viernes, 29 de febrero de 2008

EL SAGRADO CULTO AL DIOS DE LA MERCANCIA Y LA GANANCIA

La guerra contra los cartoneros
26/02/08

Por Oscar Taffetani

(APe).- La corporación Baosteel de Shangai fue una de las primeras en interesarse en el reciclado de la chatarra de las Torres Gemelas.

Todavía humeaban en el Ground Zero los restos de esos dos grandes edificios neoyorquinos; todavía los bomberos y brigadistas buceaban entre los escombros buscando cadáveres; todavía los familiares de las víctimas dejaban correr sus desoladas lágrimas hacia el Hudson, cuando febriles e-mails ofertaban y contraofertaban en la puja por quedarse con los metales chamuscados y retorcidos que había dejado el 11-S.

Finalmente, los empresarios cerraron trato, a unos 150 dólares la tonelada. Un primer barco con restos de las Torres Gemelas llegó a la India en enero de 2002. Lo esperaban miles de obreros recicladores, listos para clasificar el material y enviarlo a las trituradoras y hornos de fundición. Otro barco, pocos días después, llegó a China, donde también lo esperaban miles de obreros recicladores. Y así hasta dar cuenta de las 300 mil toneladas de chatarra generadas por el atentado.

Luego, aquel metal oscuro, vuelto a relucir, ya convertido en cucharitas, en ollas y sartenes, volvió al Nuevo Mundo (incluso a la ciudad de Nueva York) para satisfacción de millones de ciudadanos con sus impuestos al día, admirados de la calidad y buen precio de los productos chinos.

He allí una muestra de la economía globalizada. Todo es reciclable y comercializable, y no hay poder sobre la tierra -ni dolor humano- que pueda imponer otras reglas.

Historia de un oficio

Cuando el brigadier Cacciatore, intendente de facto de la Reina del Plata, prohibió la incineración de residuos y eliminó los basurales a cielo abierto, a principios de los ‘80, tenía previsto reemplazar el viejo sistema por una empresa estatal faraónica (como todo lo que hacía) llamada CEAMSE.

Al funcionamiento -o disfuncionamiento- del CEAMSE se le debe una nueva atracción turística porteña: la Reserva Ecológica. También, la aparición de nuevas pampas de relleno sanitario en el Conurbano. Y se le debe, fundamentalmente, la aparición de los cartoneros, obreros del reciclaje que juntan, clasifican y trasladan hacia los mayoristas y los refundidores una parte de la basura que a diario produce la ciudad.

Así, el popular ciruja, tan bien retratado en tangos y aguafuertes del siglo pasado, devino cartonero, ya que el grueso del material que levanta de calles y veredas es cartón, seguido de papel, latas y PET (un plástico recuperable, utilizado en envases de bebidas y alimentos).

Pero, además, fruto de las necesidades de los super y los hipermercados y de los nuevos sistemas de logística, la producción de envases reciclables ha ido aumentando en proporción geométrica y la cantidad de basura generada ya se ha vuelto incalculable.

En las décadas siguientes, la pauperización y lanzamiento a la intemperie de decenas de miles de habitantes de la Capital y el Conurbano (un genocidio que no ha merecido hasta ahora la atención judicial) creó una nueva clase de trabajadores informales, los cartoneros, quienes complementan la recolección sistemática de la basura, que está por lo general a cargo de concesionarios.

Pronto, con esa admirable dignidad que saca a relucir nuestro pueblo en los momentos más difíciles, los cartoneros se organizaron en cooperativas y en pequeñas empresas familiares.

Ataque de madrugada

El Gobierno porteño, atento a la nueva realidad (y al “que se vayan todos” que todavía flotaba en el aire) creó un marco legal -la ley 992 del 21 de enero de 2003- para que el trabajo de los recicladores urbanos (así los llamó) se pudiera desarrollar en condiciones de seguridad y salubridad.

Había cambiado, en los últimos tiempos, el paisaje de Buenos Aires, y aquellos humildes obreros del reciclaje, en lugar del uniforme de una empresa privada de recolección de residuos, lucían otro “uniforme”: el de la pobreza. Pero además (y esto era lo que molestaba a ciertos empresarios-basura), osaban quedarse con una parte del valor de esa valiosa mercancía arrojada cada tarde a las veredas por la ciudad opulenta.

Entonces, a fines de 2007, una combinación de movimientos empresarios y dirigenciales (el levantamiento del Tren Blanco que conducía a los obreros y su carga desde la Capital al Conurbano; la contratación de camiones con un plan encubierto de erradicación; el desalojo compulsivo de los campamentos de cartoneros, etcétera) marcó el inicio de una extraña guerra, una guerra declarada por el nuevo Gobierno porteño a ese “enemigo” que había incurrido en el desaguisado de querer vivir, de querer seguir respirando y alimentando a sus hijos, de mantener una obstinada honradez y una obstinada dignidad.

Las excusas empresarias y dirigenciales fueron cínicas, semejantes a las de los nazis antes de comenzar su faena: “El Tren Blanco se puede convertir en un Cromañón rodante”, dijo uno. “Esas familias acampadas son un riesgo para ellas mismas; los chicos no tienen seguridad”.

Luego del discurso, acompañado y amplificado por algunos medios, vino la acción: desalojos de madrugada, secuestro y destrucción de las “pertenencias” de los cartoneros (hasta paquetes de pañales cargaron en camiones compactadores), bastonazos, golpes a los que se resisten, detención de los más rebeldes.

Algunos vecinos del barrio de Belgrano que comprendieron la justa demanda de los cartoneros, les acercaron alimentos, vituallas y su presencia solidaria al campamento. Fueron pocos, a decir verdad, pero demostraron que el país tiene reservas morales no sólo “al otro lado de la General Paz”.

Mientras tanto, los concesionarios de los trenes urbanos se reúnen con los concesionarios de la basura urbana y con los concesionarios del Gobierno nacional y municipal (de algún modo hay que llamarlos). En esas reuniones secretas se habla de grandes temas, como el precio de la basura en sus distintas etapas, el costo de los camiones destinados a los cartoneros, el costo de las campañas de prensa y el futuro del pingüe negocio, en el mediano y largo plazo.

