Los SOJEROS, todos ellos, saben perfectamente que las retenciones con un techo les van a ARRUINAR, NO EL NEGOCIO QUE ESTÁN HACIENDO HOY, SI NO EL GIGANTEZCO NEGOCIO QUE SE VIENE:

Quiénes son los principales jugadores de la producción argentina de biodiesel
La Argentina exportó 46.300 toneladas del combustible derivado de aceite de soja en el año. Pero inversiones de hoy cuadruplicarán la producción, mirando al mercado externo
total de u$s 135, 2 millones.
  
Trabajo completo, facilitado por la Lic. Silvana Buján, perteneciente a la ONG. BIOS.
 
Primeras operaciones comerciales a nivel internacional.
"La principal zona de destino fue la Unión Europea, 86% también a Estados Unidos y Australia.
Dos polos de desarrollo uno, en margen del Río  Paraná, provincia de Santa Fe.
 Otro  en la zona de la Pampa Húmeda, y se trata de plantas más pequeñas, de entre  20.000 y 30.000 toneladas de producción. Vicentín y Glencor, Renova, en el  Puerto de San Lorenzo, Santa Fe.
Vicentín es hoy la  principal empresa productora y exportadora de biodiesel del país, con dos  plantas: una ubicada en Reconquista, con una capacidad de producción de  50.000 toneladas de biodiesel, y la mencionada Renova, con una capacidad de  230.000 toneladas anuales, que demandó una inversión de u$s 40 millones. Es la  planta más grande de Sudamérica hoy en funcionamiento, que tiene además una  exportación fluida a destinos como Holanda, Alemania y Sudáfrica, hacia donde  envió 15 millones de litros de biodiesel dos semanas atrás.
Otro gran jugador  cuya puesta en marcha se espera para el próximo mes es Ecofuel, asociación entre  dos grandes, Bunge y AGD (Aceitera General Deheza). Está ubicada en la  Terminal 6 del Puerto San Martín (Santa Fe), y la inversión fue calculada en u$s  40 millones. Tendrá una capacidad de 250.000 toneladas al año, jugándole la  punta a Vicentín.
Se sumará a estos un  proyecto de similar envergadura, el de Louis Dreyfus, cuya planta  funcionará en General Lagos (Santa Fe), con una inversión de u$s 45 millones, y  una capacidad de 300.000 toneladas al año.
También el grupo  Eurnekián se animó a los biocombustibles, convirtiéndose en el único  gran inversor fuera del rubro aceitero. Su planta de Puerto San Martín, que  estiman entrará en funcionamiento en enero de 2008, está demandando una una  inversión de u$s 40 millones y tendrá una capacidad de producción de 200.000  toneladas anuales. Tanta confianza tienen puesta en el proyecto, que desde la  empresa se animaron a anunciar recientemente la intención de instalar tres  plantas más en el mismo complejo.
Éstas son las principales  inversiones, que permitirán en conjunto producir más de 1 millón de toneladas  anuales de biodiesel para exportación.
Existen otros  proyectos de envergadura en marcha, como el de Molinos Río de la  Plata, de 100.000 toneladas con una inversión de u$s 25 millones; Explora, que  producirá 120.000 toneladas anuales en Puerto San Martín, para lo que invertirá  unos u$s 25 millones, y Gea, con una inversión estimada en u$s 15 millones para  producir 60.000 toneladas en Puerto San Lorenzo.
Dentro de las plantas de  menor envergadura se cuentan Soy energy, AOM y Agorindustria Madero, en Buenos  Aires, y la puntana Derivados San Luis.
"Con los biocombustibles no se ahorran emisiones de CO2" aseguró Hartmut Michel
Mónica Salomone
EL  PAÍS (España) 12-09-07
Hartmut Michel, alemán, 59 años,  recibió el premio Nobel de Química en 1988 -conjuntamente con Johann  Deisenhofer y Robert Huber- por determinar, por cristalografía de rayos X y en  una bacteria, el funcionamiento en detalle de la fotosíntesis -la reacción más  importante del mundo, según el jurado-. La fotosíntesis utiliza luz solar como  fuente de energía para obtener sustancias orgánicas. Michel sigue en el  Instituto Max Planck, estudiando la función de enzimas que tienen un papel en la  respiración y el metabolismo. En la reunión de premios Nobel celebrada este  verano en Lindau (Alemania), Michel no habló de su trabajo sino de una de sus  aficiones: los biocombustibles. Según mostró en Lindau, los combustibles de  origen vegetal no son una buena opción para combatir el cambio climático: no  ahorran emisiones de CO2 y promueven la deforestación de la Amazonia. "No soy el  único que dice esto, basta hacer los cálculos para verlo. Sólo que los políticos  no quieren escuchar esta idea", dice Michel.
