viernes, 21 de marzo de 2008

ECONOMIA, POLITICA Y ESTADO. UNA UNIÓN INDISOLUBLE

Introducción

Por Pedro Bugani

Entre esta introducción y un el artículo de Alfredo Zaiat, se tratara de hacer entender con la mayor claridad la connivencia entre el capital privado y el estado en sus más variadas versiones de dominación.

En otras palabras, la convivencia entre el capital con los diversos gobiernos que respondían de una o de otra manera al poder de los grandes capitalistas, llegando a través de esta convivencia a nutrir las arcas de los dueños de una empresa que obtiene más capital de los variados aportes del estado, que de la suma de sus negocios, y de la extracción de la plusvalía de sus trabajadores, técnicos y profesionales.

Zaiat que hace una excelente descripción de todo el devenir de esta empresa, hasta constituirse en tiempos del "capitalismo depredador o neoliberalismo" (conceptualizacion de Chomzky) en una multinacional, y que hoy, en tiempos de una súper concentración de multinacionales en corporaciones privadas inmensas y extensas, que operan coordinadamente en los 5 continentes del planeta, y que actúan con los estados poderosos, y por sobre los estados poderosos, generando (junto con el capital financionero, también transnacional) un conjunto de enormes poderes políticos-económicos, que constituyen el "poder factico" que hoy determina los senderos del mundo, por sobre los estados, con raíces (al menos por algún tiempo) en el imperio norteamericano, en base a su poderío guerrero-militar y no a su poder económico.

El motivo de la cuestión es el siguientes: en varios textos que se articulan entre si, Chomzky sostiene y va demostrando de manera irrebatible, COMO EL CAPITALISMO, DESDE SUS MISMOS ORIGENES DE LA "ACUMULACION ORIGINARIA" EN SUS COMIENZOS EN INGLATERRA, TENIA UNA FORMA DE PROVEERSE CAPITAL, QUE NO ERA SOLAMENTE LA QUE MARX DESCRIBIO Y CONCEPTUALIZO COMO PLUSVALIA .-

Chomzky sostiene que mas allá de la plusvalía, el capitalismo era insostenible como sistema económico, SI NO SE ADUEÑABA DEL PODER POLITICO, Y VOLCABA HACIA SUS INDUSTRIAS Y EMPRESAS ENORMES MASAS DE DINERO DEL ESTADO, POR MEDIOS DIVERSOS DE TRANSFERENCIAS.

NO HAY CAPITALISMO -O SEA, PROPIEDAD PRIVADA DE LOS MEDIOS DE PRODUCCION- SI LOS CAPITALISTAS NO TOMAN EL PODER DEL ESTADO Y DERIVAN GRAN PARTE DE LO QUE ESTE RECAUDA, HACIA SUS PROPIAS EMPRESAS.

Estas ideas y conceptualizaciones son una de las tantas que proporciona Chomzky para una comprensión del capitalismo actual, y para una critica sin piedad de los mitos y mentiras que fue instituyendo a través de 2 siglos para consolidarse ideológica y culturalmente.-

Uno de esos mitos, sostiene Chozky que consiste en lo que se da en llamar "mercado".

En el desarrollo e investigación que da lugar a esta tesis, demuestra con una contundencia extrema, haciendo un desarrollo del capitalismo posteriormente establecido al finalizar la 2da. guerra mundial (a favor de EE.UU.) y que llega a nuestros días, donde con una enormidad de documentos prueba de las màs diversas formas. como las grandes multinacionales y transnacionales que se van constituyen en EE.UU. tienen un doble mensaje para ir dominando en los países que son de su interés económico, político o estratégico.

PREGONAN PARA ESTOS PAISES, LA TEORIA DEL "LIBRE MERCADO", Y DE LA "NO INTERVENCION DEL ESTADO, PARA PERMITIR QUE LAS LEYES DEL MERCADO PUEDAN SURGIR CON LIBERTAD Y TRAER LA PROSPERIDAD Y EL EQUILIBRIO EN LOS PAISES QUE POCO A POCO VA SUJETANDO"....