No importa cuánta sangre humana se haya vertido -y se vaya a vertir- en esta guerra. Podrán olvidarse héroes y fechas patrias, versos inmortales y de los otros. Pero lo que no puede olvidarse es el culto, el sagrado culto, al dios de la mercancía y la ganancia.

Es el dios que los protege en su guerra, en su implacable guerra contra los cartoneros.

Tropiezos del caballo

Frei Betto

Adital


Se habla mucho del neoliberalismo para definir el nuevo carácter del capitalismo. Pero ¿qué significa? La esencia del capitalismo es la acumulación progresiva de capital en manos privadas. Los bienes ya no tienen valor de uso; tienen calor de cambio. No son para vivir; son para ser vendidos. En el capitalismo el dinero -esa abstracción que representa valor- está por encima de los derechos y de las necesidades de las personas.

Como observa Houtart, después de la Segunda Guerra Mundial tres factores manejaron las riendas del caballo de carrera llamado capitalismo: el fortalecimiento del movimiento obrero y el miedo a la expansión del comunismo, que hicieron que los Estados burgueses regularan los derechos laborales; la implantación del socialismo en el Este de Europa; y el proyecto de desarrollo nacional en países pobres como el Brasil (conferencia de Bandung, Indonesia, 1955)

Esos tres factores eran la piedra en el casco del sistema capitalista que, por causa de ellos, se vio obligado a reducir su nivel de acumulación y su libertad de apropiarse de todo lo que podía generar riqueza.

El caballo reaccionó. Dio una coz a la regulación del trabajo, lesionando los derechos de los obreros bajo el eufemismo de flexibilización, tercerización, etc., desmovilizando el movimiento sindical y aumentando considerablemente el índice de trabajadores informales y el desempleo, agravados por la creciente informatización de la economía.

La segunda coz fue al socialismo, con la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, acrecentada con la cooptación de China. La tercera fue la globocolonización, la internacionalización de la economía y la imposición al planeta de un único modelo de sociedad, el anglosajón, que predomina en la zona rica del planeta.

He ahí el neoliberalismo: libre de riendas y frenos, el caballo corría desbocado por la pista de la acumulación.

Pero sucede que la vida está hecha de imprevistos. El sistema acarrea dentro de sí sus propias contradicciones. Como ya señaló Marx, él es su propio sepulturero. Y ahora el caballo se ve obligado a desacelerar su carrera por culpa de la crisis ecológica (el calentamiento global), de la crisis de superproducción (hay más oferta que demanda de productos) y de la actual crisis financiera que vacía los bancos de los EE.UU., hace que más de un millón de personas vieran evaporarse su sueño de tener casa propia, y provoca, en un mes, el desempleo de más de 35 mil operarios bancarios norteamericanos.

Los gobiernos de los países capitalistas viven quejándose de que el déficit público es alto y de que ellos no tienen dinero para lo esencial: alimentación, salud, educación, etc. Sin embargo, en el momento en que el caballo tropieza aparece inmediatamente el dinero para socorrerlo. Bush liberó US$ 145 mil millones para tratar de evitar la recesión usamericana, y los Bancos Centrales del mundo rico intentan tener disponibles sus balones de oxígeno financiero para los bancos asfixiados por la crisis o en agonía ante un mercado que falla.

¿Pero es que no vivían clamando que el mercado es el mejor regulador de la economía? ¿No vivían pregonando "menos Estado y más mercado"? ¿Por qué ahora todos corren a los brazos acogedores del Estado de bienestar financiero? ¿Y de dónde vino toda esa fortuna antes negada a los derechos sociales, al socorro de África, al cumplimiento de las metas del Milenio?

La reciente reunión de Davos, club que aglutina a los dueños del dinero, fue como un cónclave de cardenales que, de pronto, descubren que Dios no existe. Ahí quedó estremecida la fe en el mercado. Si él trajo tantas bendiciones a los elegidos de la fortuna, ahora amenaza con maldiciones.

Lo curioso es que el origen del problema no es mundial. Es local, en los Estados Unidos. Como toda la economía mundial se enganchó a la hegemonía unipolar de Wall Street, si éste tose, el mundo se constipa. Queda esperar a ver si la gripe es pasajera, curable con un analgésico, o llevará al paciente a la cama, atacado por fiebres e infecciones.

Lo que nadie pone en duda, mientras tanto, es que, una vez más, la cuenta de tantos tropiezos del caballo será pagada por los pobres. Así funciona el sistema que promete -libertad, prosperidad y paz para todos- y no cumple. Hay que buscar otro mundo posible.

[Autor de "La mosca azul. Reflexión sobre el poder", entre otros libros.
Traducción de J.L.Burguet]


* Fray dominico. Escritor.

Bases piráticas del capitalismo mundial

Juan Erre

Rebelión

"Es necesario comprender que la guerra que se lleva a cabo contra los trabajadores es una verdadera guerra. Los restringidos círculos de la élite financiera posee una conciencia de clase extremadente marcada. Ellos consideran desde hace mucho tiempo que están luchando en una guerra de clases muy ruda, pero no quieren que esto se sepa".

Noam Chomsky. Propaganda y control del espíritu público.



El año pasado, las Islas Vírgenes británicas, invirtieron más en China que Japón o los Estados Unidos. La Isla Mauricio fue, de largo, el primer inversor en la India. Los paraísos fiscales son estados fantoches ligados a las metrópolis coloniales o territorios autónomos de las mismas, en los que las leyes relativas al control de los capitales no existen o están sujetas a excepción. Estos territorios, teóricamente soberanos, funcionan bajo la autoridad formal de monarcas de opereta o de un consejo gestor, frecuentemente ligado al núcleo duro del capital mundial. Los métodos de lavado de capital y fraude son innumerables para ser enunciados en este breve artículo, pero el interés fundamental de los leviatanes financieros globales consiste en establer empresas filiales puramente nominales que acumularán billones de dólares libres de impuestos mediante la técnica llamada de "precio de transferencia" entre las diferentes empresas de un mismo grupo.