"Las células fotovoltaicas son  entre 50 y 100 veces más eficientes en lo que respecta a convertir la energía  solar en eléctrica"
"Podríamos tener una 'granja solar' en el Sáhara y convertir la  energía obtenida en hidrógeno, que se puede  transportar"
Pregunta. Según una directiva de la Unión Europea,  el 5,75% de todo el transporte basado en energías fósiles deberá ser sustituido  por biocombustibles antes del 2010. ¿Es una estrategia  equivocada?
Respuesta.  Recomendaría abolir esa directiva: con los biocombustibles no se ahorra  emisiones de dióxido de carbono. Es evidente que tenemos que reducir las  emisiones de dióxido de carbono si queremos frenar o reducir el calentamiento  global, tenemos que cambiar de energías fósiles a energías renovables. Pero la  producción y el uso del biogás o el biocombustible no son neutrales en cuanto a  la producción de CO2, porque al menos el 50% de toda la energía contenida en el  biogás o en el biocombustible procede de fuentes fósiles.
P. ¿Puede explicarlo un poco  mejor?
R. Para producir algunos biocombustibles, como el etanol, hace falta  invertir mucha energía en forma de fertilizante, de transporte... Y también en  el destilado del alcohol. Lo que obtienes al fermentar el vegetal es algo como  el vino, con un 10% de alcohol, y hay que convertirlo en alcohol 100%. Para eso  hay que invertir casi tanta energía como la que hay en el etanol. Y si obtienes  esa energía de combustibles fósiles, acabas emitiendo más CO2 de lo que  emitirías simplemente usando gasolina en el coche.
P. ¿No es algo que se pueda  mejorar con nuevas técnicas de cultivo, con más investigación en general?
R.  El problema de partida es que la eficiencia global de la fotosíntesis es muy  baja. Menos del uno por ciento de la energía solar se almacena en forma de  biomasa, y no hay muchas posibilidades de mejorar eso. El biocombustible que se  puede producir por unidad de superficie y año contiene menos del 0,4% de la  energía solar que ha recibido esa superficie en el mismo tiempo.
P. O sea que habría que  cultivar superficies enormes para obtener suficiente biocombustible...
R.  Incluso si no contamos la energía que hay que invertir en producir los  biocombustibles, hay que tener en cuenta que cubrir la demanda de electricidad  de Alemania con biocombustibles exigiría dedicar toda la superficie del país a  cultivos energéticos. En comparación, las células fotovoltaicas son entre 50 y  100 veces más eficientes en lo que respecta a convertir la energía solar en  eléctrica, y necesitan de mucho menos suelo. Los cultivos energéticos son una  manera muy poco eficiente de usar el suelo.
P. Ha hablado también del  riesgo de deforestación asociado al uso de biocombustibles.
R. Sí, los  biocombustibles están fomentando la pérdida de selva tropical en Indonesia,  Malaisia, algunas zonas de África y en Brasil. En Brasil es la soja: cada vez se  cultiva más y más soja en la selva. Y quemar selva para producir soja libera una  cantidad enorme de dióxido de carbono a la atmósfera.
P. En su conferencia ha dicho  incluso que es más eficiente, y ahorra más emisiones, usar directamente los  cultivos para calentarse.
R. Sí, puestos a cultivar, el mayor ahorro lo  obtendríamos usando la madera para calefacción, en vez de petróleo o gas  natural. El petróleo se dejaría sólo para los coches. De esa manera triplicas o  cuadruplicas la eficiencia, no pagas el impuesto de convertir la biomasa en  biocombustible.
P. Pero también ha dicho que  producir biocombustibles es más barato energéticamente en algunos países que en  otros. ¿Son los biocombustibles rentables al menos en algunos países?
R. Si  el biocombustible se produce a partir de la caña de azúcar en los países en que  este cultivo crece como si fuera hierba, sin fertilizante, como Brasil, sí puede  ser un proceso rentable. En Brasil se exprime la caña y los restos de la planta  se usan para destilar el alcohol. Pero en Europa, con trigo o remolacha, no es  rentable. Aquí no se da la caña de azúcar.
P. Y ¿si se usan métodos  biotecnológicos, enzimas, que digieran toda la planta -incluida la lignina- para  aumentar la eficiencia de la producción de biocombustible?