MIENTRAS TANTO, EE.UU. APLICA EN SU PROPIO ESTADO, UNA INTERVENCION MASIVA DEL ESTADO EN LAS MAS PODEROSAS EMPRESAS MULTINACIONALES, Y EN LOS MEDIOS FINANCIEROS, BUSCANDO TRANSFERENCIAS CUANTIOSAS DE BILLONES DE DOLARES ANUALES DE LAS FINANZAS DEL ESTADO A LAS EMPRESAS PRIVADAS.

Por supuesto, para llevar a cabo este saqueo permanente del estado en favor de sus intereses de clase, las multinacionales tienen que generar una muy conciente lucha de clases contra el grueso de la población, a la cual saquean de sus impuestos para que contribuyan al enriquecimiento de los 500 que salen en la revista Fortune.

Para llevar esto adelante, han construido una trama muy compleja entre la industria de la publicidad, la información, de la comunicación, constituyéndose en los dueños de las más importantes Agencias de Relaciones Publicas, que tienen en sus carteras económicas, el capital de los principales diarios, semanarios, canales de TV., cine, música, industrias del entretenimiento y todo QUE SE PUEDA IMAGINAR.

Con estos instrumentos, constituyen el disciplinamiento de la población, de acuerdo a los intereses que ellos poseen en cada época, y generan corrientes de opinión en las subjetividades de una población totalmente adherida a esos mismos intereses, repitiendo de las mas diversas formas un idéntico contenido propagandístico por todos los medios de comunicación.

De esto Chomzky concluye y sostiene que los medios de comunicación representan claramente intereses de clase, y que los mas importantes de ellos (y su gran mayoría) representan a los intereses de la Clase Capitalista dueña de las grandes multinacionales, bancos y finanzas (como también del Pentágono).-

A esta Clase Capitalista, la conceptualiza, a partir del 1970, COMO UNA CRIMINAL TIRANIA PRIVADA, jamás presenciada en la historia de la humanidad).

Bien, para concluir con esta extensa introducción de las ideas de Chomzky, recalco que en el capitalismo depredador de hoy, la permanente succión de los capitales del Estado, es mayor que en otros momentos de la historia del capitalismo.

EN EE.UU. Esta clase capitalista constituida en tiranía privada, recaba y toma capitales de toda la población de 3 formas principalmente:

1.-) mediante una lucha de clases muy conciente y permanente, por la cual, desde 1970 vienen recortando enormes beneficios a toda la población, y privándola año tras año de todo el bienestar que pudieron obtener con luchas de 1 siglo.- Es de señalar que en USA, desde 1970 hasta hoy, los salarios, disminuyeron un 15%.- (Y todas las condiciones de trabajo retrocedieron a las que se aplicaban en los comienzos de la época fondista, alcanzando en muchas empresas formas de semi-esclavitud)

2.-) Mediante las transferencias directas e indirectas de recursos del estado a sus respectivas empresas o financieras.

3.-) Mediante las inconmensurables recursos que el estado vuelca en el PENTAGONO,( en otros países será a los medios de defensa y seguridad –nacional e interna-) que con sus gastos, sostiene de las mas diversas formas imaginables a estas tiranías privadas, generando la carrera espacial, y contratando todo tipo de tecnología, o encarando guerras, como la de Irak, en la cual, no solo se apropian del petróleo, si no que destruyen toda la infra estructura de ese estado, y contratan en forma inmediata, para "la reconstrucción" a empresas privadas de las mas diversas (hasta una gigantesca empresa de seguridad privada, por ejemplo) que en este caso, para ser mas irrefutablemente criminal, no solo los recursos salen de los contribuyentes de USA, si no de los mismos destruidos irakies.-

PASO AHORA, AL TEXTO de Alfredo Zaiat SOBRE LA EMPRESA (HOY SUBSUMIDA EN UN COLOSAL IMPERIO INDU) LLAMADA "ACINDAR"...

Con la molesta recordatoria, que lo que aquí se describe como algo "excepcional", no lo es en el territorio del imperio donde residen los grandes núcleos de las transnacionales desparramadas por los 5 continentes, SI NO, QUE ES "LA QUINTA ESENCIA" DE LA RAZON POR LA CUAL EL CAPITALISMO PUEDE SER CAPITALISMO.