Según Simon J. Pack (Los paraísos fiscales, pilares de la mundialización económica), una encuesta realizada en 2005 por la firma Ernst & Young sobre 476 multinacionales repartidas en 22 países, afirma que las estrategias de precio de transferencia están en el núcleo de la política fiscal del 77% de ellas. El 68% (43% en el año 2000) de las empresas, declara integrar esta estrategia desde la fase de concepción de sus productos. Este sistema sirve en primer término para evadirse del impuesto sobre el beneficio, pero también para enmascarar deudas, presentando a los inversores potenciales un balance más atractivo que la situación real.

El 37% del stock de inversión al extranjero de las empresas europeas se sitúa en paraísos fiscales. El 47% de las inversiones extranjeras en Francia proviene de un paraíso fiscal. Al final del año 2004, el Presidente Bush propuso una amnistía fiscal (5.25% en vez del 35% de impuesto sobre el beneficio) a las empresas que desearan repatriar a los Estados Unidos una parte de sus beneficios ocultos. Estos porcentajes no cesan de aumentar, lo que da indicios de la creación de búnkers financieros mundiales, enemigos de cualquier idea de repartición de la riqueza y de la existencia misma del concepto de tesoro público. En efecto, para evitar la fuga de capitales, los gobiernos se ven forzados a bajar la imposición de las empresas para hacerse atractivos al capital, lo que ahoga aún más el estado de los hospitales, saneamiento, educación y vivienda de los parias que cuentan con su fuerza de trabajo como único valor atractivo al capital. Por el contrario, un gobierno que se enfrentara a los ataques piráticos de los magnates financieros, no tardaría en sentir en sus carnes toda la presión que el capital puede ejercer en concepto de amenaza armada y propagandística.

Así, en el seno de la Unión Europea, la tasa de imposición sobre las empresas ha pasado del 35% en 1955, al 25,5% en el 2005. A la inversa, la tasa de imposición sobre el trabajo se mantiene en el 36% para el mismo período. Los ingresos sobre el benefico de las empresas en los Estados Unidos representan hoy la mitad de su nivel de los años 60.

Bill Gates, en contra de la imagen de filántropo de la que pretende dotarse, hace perder cada año 500 millones de dólares al fisco yanqui. Las Islas Caimán son la sede del 80% de los Hedge Funds o fondos de inversión especulativos, esas gigantescas masas de capital que dirigen la política internacional. El Presidente del Consejo Rector de este "estado", en realidad dependiente aún de la Corona británica, señor Richard W. Rahn, dirige a su vez el Discovery Institut, con sede en Seattle, una de las unidades de guerra psicológica articuladas por el imperio contra el "Eje del Mal". La soberanía de estos reductos filibusteros se vende literalmente a abogados que cuentan con gran influencia sobre la legislación local y que pueden obtener lo que deseen en una semana.

Pero tirando un poco del hilo, llegamos a la conclusión de que el principal paraíso fiscal del planeta es hoy la plaza financiera de Londres, en la gran tradición pirática inglesa. En efecto, de los diez requisitos generalmente aceptados para ser considerado como paraíso fiscal, Londres cumple con todos, a saber: Imposición débil o nula para los no residentes, secreto bancario reforzado, secreto profesional blindado, procedimiento de registro simplificado, libertad total de movimieno de capitales internacionales, rapidez de implantación, apoyo de una sólida estructura financiera, estabilidad económica y política, buena imagen de marca y red de acuerdos bilaterales con otros paraísos fiscales y potencias mundiales. No es pues de extrañar la regular implicación de establecimientos londinenses en operaciones financieras dudosas.

Es evidente pues, que la existencia de paraísos fiscales es un instrumento imprescindible para el capital, creados y protegidos por los principales países que lo sirven, es decir, los Estados Unidos y Gran Bretaña y sus satélites. Nada podría resultarles más mortífero que un ataque coordinado contra estos tumores supurantes de corrupción.


autoconvocados calingasta

Muerte a cielo abierto

! Por Alicia Dujovne

PARIS

La noticia, por una vez, es buena: Nicolas Sarkozy acaba de decirle que no al ambicioso proyecto de mina de oro a cielo abierto para la Guyana, que se proponía hacer añicos una hermosa montaña tropical llamada Kow, famosa por su biodiversidad y por sus caimanes gigantes. Ironías del destino, la importante y ahora despechada empresa minera que pensaba acabar con la montaña y con sus simpáticos animalitos responde al nombre de CBJ Caiman Iamgold. El ejemplo de un país como Francia, cuyo presidente no se cuenta entre mis mayores pasiones, pero cuyo movimiento ecologista tiene la fuerza suficiente como para oponerse a que se cambie la vida por el oro, es pan (francés) bendito para la Argentina que, en el terreno de la minería, cuenta con sus propios reptiles.

La noticia ha caído en el preciso instante en que me disponía a revisar diversos documentos enviados desde la Argentina. Gracias a los amigos que me mandan nutridos paquetes, encontrarme en este momento lejos de allá no me impide enterarme de que Canal 7 no ha creído necesario difundir el documental Jáchal, cuando ya nadie te nombre, de los jóvenes realizadores Silvina Cuman y Javier Orradre. Quizá se haya considerado que el problema del agua contaminada con arsénico, en ese pueblo de la provincia de San Juan, a causa del inmenso caudal utilizado por las minas de oro a cielo abierto para producir la lixiviación con cianuro (tal como planeaban hacer en la mina prohibida por Sarkozy), no le interesa un bledo al público televisivo argentino, aunque la agrupación Madres Jachaleras haya hecho analizar lo que fluye de sus canillas y llegado a la conclusión de que los únicos lugareños susceptibles de salvarse son los que pueden pagarse la botella de agua mineral.