R. No se gana  mucho. La eficiencia de la conversión de biomasa en biocombustible oscila entre  el 0,15% y el 0,3%. Y las células fotovoltaicas tienen ya una eficiencia de  entre el 15% y el 20%. Y también son interesantes las otras formas de aprovechar  la energía solar, como la energía solar térmica.
P. Así que en su opinión hay  que fomentar la energía solar
R. La mejor manera de resolver nuestro problema  es con energía solar, lo malo es que las células fotovoltaicas son aún muy  caras. Podríamos tener una granja solar en el Sáhara, por ejemplo, y convertir  la energía que se obtuviera en alguna otra forma de energía que se pueda  transportar, como el hidrógeno. Eso, hasta que se desarrollen cables  superconductores a temperatura ambiente.
P. Si está tan claro que los  biocombustibles no son una opción, ¿por qué todo el mundo apuesta por  ellos?
R. Es que son una idea muy atractiva, el término bio vende mucho...  Pero no soy el único que critica los biocombustibles. Basta hacer los  cálculos.
Países ricos advierten que biocombustibles encarecen los alimentos y no aportan al medio ambiente
La afirmación es de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), que reúne a las 30 mayores economías del mundo.
EL TIEMPO (Colombia) 01-10-07
Temen que el auge de los biocombustibles para  evitar las emisiones de gases contaminantes sea, como titula la organización en  su informe, "peor remedio que la enfermedad".
Según el informe, pasar del 1  al 11 por ciento la parte de biocombustibles en el consumo total de carburantes  de aquí a 2050 producirá graves problemas. "En teoría -dice el informe- hay  tierras suficientes en el planeta para alimentar una población en expansión a la  vez que se producen biocombustibles. Pero la transformación de tierras para la  producción de energía a partir de biomasa hará subir el precio de los alimentos"  entre un 20 y un 50 por ciento en los próximos 10 años.
Además, tampoco le ve  ventajas medioambientales, porque la tentación será de "reemplazar ecosistemas  protegidos, bosques y zonas húmedas por cultivos destinados a producir  biocombustibles".
El informe también responde a quienes dicen que las  reducciones de gases contaminantes pueden reducirse un 40 por ciento empleando  biocombustibles en lugar de carburantes clásicos.
Según la Ocde, si se tiene  en cuenta la acidificación de los suelos, el uso de pesticidas y los atentados a  la biodiversidad, el etanol y el biodiesel pueden resultar incluso más dañinos  que la gasolina normal.
El informe concluye: "la capacidad de los  biocombustibles para cubrir una parte de las necesidades energéticas del  transporte sin hacer que aumenten los precios de los alimentos o castigar el  medioambiente es muy limitada".
A Brasil, primer productor mundial de  biocombustibles, ya le advirtió el comisario europeo de Comercio, Peter  Mandelson, durante la conferencia sobre el tema celebrada en Bruselas en julio:  "Los europeos no pagarán más para adquirir biocombustible si el etanol que mueve  sus coches proviene de la quema de campos y cultivos, ni tampoco si se elabora a  costa de la selva amazónica".
La Ocde también recomienda al Gobierno  brasileño que utilice sus fuentes energéticas no solo para exportarlas, sino  también para investigar en bioenergía, creando así nuevas actividades  económicas.
El auge de los biocombustibles también perjudicará a la  ganadería, según la Ocde por el aumento del costo de alimentar a los animales.  Lo explicó Jacques Diouf, director de la FAO, al diario francés Liberation: "el  auge de los biocarburantes supondrá un aumento del 9 por ciento del gasto global  de importación alimentaria de los países en desarrollo".
Además, casi no hay  biocarburantes sin subvención. Estados Unidos, según el Banco Mundial, les  regala 7.000 millones de dólares en subvenciones anualmente. La Ocde también  cree que existe el riesgo de que la demanda sea mayor que la oferta, "fomentando  un desarrollo dañino". El informe pide que la Agencia Internacional de la  Energía, la propia Ocde, Naciones Unidas, la FAO y el Banco Mundial estudien  estos problemas en común, para evaluar mejor las consecuencias de las  tecnologías actuales y futuras de producción de biocombustibles.
El informe  también critica que los gobiernos fomenten el uso de biocombustibles con  subvenciones y preconiza que se haga al contrario, creando impuestos a partir de  la fórmula "el que contamina paga".