Con el capital de otros

Por Alfredo Zaiat


La operación millonaria del coloso indio de la siderurgia, ArcelorMittal, para sumar al paquete mayoritario en su poder el resto de las acciones de Acindar, una de las firmas emblemáticas de la economía argentina de la segunda mitad del siglo pasado, es un símbolo de un proceso de lo que pudo haber sido y no fue. Experiencia que no sólo refleja el elevado proceso de concentración y extranjerización, con sus respectivos impactos negativos en la dinámica de funcionamiento de la economía doméstica, ni la escasa vocación del empresariado nacional de constituirse en una burguesía pujante con vocación de inversión para el desarrollo. La desaparición de Acindar –el nombre de la firma probablemente cambiará en línea con la estrategia de marketing de marca global que impulsa ArcelorMittal– pone en evidencia también la sorprendente capacidad de una clase dirigente –empresarios y políticos– de enajenar la acumulación de una base de capital generada por varias generaciones de argentinos a manos de una multinacional. La historia de Acindar no se remite solamente a la iniciativa de una familia, Acevedo, que a comienzos de la década del ’40 comenzó la producción de hierro redondo para la construcción, a partir del uso de chatarra local. El crecimiento, desarrollo y expansión de la firma hasta constituirse en uno de los integrantes del duopolio del mercado siderúrgico local –el otro es Techint– tuvo al Estado, o sea a toda la sociedad, como la figura clave en cuanto a transferencias de recursos, promoción industrial y licuación de pasivos, entre otros beneficios, para transformar a Acindar en un bocado para el gigante del acero mundial. O sea, los indios se terminarán de engullir algo que significó, primero, hace medio siglo una decisión estratégica del país de tener industria pesada, que se consideraba fundamental para el desarrollo nacional, y segundo, una empresa cuyo capital fue incrementado a lo largo de varias décadas por sucesivas y diferentes vías de transferencias de millonarios recursos provenientes del Estado.