Mi alejamiento provisional tampoco me ha impedido recibir un alucinante relato de viaje acerca de un periplo de 600 km por el centro y norte de La Pampa, hasta Río Tercero, durante el cual, dice el autor, “sólo se ve rastrojo de soja, tierra pelada hasta el horizonte, gris, muerta y llena de herbicida que se vuela con el viento”. Tras una recorrida por Santiago del Estero y Tucumán, oscurecidas por la humareda de los hornos de carbón sumada al humo del desmonte, el viajero recala en los Valles Calchaquíes. “Todo lo demás parecía un chiste –exclama–. La mina La Alumbrera contamina 100 millones de litros de agua por día con cianuro y arsénico, la almacena en llamados diques de cola y desde allí el agua se va filtrando a las napas. Hay gente que perdió el trabajo metódico de varias generaciones, huertas, viñedos, nogales, higueras, las cabras sangran por la nariz, se ven zorros pelados, las bodegas de Cafayate ya no compran la uva”. Por su desesperado intento de dar a conocer lo que a menudo se oculta, este mensaje me recordó la literatura samisdat de la vieja URSS.

El CD que forma parte del paquete contiene el programa radial Consciente colectivo, coordinado por Manuel Vetrone. He aquí algunas frases a las que la tonada sanjuanina pedregosa les agrega verdad: “San Juan fue productora de vino, pero ya se acabó... Prebendas, sobornos... La provincia está aislada, poca gente se entera porque los medios locales no son libres... En los 90 se sancionó una ley de inversiones mineras que regalaba los recursos naturales a las empresas... Casualmente, entre los propulsores de la ley estaban Maza, el ex gobernador de La Rioja, y Gioja, el actual gobernador de San Juan, que le ha abierto los brazos a la Barrick Gold... Esa compañía piensa trasladar los glaciares Toro 1, Toro 2 y Esperanza desde la Cordillera, cortados en pedazos para usar el agua... (Acá, la voz se vuelve cordobesa y corresponde a la del Dr. Raúl Montenegro, premio Nobel alternativo)... Buenos Aires es un país irreal, donde se toman las decisiones; el país real está lejos... Con todo, hay movimientos de resistencia como la Fundación de Ciudadanos Independientes de San Juan; hay abogados y periodistas que defienden su suelo... En Mendo! za, han solicitado un plan de manejo ambiental territorial, porque ellos prefieren el buen sol y el buen vino antes que una megaminería secante y contaminante... ¿Para qué sirve el oro? Apenas un 12% tiene aplicaciones industriales; ya ni siquiera se lo usa como reserva bancaria. Este despojo que sufrimos sólo sirve para hacer joyas... La Barrick Gold no deja beneficios económicos al país; todas las regalías son para ella. San Juan apenas se queda con un 2%”.

Hay que juntar coraje para echarle un vistazo a la cara del “dueño de nuestro oro”, como llama la revista Veintitrés al canadiense Peter Munk, pero vale la pena. En la foto, los vínculos de este exitoso empresario, que llegó a la Argentina gracias a Menem, con los peores negociados y los más corruptos gobiernos del mundo entero, saltan literalmente a la vista. Aunque parece caracterizado de malo, todo indicaría que su boca, de comisuras despreciativas, y sus cejas satánicas no son producto del maquillaje. La Barrick Gold, de la que es propietario, es una red de sociedades fundadas en las Islas del Gran Caimán (vale decir, la misma de la que se han salvado los cocodrilos guyanenses).

Entre las amistades de Munk se cuentan Bush padre, el saudita Kashoggi, especializado en el tráfico de armas, nuestro De la Rúa, que le vendió su mina salteña de... Diablillos, e, inútil añadirlo, nuestro gobernador Gioja.

El magnate áureo comenzó a explotar su mina de Pascua-Lama en octubre de 2005, en un área de más de 3000 km2, situada entre la Argentina y Chile. No está de más repetir que para extraer el oro del material triturado se utiliza cianuro, lo cual transforma el agua en veneno y el aire en polvo: las partículas de los materiales pesados siguen flotando en el viento, igual que los pesticidas en las provincias donde todavía se planta algo –soja– mientras la tierra aguante.

El primer DVD del paquete contiene el programa de TV La liga, que se transmite por Canal 11, sobre los pueblos de Abra Pampa y de Pan de Azúcar, en Jujuy. Es una imagen fantasmal de lo que ha quedado, tras la partida de una empresa minera, la Metal Huasi, que, después de sacar plomo de la puna, dejó 10.000 toneladas de escoria utilizadas por un intendente superdotado para rellenar tierras y construir casitas por encima. Vivan o no sobre el relleno, todos los chicos de Abra Pampa tienen plomo en la sangre y lo saben. Unos a otros se consultan sobre el porcentaje que les salió en el análisis, todos están al tanto de que hay que hervir el agua con unas gotas de lavandina, a muchos les esperan trastornos neurológicos, motores y de aprendizaje. El polvo contaminado sopla por todas partes, en especial en la cancha de fútbol, donde no dejan de jugar. Total... ¿para qué? Cuando se les pregunta qué van a hacer en el futuro, contestan a coro: “Irnos”. Un adulto susurra: “Abra Pampa es el Chernobyl jujeño”.

El segundo se titula Cielo abierto, ha sido realizado por Carlos Ruiz y es la historia de un triunfo popular. La Barrick Gold andaba olfateando la montaña nevada de Chilecito, cuando, al grito de “el Famatina no se toca” y de “agua sí, oro no”, los pobladores hicieron cortes de rutas, desplazaron al gobernador Maza y lograron la proclamación de una ley como la de Sarkozy, ya no para salvar caimanes sino cóndores. Y el tercero, Acecho a la ilusión, de Patricio Schwanek, es bastante más triste, porque sucede ahora, en Catamarca.

En un ranchito destruido, rodeado de pedregullo, una mujer llamada Rosalinda Flores parece delirar: “Todo esto era finca; teníamos maíz, plantitas, cabras, vacas. Hacíamos queso; llevábamos la carne al mercado y con lo que sacábamos se vivía meses. Eramos felices. En 1992, vino la mina La Alumbrera y pasaron el camino por el medio de lo nuestro con la promesa de darle trabajo a mi hijo. Nunca le dieron nada. Al poco tiempo, los animales se nos fueron muriendo. Tomaban agua y caían. Los perros, también. Esa higuera que está ahí es la única que queda”.

