viernes, 16 de mayo de 2008

"El hambre del mundo es la nueva fuente de lucro del gran capital financiero" o" A la Naturaleza no se la explota se la ama"


* NO SOMOS CAMPO SOMOS TIERRA


*Movimiento Nacional Campesino Indígena*

A la Naturaleza no se la explota se la ama



*(Encuentro Calchaquí, Comunidades Unidas de Molinos, Red Puna, MOCASE Vía campesina, Movimiento Campesino de Misiones, Movimiento Campesino de Córdoba, Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Mendoza, Sercupo,
organizaciones de BsAs) *

*Contactos: movnaccampesinoindi gena@gmail. com

"Nunca hemos tenido tanta urgencia de cambiar nuestra relación con la tierra. Estamos profundamente metidos en la recta suicida. Es lo que nos dice esa economía global que se alimenta de los miedos y de los desastres en serie. No deben confundir eso con la crisis final del capitalismo o el colapso del imperio. Es una crisis del capitalismo que si no la paramos, va a conducir al colapso de la vida misma.Mientras tanto, cada nueva crisis va a ser una nueva oportunidad para vender, para vender el último rubro de lujo: sobrevivencia."

Noami Klein

"Es en las comunidades indígenas en donde encontramos narrativos que fluyen de premisas totalmente distintas. (A las premisas occidentales que llegan a construir este capitalismo del desastre). Que el mundo es finito. La vida es un ciclo. No hay una válvula de escape. No llega un barco para rescatarnos. No nos van a elevar a un paraíso celestial. Que tenemos que comenzar a ser consecuentes con esta realidad."

Noami Klein



*Nosotros somos la Tierra, el Agua, las Semillas, los Bosques el Aire*, *nosotros * *no somos "el campo"*. Consideramos la naturaleza no un recurso sino un bien común que debemos custodiar para los pueblos y las futuras generaciones. La naturaleza también es sujeto de derecho.

Con la Tierra hemos constituido por décadas comunidades de cultura, vida, arte y producción de alimentos para nosotros y para los pueblos y ciudades que circundan los territorios donde habitamos.

Somos más de 500.000 familias las que aún resistimos a través de la agricultura campesina e indígena, mantenemos un potencial capaz de desarrollar procesos y tecnologías sanas de producción de alimentos para la población argentina.

Resistimos priorizando en nuestros objetivos de vida la producción de alimentos para nosotros, nuestras comunidades y los pueblos que nos circundan. Los Agricultores Campesinos e Indígenas ofrecemos nuestro potencial para garantizar con dignidad y justicia la actual crisis nacional e internacional; el alza de los alimentos, provocada por las corporaciones transnacionales, como la Cargill, Dreyfus, Bunge, Nidera,
Syngenta, AGD y Monsanto.

Las entidades agrarias con los sucesivos gobiernos han sido serviles a esas grandes corporaciones transnacionales de los agronegocios. Son cómplices de graves violaciones a los derechos humanos de miles y miles de familias campesinas e indígenas. Miembros de APREESID, SRA, CRA, CONINAGRO Y HASTA DE LA FAA, han utilizado todo tipo de métodos criminales e ilegales para expulsar por la violencia, incluso armada, a
comunidades enteras campesinas e indígenas, con el accionar cómplice de Jueces, Policías y dirigentes políticos. Violando y contaminando territorios, aguas, bosques, biodiversidad.

Repudiamos la manipulación de la información por parte de muchos medios de comunicación que han ocultado la diversidad del campo argentino y han desfigurado los rostros del genuino trabajador y trabajadora rural.

El Gobierno Nacional y los Gobiernos Provinciales y Municipios de nuestros territorios no han realizado, aún, una señal clara de
comprometerse por un Programa Estratégico de Desarrollo Rural y de Reforma Agraria Integral que garantice la Soberanía Alimentaria a través de las comunidades de Agricultores Familiares, Agricultores Campesinos y Agricultura Indígena. Los programas sociales son necesarios en las grandes crisis, sin embargo pueden constituirse en nuevas formas de dominación de los pueblos.

Creemos que esta es la hora de pensar y encontrarnos para seguir construyendo como sujetos históricos, un modelo agrario que contenga todas las expresiones; dejando de lado el asistencialismo, el clientelismo y el paternalismo. Generando la participación activa y directa de todas las expresiones: Agrupaciones, Organizaciones y Movimientos Campesinos y Pueblos Originarios. Nosotros debemos *autoconvocarnos* sin mezquindades ni sectarismos, ni partidismos, consensuar las estrategias y una propuesta que nos contenga a todas y todos.