También propone que, en el marco de la  OMC, se negocie una bajada de los derechos de aduana que pagan los  biocombusbibles, para permitir así a los países en desarrollo aprovecharse de  las condiciones climáticas del hemisferio sur, más favorables para su  producción.
Certificar el proceso es clave
Colombia lo  tiene todo para el desarrollo de los biocombustibles sin necesidad de recurrir a  la deforestación de bosque tropical como en otros países de la región, dijo Tim  Killen, investigador senior de Conservation International.
Killen visitó  recientemente el país por una invitación de la Embajada de los Estados Unidos  para conocer de cerca la experiencia del país en los biocombustibles.
El  investigador consideró, sin embargo, que para posicionar al país como un  abastecedor mundial de estos nuevos combustibles verdes deberá trabajar en una  certificación tipo ISO para demostrarles a los mercados, especialmente los  europeos, que la producción de etanol y biodiesel no tiene impactos negativos en  el medio ambiente, que no está desplazando área cultivable y que se le está  pagando lo justo a los agricultores. "Colombia tiene que aprovechar porque el  mercado (de biocombustibles) va a crecer con una curva casi exponencial",  dijo
Esta es la versión html del archivo http://www.oecd.org/dataoecd/56/22/39098372.pdf.
OECD-FAO Agricultural Outlook: 2007-2016  
Summary in Spanish
OCDE-FAO Perspectivas de la agricultura: 2007-2016
  
Resumen en español
 
• Los precios del mercado mundial para muchos productos agrícolas básicos,
actualmente firmes en el comercio internacional, se deben en gran parte a factores de naturaleza efímera, como las disminuciones en la oferta provocadas por las sequías o los bajos inventarios. Sin embargo, cambios estructurales como una mayor demanda de materias primas para la producción de biocombustibles y la reducción de excedentes provocada por las últimas reformas de las políticas podrían mantener los precios por arriba de los niveles de equilibrio histórico, durante los próximos diez años.
• Los precios más altos de los productos básicos son una preocupación especial
para la importación neta de alimentos de los países en desarrollo, así como para las
poblaciones urbanas pobres, y suscitan un debate permanente sobre el tema “alimentos o combustible”. Además, aunque los precios más altos de la materia prima para biocombustibles benefician los ingresos de sus productores, implican costos más elevados y menores ingresos para quienes usan esa misma materia prima para producir alimento para animales.
• La expectativa de que los precios del mercado mundial se hayan estabilizado en
un nivel más alto puede facilitar una nueva reforma de políticas opuesta a los precios subsidiados. Eso reduciría la necesidad de protección fronteriza y proporcionaría flexibilidad para las reducciones de aranceles.
• El uso progresivo de cereales, azúcar, semillas oleaginosas y aceites vegetales
para cubrir las necesidades de la industria de biocombustibles, cuyo crecimiento es rápido y cada vez mayor, es uno de los principales alicientes de las perspectivas. Durante el periodo de las perspectivas, para la producción de etanol y biodiesel se usarán cantidades considerables de maíz en Estados Unidos, de trigo y semilla de colza en la Unión Europea y de azúcar en Brasil. Eso está reforzando los precios de los cultivos y también, de manera indirecta por los costos más altos de los alimentos, los precios de los productos ganaderos.
• En vista de que en la mayoría de los países de la zona templada no es
económicamente viable la producción de etanol y biodiesel sin subsidio, una
combinación de tecnologías de producción,  políticas de biocombustibles y precios del 
• El supuesto firme crecimiento de la demanda en muchas economías incipientes y en desarrollo alentará la expansión de las importaciones y proporcionará el impulso necesario para desarrollar la capacidad nacional de producción. Por consiguiente, se proyecta que los países de la OCDEcomo grupo pierdan cuotas de producción y de exportación de muchos productos básicos a manos de países no suscritos a la OCDE durante el periodo de las perspectivas.
• Se proyecta que el comercio mundial, medido por las importaciones mundiales,
crezca para todos los productos básicos analizados en este informe, sin excepción. Para el año 2016, y en comparación con el promedio del periodo 2001-2005, la expansión comercial sigue siendo moderada para el poder de mercado significativo (7%) (SMP, por sus siglas en inglés), se ubica del 13 al 17% para cereales secundarios y trigo respectivamente, pero crece entre más del 50% para carne vacuna, carne de cerdo y práctica enológica (WMP , por sus siglas en inglés) y cerca del 70% para aceites vegetales.
