se asevera que el Presidente Chávez “valiéndose de artimañas constitucionales” pretende “eternizarse en el poder”; por último mencionar también la entrevista realizada por La Vanguardia al dirigente opositor Yon Goicochea que selecciona como título la cita “no podemos permitir un rey en Venezuela”.

Pareciera entonces que los mencionados diarios españoles están realizando ingentes esfuerzos por crear la falsa matriz de opinión de que el referéndum del próximo domingo es para establecer una reelección indefinida, violándose el derecho de los lectores de estos diarios de recibir una información veraz, pues en Venezuela las “reglas de juego” siguen ajustándose perfectamente a la democracia y todo está definido en la Constitución y las leyes.

Pero junto a la supuesta restricción de las libertades democráticas en Venezuela, se iniciaron otras campañas de desprestigio contra el Gobierno bolivariano durante las últimas semanas. De ellas la más grave y con mayor repercusión internacional ha sido calificar al Gobierno chavista como antisemita tras el asalto a una sinagoga de Caracas. Este fue sin duda un acto deplorable, pero muchos medios nacionales y extranjeros señalaron inmediatamente que el hecho fue responsabilidad del Gobierno de Chávez, llegando a haber manifestaciones de protesta contra Venezuela frente a la sede de la ONU en Nueva York. En estos días se ha detenido a una docena de personas involucradas en el crimen, y parece bastante claro que el asalto de la sinagoga fue motivado por el robo de objetos de valor que allí se encontraban y que los mensajes racistas que los delincuentes dejaron por todo el edificio tenían la finalidad de confundir a las autoridades. Hasta el momento, aunque el caso ha sido resuelto, nadie se ha retractado de las acusaciones de antisemitismo vertidas sobre el presidente Chávez.

El terrible resultado de esta guerra mediática en contra de la imagen del Presidente Chávez y sus políticas, es que hoy día se le considera como el líder internacional peor valorado por los españoles, según se desprende del barómetro del Real Instituto Elcano realizado a finales del año 2007. Si los españoles conocieran la realidad de Venezuela de una manera objetiva y no a través del deformado prisma de estos tendenciosos medios, la percepción sería otra completamente diferente y con seguridad muchos apoyarían y/o respetarán el genuino proceso de transformación social que estamos viviendo los venezolanos. Tal y como ocurre con la gran mayoría del pueblo de Venezuela, que ha dado su confianza al Presidente Chávez siempre en democracia y plena consciencia.

Los pueblos del mundo, incluyendo el español, serán testigos de excepción este domingo cuando se desarrolle este democrático referendo en el que los venezolanos, soberanamente, sin injerencias, decidirán ampliar sus derechos políticos y avanzar hacia la democracia directa, una democracia real, una democracia que se profundiza día tras día. Es comprensible, sin embargo, desde la lógica del poder y las leyes del capitalismo, que el fin de la tergiversación mediática se deba al temor que existe en los grandes centros de poder económico – político del planeta, vistas las transformaciones estructurales, pacíficas y democráticas que están multiplicándose en nuestros países. Esa guerra comunicacional patrocinada por los grandes concentradores del capital y la esperanza, buscando desprestigiar los procesos democráticos que se adelantan en Nuestra América, es una reacción hasta natural de los poderosos, que saben que de replicarse en sus países procesos similares, implicaría el final del gobierno de los pocos y el ejercicio del poder popular de sus pueblos, la justicia social y el fin de sus groseros privilegios.

La “expulsión” de Luis Herrero de Venezuela, o del penúltimo esperpento del guión opositor y de sus comparsas de la derecha europea



No merece la pena dedicarle mucho tiempo: en España, una declaración similar a la de Luis Herrero le hubiera supuesto una acusación por parte de la fiscalía del Estado con el cargo de, cuando menos, "expresiones vejatorias, humillantes y atentatorias contra la dignidad y el honor" del jefe de Estado (Artículo 208, 490.3, 504 y 505 del Código Penal español). Enfrentaría, además, una petición de pena de cárcel que hubiera estado por encima de los tres años.

Que un periodista caracterizado por su tono faltón, chulesco y reaccionario haga en Venezuela lo que no podría hacer en España, es una señal más de cómo la derecha española sigue considerando la independencia de América Latina como una afrenta personal. La rabia profunda que muestran ante la recuperación de su soberanía y la defensa de su dignidad no son sino el reverso de esa arrogancia que pretende dictar desde el Norte los caminos del Sur.