La Alumbrera es la segunda mina de oro a cielo abierto de todo el continente, y la quinta de cobre. Un enorme hueco rodeado de torres de alta tensión, tampoco muy recomendables para la salud humana. Los 100 millones de litros de agua que necesita a diario provocan accidentes, derrames, un desequilibrio químico en los ríos probablemente irreversible. Cuando el drenaje ácido se comprueba, ya es tarde para actuar y, si no se comprueba a tiempo, es porque las denuncias se tapan. Al principio, en la provincia, todos pensaron que la mina los volvería ricos. Pero la construcción, a cargo de Techint, dio trabajo a 20.000 personas; después, a 10.000; después, a 1200. Cuando Techint se fue y comenzó la extracción, sobrevino el desempleo. Los trabajadores, mientras los hubo, no eran de Catamarca sino de Tucumán, porque la empresa daba trabajo a cambio de que se le permitiera contaminar el territorio tucumano, así como también en Catamarca. Da asistencia social en pequeñas dosis, para cerrar la boca de las víctimas. “Limosnas –comprueba un senador–, falsas promesas. El sueño de un proyecto para todos ha fracasado.”

La posición de la Iglesia ante el problema no puede ser más clara. Como la fiebre del oro también ataca por el Sur, el 29 de noviembre de 2004, en la diócesis de San Carlos de Bariloche, se conoció una declaración firmada por monseñor Fernando Carlos Maletti y por miembros del Departamento de Pastoral Social. El oro es un bien suntuario, luego superfluo –sostienen los prelados–; los drenajes ácidos de las minas permanecen muchos años y afectan gravemente aguas, suelo, flora y fauna; para elaborar las soluciones de cianuro de sodio es necesario emplear mucha agua, que no sobra en la Línea Sur; de encontrarse metales en la carne de los animales destinados a la exportación se destruiría una vía de comercialización muy importante; está demostrado el efecto pernicioso de los relaves sobre los peces y las aves...

El último arbolito de la campesina catamarqueña con nombre de jardín me ha dejado zumbando. ¿Qué diría Sarmiento sobre la Barrick Gold, en caso de volver a la vida para encontrarse con que la célebre higuera de su madre está a punto de volverse puro recuerdo? ¿Qué le parecerían al Ilustre Sanjuanino las minas con cianuro: civilización o barbarie? Aunque sólo fuera en homenaje a doña Paula Albarracín, con su telar en el patio, nadie puede dudar de que ese hombre de progreso estaría codo a codo con las Madres Jachaleras.

Mientras tanto, ninguna imagen de pesadilla suena imposible. Si se proponen hacer cubitos con tres glaciares, cosa que sale cara porque se gasta mucho en martillos, ¿por qué no pensar que alguna compañía minera llamada, por ejemplo, Anaconda Iamgold, podría arreglarse con el señor que se ha comprado el Iberá? Hay que apurarse a sacar fotos en colores, así nuestros nietos no creerán que chocheamos cuando les hablemos de sitios con pasto verde.




NOCHES SIN LUNAS NI SOLES
LAS BEBIDAS ESTIMULANTES (MAL LLAMADAS ENERGIZANTES)

Por Carlos Machado karlos_585@hotmail.com

Comenzaron a llegar al mundo hace unos veinte años, primero tímidamente, hasta dejarse "probar". Luego aparecieron una tras otra, marca tras marca, hasta llegar hoy en día a zambullirse masivamente en los tragos que consumen los jóvenes en los pubs, discos y todo lugar de diversión nocturna. Son las mal llamadas por sus productores "bebidas energizantes", promocionándolas como "ideales para el deportista, el estudiante y todo el que desarrolle esfuerzo físico, además de mejorar el estado de ánimo", encubriendo la verdad y todo el mal que producen. Especialmente en cuanto a esa promocionada "mejora del estado de ánimo", cuyo blanco principal es la juventud.
En estos últimos años estas bebidas han caído en cascada sobre prácticamente todos los países el mundo. Es así como los diversos mercados del planeta reciben latas o botellas, cuyo contenido en casi todos los casos es de 250 mililitros, con nombres de fantasía tales como "Dark Dog", "Blue", "Nitro", "Speed", "Burn", "Tab", "KMX", "Full Throme", "Red Bull", "Hot Power", "Rox", "Vitaliza", "Blue Demon", "Rocket Fuel", "Red Devil" o "Boost". Nombres cuyas traducciones hablan por sí mismas y resultan llamativas para impactar, precisamente, en las mentes de los jóvenes y atraerlos, hasta que una vez probadas por ellos, difícilmente puedan prescindir de las simpáticas latitas.
Es que la fórmula de la composición de estas bebidas -que no varía mucho entre una y otra- contiene elementos que realmente colaboran no sólo a "levantar el ánimo" de quienes las consumen, sino también a mantenerlos despiertos durante muchas horas. Por algo la leyenda que promociona a "Rocket Fuel" dice: "Despierto todo es posible".
Además de la cafeína, entre los principales ingredientes figuran taurina, glucuronolactona, inositol, niacina y ácido pantoténico, mezclados con vitaminas B6 y B12, carbohidratos, sodio y azúcar.
La cafeína es la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo, suficientemente conocida por sus propiedades para "mantenerse despierto". En varias de las bebidas mencionadas la fórmula incluye guaraná, la esencia de origen brasileño que de por sí ya tiene un alto contenido de cafeína, por lo cual aumenta