• Las importaciones de todos los productos, salvo los aceites vegetales, crecen de
manera más pujante en las naciones en desarrollo que en los países de la
OCDE . Y estos crecientes mercados reciben cada vez más todo tipo de productos, a excepción del trigo y los cereales secundarios, gracias a exportaciones más cuantiosas de otros países en desarrollo. Así, los mercados mundiales agrícolas se caracterizan por un creciente comercio entre países en desarrollo, lo que aumenta la competencia para los países exportadores dentro de la OCDE
.
• La creciente presencia de Argentina y Brasil en los mercados de exportación es
asombrosa. Si bien el crecimiento de Brasil se concentra principalmente en azúcar,semillas oleaginosas y carnes, la productividad de las exportaciones argentinas también abarca cereales y muchos productos lácteos. Otros exportadores cada vez mayores en las economías en transición y en desarrollo incluyen a Rusia y Ucrania para cereales secundarios, a Vietnam y Tailandia para arroz, a Indonesia y Tailandia para aceites vegetales, y a Tailandia, Malasia, la India y China para aves de corral.
• Aunque el crecimiento de las importaciones está muy generalizado en todos los
países, es impresionante el predominio de China en el comercio de las semillas
oleaginosas y de sus derivados. Para el año 2016 China se habrá convertido en el
importador más grande del mundo de alimentos a base de oleaginosas y habrá afianzado aún más su liderazgo en las importaciones de aceites y semillas oleaginosas. Su porcentaje en las importaciones mundiales de este último producto habrá aumentado a casi 50%.
OECD-FAO AGRICULTURAL OUTLOOK: 2007-2016  EDITION ISBN-92-64-025111 © OECD/FAO 2007 – 
© OCDE 2007
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La producción de biocombustibles a partir de  alimentos debería ser prohibida por cinco años, según un pedido del relator  especial de 
El relator especial del organismo criticó en varias oportunidades la tendencia descontrolada a utilizar maíz, cebada, azúcar o aceite vegetal como alternativa para los combustibles fósiles.
Ante el Consejo de Derechos Humanos de  
Los países deberían garantizar que sólo se utilicen para producir biocombustibles plantas o desechos no aptos como alimentos, indicó Ziegler, quien sostuvo que la producción realizada hasta ahora causó aumento de los precios de los alimentos.
"Los efectos que los biocombustibles tienen sobre el hambre son motivo de gran preocupación en lo que se refiere al derecho (humano) al alimento", escribió Ziegler en su informe.
Unos 
Ziegler advirtió que existe el riesgo de que se produzca una competencia entre alimentos y combustibles. En este contexto, los más perjudicados serían los pobres y hambrientos en los países en vías de desarrollo, debido al rápido aumento de los alimentos, las tierras y el agua.
Es inaceptable que la creciente producción de biocombustibles conduzca a más hambre", indicó.
  
Se hace humo esperanza en los biocombustibles
INTER PRESS SERVICE (Estados Unidos) 23-10-07
Nuevos estudios revelan que los miles de  millones de dólares invertidos en Estados Unidos y Europa para promover los  biocombustibles son una forma de subsidiar a corporaciones agroindustriales  antes que una respuesta efectiva contra el calentamiento global.
No sólo la  mayoría de los métodos para producir combustibles destilando ciertos vegetales  poco ayudan a reducir las emisiones de gases invernadero, responsables del  cambio climático según la mayoría de científicos, sino que cosechar las materias  primas necesarias requiere gran cantidad de agua, además de fomentar el uso de  plaguicidas y provocar deforestación en países tropicales, 
El auge de los biocombustibles, impulsado por  miles de millones de dólares en subsidios gubernamentales, provocará un aumento  de entre 20 y 40 por ciento para 2020 en el precio de los alimentos, según el no  gubernamental Instituto de Investigación de Políticas Alimentarias, con sede en  Washington.
 Dos nuevos estudios, de  los que Steenblik es coautor, destacan que producir combustible a partir del  maíz, la soja o la caña de azúcar es increíblemente caro. Su análisis señala que  el apoyo gubernamental alcanzó en 2006 los 11.000 millones de dólares al año  para los países que integran 
Más de 90 por ciento de esos subsidios correspondieron a  Estados Unidos y 
Se tendrían que gastar más de 100.000  millones de dólares anuales para alcanzar una proporción de producción de  biocombustibles equivalente a 25 ó 30 por ciento de las necesidades del  transporte. Y ese monto de subsidios debería mantenerse, ya que la industria  depende de ellos, agregó.