El recorrido de Acindar es un buen referente para investigadores extranjeros y analistas locales que buscan explicaciones sobre el fracaso de un país que, en teoría, tiene todo para el éxito. La acería de Villa Constitución reúne cada uno de los elementos que describen el período histórico que nace a comienzos del ’40, desde el entusiasta proyecto de construir una industria pesada como símbolo de independencia económica, hasta la perversa utilización de la fuerza brutal del Estado para la represión y el disciplinamiento de los trabajadores de sus propias plantas, con la desaparición física y asesinato de más de una docena de operarios. El compromiso del grupo Acindar con el origen de la represión ilegal, previo al golpe de Estado de 1976, no fue independiente de su posterior expansión económica. El presidente de su directorio de entonces fue el primer ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz. Al frente de la compañía quedó luego el general Alcides López Aufranc.
Este grupo empresario ha sido el paradigma del carácter especulador y subsidiado que adoptó el esquema de acumulación de los conglomerados más concentrados del capital en las últimas décadas. Su estrategia de inversión y crecimiento en el sector siderúrgico no la implementó arriesgando capital propio. Su consolidación estuvo directamente vinculada con las transferencias y subsidios que por diferentes vías le proporcionó el Estado durante democracias tuteladas, dictaduras y también en el período democrático inaugurado en 1983.
En un documento de trabajo elaborado por los investigadores Daniel Azpiazu y Eduardo Basualdo, La siderurgia argentina en el contexto del ajuste, las privatizaciones y el Mercosur, publicado en febrero de 1995 por el Instituto de Estudios sobre Estado y Participación (Idep-Ate), se describe el origen del sector en el país, donde el Estado actuó como el impulsor fundamental. En 1947, con la formulación del Plan Siderúrgico Nacional y la creación de la planta integrada de Somisa, se inauguró una nueva fase del desarrollo de ese sector. Se buscaba la complementariedad entre el sector público y el privado. Azpiazu y Basualdo detallaban que, “dada la magnitud de los capitales demandados, se consideró que las inversiones sólo podían ser encaradas por el sector público, que de esta forma facilitaría y garantizaría el desarrollo de los laminadores privados existentes en el país y, por otro lado, induciría la incorporación y maduración de nuevas firmas privadas en la elaboración de productos finales”.
Aquí aparece Acindar, que, como ya se mencionó, nació a comienzos de la década del ’40 para abastecer de hierro redondo para la construcción, para efectuar su primera ampliación en 1951 al instalarse en Villa Constitución. En otra investigación realizada por Eduardo Basualdo, Claudio Lozano y Miguel Angel Fuks, El conflicto de Villa Constitución (Idep-Ate, abril de 1991), se explica que esa localidad fue elegida porque así la nueva instalación iba a estar cerca del emplazamiento de la futura planta industrial del Estado (Somisa), que produciría semi-terminados que servirían de insumos para los laminadores privados, entre los que se encontraba Acindar. En los años ’60, ya había ganado porciones importantes del mercado e inició una estrategia para abarcar otras producciones vinculadas con la actividad siderúrgica. Para ello creó varias empresas destinadas a fabricar insumos para otros sectores, en un encadenamiento productivo hacia adelante (autos, bienes de consumo durable). En 1961 fue autorizada por el gobierno a instalar una acería, para lo cual recibió un conjunto de incentivos promocionales (exenciones impositivas, garantía del Estado para créditos, entre otras) que le fueron retirados recién en 1968, porque incumplió su compromiso y sólo instaló la etapa de laminación. Como Acindar no instaló la acería, fue la estatal Somisa la que puso en marcha un ambicioso plan de expansión para ampliar la producción de palanquilla (insumo básico del sector) y garantizar el abastecimiento local.
Sin embargo, años después, en 1976, Martínez de Hoz, como ministro de Economía de la dictadura, aprobó otra vez el proyecto de acería de Acindar y le otorgó otra serie de beneficios en el marco de la promoción industrial. El rasgo peculiar de ese convenio fue que había sido Martínez de Hoz quien había comenzado las tratativas con el gobierno de Perón-Isabelita siendo presidente de Acindar, y lo terminó aprobando como ministro. Debido a esa ampliación, Somisa, que ya había puesto en marcha su plan de expansión, quedó con una gran capacidad ociosa de tochos (lingotes de hierro) y palanquilla. Incluso, hasta el momento de la integración productiva de Acindar, Somisa le suministró palanquilla a precios que encubrían una transferencia millonaria. En el documento de Basualdo, Lozano y Fuks se calculó que entre 1970 y 1975 la empresa estatal le transfirió más de 100 millones de dólares por esa vía.
En 1978, Acindar culminó el proceso de expansión integrando la etapa de fundición con la fabricación de acero y la de laminación. Para incrementar entonces su posición en el mercado interno absorbió, en 1981, a su principal competidor: el grupo económico Gurmendi. En esos años, Acindar acumuló una descomunal deuda externa por 652 millones de dólares, que luego le transfirió al Estado. A la vez, tuvo acceso a los distintos regímenes de promoción industrial que el sector público instrumentó entre 1974 y 1987, inversiones por un total de 300 millones de dólares que gozaron de beneficios estatales. Recibió avales otorgados por el Tesoro Nacional por 148,5 millones de dólares; gozó también de créditos por 231 millones de dólares del Banade que jamás devolvió; tuvo además una importante protección arancelaria, que le permitió ejercer sin amenaza de competencia externa su poder oligopólico sobre el mercado; y recibió tarifas diferenciales para el consumo energético de sus plantas, lo que implicó otro subsidio relevante.
“En síntesis, Acindar no sólo no comprometió capital propio en sus inversiones, sino que las transferencias recibidas superan largamente el monto de las mismas”, concluyó esa troika de investigadores. Desde otra vereda se arribó al mismo resultado, aunque con tono aprobatorio: el diario Ambito Financiero publicó el miércoles pasado un artículo (Un papel que debutó en 1948) que se lamentaba porque la compañía siderúrgica abandonará el panel líder de las acciones que cotizan en la Bolsa de Comercio y afirmaba que “como sintetizan en el mercado, Acindar supo crecer con el capital de otros”. Y si lo dice Ambito...
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