alimenticio", razón por la cual las jovencitas bulímicas o anoréxicas también acuden a su consumo pensando que su deficiencia alimentaria está de esa manera "cubierta".
La glucuronolactona es un químico altamente peligroso, que fue desarrollado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos durante los años '60 para estimular la moral de las tropas acantonadas en Vietnam pues actuaba como una droga alucinógena que calmaba el síndrome de la guerra. Pero sus efectos en el organismo fueron tan devastadores que fue descontinuado ante el alto índice de casos de migrañas, tumores cerebrales y enfermedades del hígado que mostraron algunos soldados que la consumieron. A pesar de ello, en las latas de estas bebidas aún se lee que entre sus componentes aparece la glucuronolactona, catalogado médicamente como un "estimulante".
Tomemos como ejemplo la fórmula de una de las bebidas en cuestión, "Vitaliza". Entre cantidades más discretas de los otros elementos que la componen, cada envase de 250 mililitros contiene 48 miligramos de cafeína, 500 mg. de taurina y 50 mg. de inositol. En este caso, la ausencia de glucuronolactona en su composición está compensada por la excesiva cantidad de cafeína y taurina y por el inositol, también llamado "Vitamina B8", utilizado psiquiátricamente para tratamientos contra la depresión y los trastornos de pánico.
Es la combinación de estos tres elementos más la glucuronolactona -que sí contiene la mayoría de las restantes bebidas-, sumados a la mezcla con los aditamentos restantes como las vitaminas, los que hacen que los consumidores de las bebidas estimulantes no deban beber más de dos a tres latas por día. Y eso sin mezclarlas con otras sustancias, lo que lamentablemente ocurre. Es que la juventud, siempre hábil para descubrir -de motu proprio o inducida- nuevas aplicaciones para lo que utiliza, llegó lamentablemente al siguiente paso habilitante para prolongar su energía, placer y mantenerse sin sueño y activos toda una noche hasta avanzada la mañana siguiente: mezclar estas bebidas con alcohol e incluso con drogas.
De hecho, el reciente fallecimiento en Buenos Aires de una estudiante de 16 años a causa de un repentino infarto se debió, según los médicos que la atendieron, a la mezcla de varias latas de una de estas bebidas estimulantes y alcohol con una importante dosis del alucinógeno "Extasis". Otra lacra muy habitual actualmente en las discotecas y en los festivales de música electrónica, eventos éstos en los que el éxtasis corre fluidamente entre los asistentes, distribuido tanto por los dealers como por los

propios responsables del lugar donde se desarrollen, con el agregado de que su consumo requiere de la ingesta de gran cantidad de líquido, para no deshidatarse. Entonces los delincuentes de turno clausuran los grifos del agua corriente -ya que los jóvenes anteriormente acudían con frecuencia a los baños a beber agua- para obligarlos a adquirir el agua mineral que ellos venden, además a precios exorbitantes, o, mejor aún, bebidas estimulantes como las hasta aquí mencionadas.
Uno de los aspectos bastante conocidos que rodea a esos eventos y que ya es vox pópuli entre la sociedad. Pero las autoridades correspondientes, como es habitual desde hace tiempo, brillan por su ausencia.
Y así se genera uno de los desastres padecidos por los jóvenes de nuestros días, además del consumo de drogas, anfetaminas y alucinógenos. En una sola noche de diversión, por ejemplo en una disco, la febril actividad y excitación desplegadas y el deseo de prolongarlas más allá de la salida del sol combatiendo el cansancio y el sueño hacen que, además de consumirse mucha más cantidad de latas de estas bebidas que lo permitido -llegándose a cantidades que van de los ocho a diez envases-, las mismas se mezclan con bebidas alcohólicas, producto final al que la fértil e interesada imaginación de quienes los expenden los denomine inocentemente "tragos".
Para tener una idea de la variación de combinaciones podemos señalar que una de estas bebidas estimulantes, "Nitro", de mucho consumo en Uruguay, hasta publicita estos "tragos" en su página de Internet (
nitro.com.uy), donde pueden observarse diversas variantes, por ejemplo "Nitro" con ron, con champagne, con vodka, con coñac y ron, con vodka y gin, y con whisky, ron y vermouth. Un directo y abiertamente publicitado ataque contra la salud de los jóvenes a quienes van destinados esos "tragos", sin que merezca la más mínima sanción u observación de aquellos a quienes corresponda actuar.


Mezclas lo suficientemente explosivas como para que muchos jóvenes hayan incrementado en los últimos años la atención hospitalaria a casos de infartos, arritmias, taquicardias y otras derivaciones por el estilo. Profesionales del Servicio de Hemodinamia del Hospital Italiano de Buenos Aires indicaron en su momento que se ha incrementado el registro de problemas cardíacos por el consumo de alcohol mezclado con bebidas estimulantes, llegando a atenderse a muchas personas jóvenes con infartos agudos sin tener una enfermedad coronaria previa.
Señalaron en tal sentido que "el infarto es mucho peor en una persona joven, en la que las coronarias se tapan de manera abrupta", alertando que esos pacientes hasta pueden padecer una insuficiencia cardíaca de por vida. Uno de los profesionales explicó: "Lo que ocurre es que toman con alcohol varias latas de estas bebidas en una noche, y semejante carga de cafeína -equivalente hasta a más de 20 tazas de café - aumenta la frecuencia cardíaca, somete a un mayor roce la cobertura interna de las arterias y

produce una irritación que puede generar un coágulo que tape la arteria y produzca el infarto".
Por su parte la doctora Mónica Nápoli, médica toxicóloga, consideró que, aunque se las llame "energizantes", estas bebidas no lo son, señalando: "Son desfatigantes o estimulantes. Estas bebidas quitan la sensación de fatiga. No es que el que las toma no se cansa, sino que no siente el cansancio. De igual forma, esta enorme cantidad de cafeína les permite beber en cantidad hasta llegar a la ebriedad, o incluso el coma alcohólico, porque retrasa los efectos del alcohol".
Aparte de que los voceros de las empresas líderes en la fabricación de estas bebidas defienden obviamente a sus productos expresando que lo perjudicial para la salud no es el consumo de la bebida sino la ingesta excesiva de alcohol con que se la mezcla, en las latas se advierte -con letra demasiado pequeña- sobre la inconveniencia de que consuman energizantes los niños y las personas diabéticas y se aconseja no exceder el límite de dos por día. Sin embargo, en muchas de ellas una advertencia o prohibición para que estas bebidas no se ingieran mezcladas con alcohol también brilla aún por su ausencia, al igual que, como señalamos anteriormente, la acción efectiva de las autoridades correspondientes.