Respóndanse a una simple pregunta: ¿Qué hubiera pasado en España si un diputado de, pongamos el Sinn Fein, hubiera venido a España invitado por algún grupo político abertzale y hubiera afirmado que:

“Es intolerable desde todos los puntos de vista democráticos y de defensa de los derechos humanos, que se puedan provocar situaciones de amedrentamiento, situaciones de violencia, de amenaza, como las que yo personalmente he escuchado"

¿Qué hubiera ocurrido si un Diputado europeo, pongamos que belga, francés o italiano, hubiera venido a España, invitado como acompañante electoral –con lo que implica de reserva y no implicación- y hubiera vertido opiniones parciales sobre asuntos directamente ligados a la consulta electoral –por ejemplo, la reforma constitucional que tiene España en su agenda-, además de poner en cuestión el compromiso del Gobierno o del Rey con los derechos humanos? ¿Qué hubiera ocurrido si hubiéramos tenido que escuchar a ese diputado afirmar:

“Y por lo tanto, quiero que sepan que la delegación del Partido Popular Europeo, que se encuentra aquí como invitado internacional para asistir a este proceso electoral, de un referéndum que (el Gobierno) ya perdió hace un año, no dejará en ningún momento de denunciar públicamente en todas las instituciones europeas un comportamiento que considera profundamente lesivo para la dignidad del ser humano”

¿Cómo hubiera reaccionado la tridentina radio de la Conferencia Episcopal de donde procede el eurodiputado Herrero si un político invitado por cualquier partido hubiera declarado a los medios durante el Gobierno de Aznar que: ““Permítanme decirle a todos los (españoles) que nos estén escuchando, que no pierdan de vista que son ciudadanos libres y que tienen que votar en libertad, que tienen que votar lo que quieran. Yo no estoy diciendo que voten ni que sí ni que no. Estoy diciendo que voten en libertad, y que jamás voten dejándose llevar por el miedo que premeditadamente un dictador (el Rey de España o el Presidente del Gobierno) está tratando de trasladar a su ánimo”.

Para terminar afirmando que la ampliación del cierre de los colegios electorales (en un país donde el pueblo no tiene tan sencillo acudir a los centros de votación), lejos de ser un apoyo a la soberanía popular y motivo de orgullo democrático se convierte en “temor a que pueda ser utilizada esa nocturnidad, digámoslo así, para tratar de hacer algún tipo de maniobra que no sea transparente y que no sea democrática”.

Evidentemente, ni el Gobierno ni el Parlamento ni los medios de comunicación hubieran tolerado a un extranjero lo que tampoco le toleran las reglas de juego democrático a un nacional.

Pero sabemos que de lo que se trataba era de hacer ruido. Como siempre antes de unas elecciones. Quisieron culpar a Chávez del asalto a la sinagoga de Caracas por parte de presuntos delincuentes –entre los que estaba el escolta personal del rabino-; quisieron culpar a Chávez de la represión a estudiantes universitarios publicando en los medios fotos de cargas policiales nada menos que en Alemania; quisieron culpar a Chávez de pretensiones dictatoriales presentando la ampliación de un derecho que tenemos en 16 países europeos –que cualquier cargo público pueda volver a postularse- como un paso más en la supuesta pérdida de derechos democráticos en la República Bolivariana de Venezuela.

La estrategia descalificadora contra Venezuela hiede. Y no caben medias tintas ni justificaciones para valorar comportamientos como los de Herrero. Las empresas españolas de medios de comunicación ya han empezado un nuevo pin-pan-pun contra Venezuela defendiendo una conducta, la del eurodiputado, que es directamente desestabilizadora y que las democracias europeas no tolerarían. Comportamientos ensayados que buscan, como ya hicieron durante el golpe de Estado de abril de 2002, tumbar la posibilidad en marcha para reinventar la democracia en nombre de los siempre excluidos.

Qué capacidad tiene la derecha para exportar basura fuera de sus fronteras, sea con operaciones Cóndor, revoluciones de colores, traslados de residuos o visitas desestabilizadoras. “Hay algo podrido en Dinamarca”, dice Hamlet. Habría cerca, seguro, algún eurodiputado convencido de poseer licencia para difamar.

En Venezuela, como en el resto de países que están reinventando la democracia, hay mucho todavía por hacer. Lo sabemos los que estamos comprometidos con ese sueño de, por y para los pobres. La fetidez hay que buscarla en el modelo que está haciendo agua en todo el mundo. El que representa el señor Luis Herrero. El aire que atraviesa América Latina sigue llenando los pulmones de aire fresco.

Lo que debe saber sobre el referéndum venezolano y no le explicarán los medios de comunicación




¿Qué se vota el día 15 de febrero en Venezuela?

La actual Constitución venezolana limita la elección del cargo de gobernadores, alcaldes y presidente a dos legislaturas, y los parlamentarios de cada estado y nacionales a tres. Los venezolanos y venezolanas están convocados a votar SI o NO a una enmienda constitucional que elimina esa limitación. La pregunta a la que responderán, efectivamente algo retórica y enrevesada es esta:

¿Aprueba usted la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la República tramitada por la Asamblea Nacional, que amplía los derechos políticos del pueblo, con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana, en ejercicio de un cargo de elección popular, pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo por el tiempo establecido constitucionalmente, dependiendo su posible elección exclusivamente del voto popular?