Esa inversión tendría sentido si se lograra una  baja importante en las emisiones de gases invernadero, pero Steenblik calcula  que para producir la cantidad de etanol requerida para reducir el equivalente a  un tonelada de dióxido de carbono se gastan entre 2.980 y 6.240 dólares, según  el tipo de programa de incentivos que se aplique.
Varios estudios han  demostrado que el impacto ambiental de producir maíz, transportarlo y  convertirlo en etanol se traduce en una pequeña reducción de emisiones de gases  invernadero en comparación con los combustibles fósiles. Y en algunos casos los  resultados pueden ser aún más desalentadores.
El biodiesel elaborado a partir  de la colza y el etanol de maíz pueden provocar 70 y 50 por ciento más de  emisiones, respectivamente, que los combustibles fósiles, según un trabajo  publicado en septiembre por el ganador del premio Nobel de Química, Paul  Crutzen, de 
Esos investigadores determinaron que la destilación de esos vegetales  libera más del doble de lo que se suponía hasta el momento de óxido nitroso, un  potente gas invernadero, a causa del empleo de fertilizantes que contienen  nitrógeno.
Alrededor de 80 por ciento del biocombustible de Europa proviene  de la colza, mientras que en Estados Unidos se emplea fundamentalmente el maíz  para fabricar etanol.
"Probablemente no ofrecen ningún beneficio y de hecho  están empeorando la situación", señaló Smith en declaraciones a la prensa.
En  enero, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, fijó una meta de  producción de 132.000 millones de litros de biocombustible para 2017, más de  cinco veces el nivel actual.
Esta meta dejaría varias vías fluviales de ese  país contaminadas y provocaría severa escasez de agua en varias regiones,  advirtió 
El empleo adicional de  fertilizantes contribuirá a la expansión de plantas acuáticas que producen  "zonas muertas" como las ya existentes en el Golfo de México, señaló el  informe.
Advertencias similares fueron hechas por el Instituto Internacional  para Manejo del Agua en Sri Lanka, respecto del creciente interés de China e  India en los biocombustibles. Se recomendó a ambos países que invirtieran en la  llamada segunda generación de tecnología para este tipo de combustible, que se  basa en la celulosa y no podrá ser comercializado por varios años.
"Los  subsidios para el etanol apuntan más a asegurar los votos de los poderosos  grupos de presión agrícolas que a obtener beneficios ambientales", dijo Walter  Hook, director ejecutivo del no gubernamental Instituto para Políticas del  Transporte y el Desarrollo, con sede en Nueva York.
Programas más simples y  baratos, como la imposición de un arancel para quienes conduzcan vehículos en la  zona céntrica de las ciudades o el programa aplicado en París para fomentar el  uso de la bicicleta reducen las emisiones en forma inmediata y con un costo muy  bajo, indicó Hook en una entrevista.
Esa iniciativa se puso en práctica en  París en julio, con la oferta de miles de bicicletas en alquiler a bajo costo  (los primeros 30 minutos son gratuitos). Millones de viajes se realizaron en los  primeros 17 días. "Es asombroso. Todas las ciudades deberían pensar en hacer  algo así", dijo Hook.
Una agencia de publicidad provee las bicicletas gratis,  administra el sistema y otorga a la ciudad todas las ganancias, además de 4,3  millones de dólares al año a cambio del control exclusivo de todas las pantallas  de publicidad en la vía pública.
El experto en transporte canadiense Todd  Alexander Litman ha demostrado que los combustibles más eficientes y menos  contaminantes tienen como resultado que la gente use más los automóviles. "Se  producen más congestiones de tránsito, más accidentes, aumenta el costo del  estacionamiento y deja sin opciones a quienes no tienen un vehículo",  indicó.
Litman propone alternativas para reducir el tránsito entre 30 y 50  por ciento, que incluyen convertir las áreas urbanas en zonas más aptas para  peatones y la creación de sendas para bicicletas. Ninguna de ellas requiere  producir más biocombustibles.
"Subsidiarlos es una tontería", señaló a  IPS.
El relator especial de 
"Existe el serio riesgo de crear una batalla entre combustible y  alimentos que dejará a los pobres y hambrientos en los países en desarrollo a  merced de los rápidos aumentos en el precio de la comida, la tierra o el agua",  afirmó Ziegler al hablar en agosto ante 
E
A pesar de estas evidencias, los gobiernos continuarán  dedicando miles de millones de dólares para fomentar su producción, opinan  algunos. "Raramente se deja de lado un subsidio. Esperamos que los países entren  en razones en los próximos años", dijo Steenblik.
 