Velocidad ilimitada

En la Argentina el mercado de las bebidas mal llamadas "energizantes" ha sido copado actualmente por "Speed", nombre con el que genéricamente se conoce a la marca "Speed Unlimited", que desembarcó en el país en 1999, y que no parece ser casual: también se denomina así a una anfetamina de la familia de las drogas sintéticas, que provoca un estado de estimulación física y psicológica y anula el cansancio y el sueño, entre otros "logros". Si parecen ser coincidentes las propiedades de la bebida y de la anfetamina que llevan el mismo nombre, no parece ser casual también la frase que suele acompañar las promociones de "Speed": "Lo más prohibido".
Precisamente apuntar hacia el carácter de "lo prohibido" parece ser uno de los sistemas de promoción de quienes comercializan "Speed", apuntando a la fértil imaginación de los jóvenes. Para ello se organizan frecuentemente eventos, por lo general en una conocida disco, en los cuales se cuenta con los servicios de un grupo de agraciadas promotoras, todas rubias por supuesto y vestidas llamativamente con sólo dos piezas donde se destaca, dentro de sus escasos límites, el logotipo de la bebida. Las muchachas se ubican en

lo alto de una tarima en la que bailan y -para mayor excitación de los asistentes mientras éstos consumen latas y más latas de "Speed" o su habitual mezcla con vodka y jugos de frutas- ejecutan algunos actos de lesbianismo.


Otro de los sistemas de promoción de los productores publicitarios de la bebida consiste en otorgar diversos beneficios a los propietarios del local de turno, que van de la colocación en el mismo de luminarias con el logo incandescente de "Speed" al obsequio de elementos decorativos y de buena cantidad de envases de la bebida sin cargo alguno.
El caso es que "Speed" es actualmente la única marca que aceptó la imposición de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT), el organismo de la Argentina que regula y controla todo en esos rubros, para que rebaje la cantidad de cafeína en la bebida, que era de un 35% por cada 100 mililitros, a un 20%, el máximo permitido. Aunque debe tenerse en cuenta que si el envase contiene 250 mililitros, la cantidad de cafeína sigue siendo muy alta.
Esta bebida es fabric! ada por la firma austríaca August Starzinger, una compañía dedicada al rubro "aguas minerales" aunque parece que el descubrimiento de "Speed" le ha rendido mayores beneficios.
Lamentablemente el afán de lograr beneficios hace que a los productores y comercializadores de "Speed" -como los de las restantes bebidas estimulantes- les importe un rábano lo que les ocurra a sus consumidores. Si bien se amparan en que no son responsables de la mezcla que éstos hagan de la bebida con alcohol, saben perfectamente lo que ocurre los fines de semana con las distracciones de la juventud, que en una sola noche de constante movimiento en las disco pierden gran cantidad de agua y electrolitos de sus cuerpos, esa deshidratación los obliga a consumir muchos más envases de los permitidos y, si prefieren los "tragos" como los que citamos anteriormente -su mezcla con diversas bebidas alcohólicas-, las consecuencias finales pueden resultar mucho! más funestas.
Precisamente, a las formas de promoción de "Speed" como las ya citadas, se agregan precisamente la de diversos "tragos" publicitados sin ruborizarse y con sus correspondientes nombres de fantasía, como éstos, por ejemplo, que citamos a continuación. "Fuego Sagrado": Speed y Vodka; "Fritz Evolution": Speed y Cointreau; "Speed Volador": Speed con Whisky; "Fresh Oddyssey": Speed con Gancia; "Acid Psycho": Speed con Champagne; "Rápido sin Límite": Speed con Gin; o "Histeria": Speed y Tía María.
Todo un muestrario de la fulminante mezcla de este tipo de bebidas estimulantes con variedad de bebidas alcohólicas que constituyen una verdadera bomba para los organismos de los jóvenes, que son así inducidos a su consumo sin que haya control alguno por parte de las autoridades sanitarias.
En el verano de 2001 "Speed" era aún lo suficientemente nueva en el mercado argentino como para que el diario "Clarín" le dedicara un artículo, firmado por Victoria Tatti, que entre otras cosas reproducía las sensaciones que esta bebida provocaba entre algunos jóvenes entrevistados en un local bailable de Pinamar, en la costa atlántica.
Por ejemplo, una joven de 24 años que no paraba de bailar decía: "Yo estoy trabajando y hace varios días que no duermo porque esto me mantiene despierta. Está bárbaro, es energizante. Te pone las pilas". En tanto, en la barra un joven pedía un vodka y una lata de "Speed", los mezclaba y los bebía, diciendo: "Si lo tomás solo no pasa nada, pero si lo mezclás con vodka o con champán, te parte la cabeza". Un amigo suyo agregaba: "Te pega, te estimula, me entendés. No podés parar, no sé por cuánto tiempo. Te da una energía impresionante".
Mientras, en Buenos Aires se recogían expresiones similares. Mariana, de 23 años y estudiante de Sociología, se autodefinió como fanática de "Speed": "Te pone a full. No tenés que tomar más de cuatro. Un día tomé ocho en una fiesta y no dormí en todo el día. Me tembló el pulso y tuve taquicardia". Por su parte Sergio, de 25 años, y empleado en un local de venta de ropa también dijo conocer el efecto de la mezcla: "A mí me gusta tomarlo con champán. Te tomás cuatro o cinco y bailás toda la noche. Es una masa".
El caso es que ya se han sucedido en los últimos años una serie de casos de jóvenes fallecidos, a causa del descontrol en la cantidad de este tipo de bebidas ingeridas y su mezcla con alcohol y aún drogas como el éxtasis, si bien la prensa no informa demasiado sobre estas trágicas cuestiones. Es que los productores de las bebidas estimulantes pagan muy buenas pautas publicitarias en los medios como para que éstos publiquen algo en contra de las mismas. En todo caso se limitan a realizar sesudos comentarios acerca de la mezcla de drogas y alcohol, dejando al margen la ingesta de estas bebidas estimulantes.
Por otra parte, estas compañías no sólo operan sobre los dueños de locales bailables y pubs ofreciéndoles descuentos en los precios, merchandising gratis y otros beneficios como los que mencionamos anteriormente, sino que también buscan sumarlos al lobby ejercido sobre los legisladores que pretenden regular la comercialización de estos productos. Aunque en los hechos no puedan demostrarlo, aseguran sin ruborizarse que las disposiciones que los obligan a reducir la concentración de cafeína en las bebidas "nos privan de una herramienta que nos otorga energía para desarrollar nuestra actividad de la mejor manera posible".
Incluso publican costosas solicitadas presuntamente firmadas por "deportistas" pero que en realidad parecen redactadas por los publicitarios de esas empresas. Con todo el marketing engañoso dirigido principalmente a los jóvenes, han logrado algo: el estudio de una consultora realizado entre septiembre de 2003 y enero de 2005 ya había mostrado en esa oportunidad que las ventas crecieron en un 300%.