¿La aprobación de la enmienda supondría la reelección indefinida del presidente Hugo Chávez?

En primer lugar, como se puede comprobar, los cambios afectan a varios cargos no sólo al del presidente. La aprobación de la enmienda no supone reelección alguna, sólo la opción a presentarse.

¿Con qué base legal se propone ese referéndum?

La convocatoria del referéndum se fundamenta en el Capítulo I del Título IX de la actual Constitución referente a las enmiendas y de la reforma constitucional. Según su artículo 340 “la enmienda tiene por objeto la adición o modificación de uno o varios artículos de esta Constitución, sin alterar su estructura fundamental”. Según el artículo siguiente, el 341, la iniciativa podrá partir del quince por ciento de los ciudadanos o de un treinta por ciento de los integrantes de la Asamblea Nacional y deberá ser aprobada por la mayoría de la Asamblea. En este caso seis millones de venezolanos expresaron su apoyo en la campaña de recogida de firmas, el 87'95 % de los miembros de la Asamblea firmaron la iniciativa y fue apoyada finalmente por el 92'13 %.

¿No se votó ya eso mismo en el referéndum para la reforma Constitucional que se celebró en diciembre de 2007 y que no salió aprobado?

Lo que se votó entonces fue una reforma constitucional conforme se establece en otro Capítulo y artículo diferente, el 342, que establece que “la reforma constitucional tiene por objeto una revisión parcial de esta Constitución”. Afectaba a 69 artículos, entre los que se incluía el referente a los límites de mandatos presidenciales, pero no al resto de cargos y, en cambio, reformaba muchas otras cuestiones.

¿Pero no resulta ilógico volver a consultar sobre algo que ya se hizo hace dos años?

Son dos iniciativas de consulta popular diferentes de las tantas que existen en la Constitución venezolana, que por supuesto no son incompatibles. Del mismo modo que no se consideró ilógico en el año 2004 convocar un referéndum revocatorio para decidir si el presidente debía dejar su mandato a pesar de haber sido elegido dos años antes.

Pero muchos medios y analistas dicen que ese referéndum acercará a Venezuela a una dictadura

La aprobación de la enmienda solamente supondrá que todos los ciudadanos se pueden presentar a los cargos y que no invalidará a ningún venezolano por haber desempeñado el cargo en dos legislaturas anteriores, y que, igualmente, los electores podrán elegir a cualquier ciudadano que desee presentarse, no como en la actualidad que quienes hayan ejercido el cargo en un número determinado de legislaturas quedan invalidados para ser elegidos.

Vale la pena precisar que la reelección sin limitaciones está reconocida por 17 de los 27 países que integran la Unión Europea, sin que haya generado polémica alguna ni sean acusados de dictadura o deterioro democrático. Basten como ejemplos el de Tage Fritiof, primer ministro de Suecia durante 23 años continuos; Helmut Kohl, canciller federal de Alemania durante 16 años seguidos o Felipe González, presidente del gobierno español durante 14 años sin interrupción.

¿Esa enmienda no acerca a Hugo Chávez al cargo vitalicio de presidente?

No existe cargo vitalicio alguno, los candidatos deberán conseguir los votos necesarios para ser elegidos, la aprobación de la enmienda dejaría a Hugo Chávez en la misma situación que a cualquier otro ciudadano, a diferencia del sistema actual que permite a cualquier venezolano presentarse al cargo de presidente en las próximas elecciones menos a Chávez.

Pero la limitación de legislaturas supone colaborar en la renovación de los cargos políticos y en que algunos de ellos no se establezcan excesivo tiempo en el poder

Esa es una afirmación discutible. Lo que no es discutible es que esa limitación lo que verdaderamente crea es una disminución de derechos del ciudadano que ya no puede votar a un determinado candidato por la única razón de que ejerció el cargo durante las dos legislaturas anteriores. Con el sistema actual, paradójicamente, el representante cuya labor haya sido reconocida y aplaudida por los electores tendrá como consecuencia que no podrá volver a ejercerlo. En cualquier caso, la última palabra es del elector que podrá votarlo o no cuando llegue el momento.

Entonces el día 15 los partidarios de Chávez votarán Sí y los opositores No

No necesariamente, no se está consultando sobre Hugo Chávez, un elector puede considerar hoy que cualquier cargo puede tener derecho a la reelección y que, igualmente, no desea que exista algún ciudadano al que no pueda votar y, en su momento, votar por Chávez o por otro candidato.

¿Existen garantías de que el referéndum se celebrará con absoluta limpieza?

Venezuela ha sido el país en el que se han desarrollado más procesos electorales en los últimos diez años, en ninguno de ellos se han producido impugnaciones con fundamento, tal y como han resuelto los numerosos observadores internacionales de todo tipo de ideología y nacional que sistemáticamente fueron invitados por la autoridades y los partidos opositores.

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