La embestida del toro rojo

Una de las marcas más famosas de bebidas estimulantes que se comercializa en más de cien países del mundo ha tenido conflictos judiciales en muchos de ellos que intentaron prohibirla o al menos que baje la cantidad de cafeína en su composición, a lo que se ha negado rotundamente, y en todos los casos ha ganado los juicios menos en tres de esos países, Francia, Noruega y Dinamarca, que prohibieron su venta libre por considerar a sus ingredientes un "cóctel de muerte", aunque su descubridor y propietario, tercamente, insiste en que terminará por vencerlos también. Es que no sólo cuenta con los mejores equipos de abogados, sino también con el respaldo y la presión de las embajadas de su propio país de origen.
Dietrich Mateschitz -"Didi" para sus amigos más cercanos- es un empresario austríaco que de haber comenzado vendiendo detergentes para la compañía Unilever y tras haber adquirido gran experiencia en marketing licenciándose en el World Trade Institute, pasó a ser uno de los hombres más ricos del mundo, llegando a ocupar el puesto 427º de la revista "Fortune" con 1.000 millones de dólares en su haber y enarbolando su frase preferida: "El poder de la publicidad es mucho más fuerte que las promociones a largo plazo". El camino inicial para llegar a su fortuna actual lo hizo a partir de uno de sus viajes por el mundo, esta vez -luego de haber vendido también cepillos de dientes y pastas dentales para Procter&Gamble- como director de mercadotecnia de la firma alemana Blendax.


Fue cuando descubrió que en Tailandia vendían cierto jarabe tonificante que él mismo solía tomar con hielo durante los vuelos de regreso a Alemania para disminuir el cansancio. Entonces decidió estudiar el mercado de esos productos, y se encontró con Chaleo Yoovidhya, quien tenía en Tailandia una empresa que fabricaba ese tipo de tónico. Rápidamente, Mateschitz lo convenció para introducir un producto similar en Europa haciendo algunos cambios en la fórmula y el nombre. Así, mediante una inversión inicial de un millón de dólares, nació la primera marca de bebidas estimulantes de la historia: Red Bull. Corría el año 1987, y "Didi" debió esperar tres años para que en Austria le aprobaran la licencia, pero una vez logrado esto y tras obtener los permisos de salud de diversos países europeos, el producto fue finalmente lanzado. Durante el primer año de operaciones se vendieron un millón de latas, cantidad que se duplicó al segundo año, hasta llegar a la actualidad en que, como ya se señaló, esta bebida se comercializa en más de 100 países del mundo.
La escalada de progresos que ha tenido la comercialización de esta "energy drink" hace que hoy en día Red Bull patrocine numerosos eventos deportivos y tenga un equipo de competición propio en las carreras de Fórmula 1. Como una muestra de la manera en que esta bebida ha ido inundando los mercado! s de más de cien países, existen registros que indican que en 2004 había vendido unos 2.000 millones de latas, y en 2005 había elevado esa cifra en un 25% más.
Actualmente, Mateschitz y sus abogados están en litigio con la

ANMAT de Argentina, por cuanto ésta ha detenido hasta el momento el avance de Red Bull en el país, prohibiendo su venta, mientras en su momento el pícaro ex ministro de Salud, Ginés González García -siempre atento a hacer negociaciones donde veía que podía lograr una "comisión" a su favor- hacía la "vista gorda" a ese avance. Sin embargo se cree que esta resistencia del organismo argentino será difícil de mantener, ante el poder del empresario y los aliados que éste tiene. Es que la embestida del toro rojo tiene además el respaldo de la embajada de Austria en Buenos Aires, que presiona sobre el gobierno y los políticos locales, y a su vez hasta hace lobby ante la Unión Europea y la Organización Mundial de Comercio para abogar por "Didi" Mateschitz y su hasta ahora fallida incursión en la Argentina.
Además, el grupo se aferra a un dictamen que elaboró, en épocas del gobierno de Fernando de la Rúa, una incompetente directora del Instituto Nacional para los Alimentos (INAL), la ingeniera María Elena Laferriere, quien mediante la Disposición 6611/2000 -y presionada ya entonces por el grupo Red Bull- clasificó a las bebidas de este tipo como "suplementos dietarios", lo cual permitía su venta libre. De esa clasificación, obviamente, se colgaron todos los productores y comercializadores de estas energy drinks para desatar una invasión más profunda de sus latitas en el país.
A partir de allí y con el correr de los años comenzaron a sucederse las alertas, con casos en su mayoría graves que llegan a los hospitales por el consumo de estas bebidas. El problema para los organismos competentes era que ya había muchas de ellas en el mercado, y prohibirlas significaba la aparición de numerosos juicios contra el Estado. Y no había profesionales de valía como para enfrentar el problema: la ingeniera Laferriere ya había sido despedida, pero en su lugar en el INAL Ginés González García colocó a un amigo suyo, el doctor Matías De Nicola, que era tan incompetente como su antecesora y encima no era ni médico ni ingeniero alimentario. Era veterinario.
Por toda esta falta de profesionalismo en los estamentos oficiales, especialmente en lo que hace a la aprobación de alimentos, bebidas y medicamentos, y a la inacción de los legisladores en ese sentido, es que la embestida del toro rojo y de otras bebidas estimulantes encontrarán un fértil campo de acción en el país.
Mientras tanto las noticias -al menos las que provengan de medios que no cuentan con la abundante publicidad pagada por estas empresas-, continuarán hablando de tanto en tanto de casos de jóvenes que caen como moscas en la interesada telaraña tejida por las compañías productoras de las simpáticas y a la vez letales latitas

de energy drinks.

Carlos Machado