En nuestra memoria histórica rendimos continuo homenaje a las
luchadoras y luchadores asesinados, desaparecidos y exiliados en la búsqueda una Argentina y un Latinoamérica libre, justa y digna.
Admiramos y nos solidarizamos con la lucha de los movimientos de trabajadores desocupados, piqueteros, de fábricas recuperadas, de asambleas ambientales y de la agricultura urbana y ecológica, ellas y ellos nos estimulan y alientan a seguir construyendo una verdadera transformación social.

Creemos como MNCI, como Vía Campesina que los desafíos son inmensos, que *estamos a tiempo de construir herramientas de desarrollo rural independientes de las presiones hegemónicas de los grandes grupos económicos y políticos*: Creación de una Secretaría de Desarrollo Rural, un Programa de Reforma Agraria Integral, Programas de Desarrollo de la Agricultura Campesina, Indígena, Urbana y Agroecológica. Son todas herramientas que están en marcha y con muy buenos resultados en países
miembros del MERCOSUR.

Si el gobierno y la oposición política no desean la desaparición sino la multiplicación de los pequeños y medianos productores, _este es el tiempo_.

Es un Desafío: Un Estado que Garantice la producción de Alimentos Sanos a través de quienes soñamos un país libre, justo y soberano.

*SOBERANÍA ALIMENTARIA Y REFORMA AGRARIA INTEGRAL.*

*Movimiento Nacional Campesino Indígena*

*(Encuentro Calchaquí, Comunidades Unidas de Molinos, Red Puna, MOCASE
Vía campesina, Movimiento Campesino de Misiones, Movimiento Campesino de Córdoba, Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Mendoza, Sercupo, organizaciones de BsAs) *

*Contactos: movnaccampesinoindi gena@gmail. com
movnaccampesinoindi gena@gmail. com> *

*Teléfonos: 0384315400980, 0261155615062, 03549495076, *

--
MOCASE-VC
A la Naturaleza no se la explota
se la ama


Un hambre infame

http://static.pagina12.com.ar/fotos/20080516/notas/na40fo01.jpg

Imagen: AFP

Por Boaventura de Sousa Santos *


Conocido hace tiempo por los que estudian la cuestión alimentaria, el escándalo finalmente estalló en la opinión pública: la sustitución de la agricultura familiar, campesina, orientada a la autosuficiencia alimentaria y a los mercados locales, por la gran agroindustria, orientada al monocultivo de productos de exportación (flores, soja, etc.), lejos de resolver el problema de la alimentación mundial, lo agrava. Habiendo prometido erradicar el hambre del mundo en veinte años, hoy nos enfrentamos con una situación peor de la que existía hace cuatro décadas. Cerca de un sexto de la humanidad pasa hambre: según el Banco Mundial, 33 países están al borde de una crisis alimentaria grave; aun en los países más desarrollados los bancos de alimentos están por perder sus reservas; y volvieron las revueltas del hambre, que en algunos países ya causaron muertes. Mientras tanto, la ayuda alimentaria de la ONU hoy está comprando a 780 dólares la tonelada de alimentos que en marzo pasado compraba a 460 dólares.

La opinión pública está siendo sistemáticamente desinformada sobre este tema para que no se dé cuenta de lo que está pasando. Es que lo que está pasando es explosivo y puede ser resumido del siguiente modo: el hambre del mundo es la nueva gran fuente de lucro del gran capital financiero, y sus ganancias aumentan en la misma proporción que el hambre.

El hambre en el mundo no es un fenómeno nuevo. Desde la Edad Media hasta el siglo XIX fueron famosas en Europa las revueltas del hambre (con el saqueo de comerciantes y la imposición de la distribución gratuita del pan). Lo que es nuevo en el hambre del siglo XXI son sus causas y el modo en que las principales son ocultadas. A la opinión pública se le ha informado que el hambre está ligado a la escasez de productos agrícolas, y que ésta se debe a las malas cosechas provocadas por el calentamiento global y las alteraciones climáticas; al aumento del consumo de cereales en la India y en China; al incremento de los costos de los transportes debido a la suba del petróleo; a la creciente reserva de tierras agrícolas para producir agrocombustibles. Todas estas causas han contribuido al problema, pero no son suficientes para explicar que el precio de la tonelada de arroz se haya triplicado desde el inicio de 2007.

Estos aumentos especulativos, como los del precio del petróleo, son el resultado de que el capital financiero (bancos, fondos de pensiones, fondos hedge de alto riesgo y rendimiento) ha comenzado a invertir fuertemente en los mercados internacionales de productos agrícolas, tras la crisis de la inversión en el sector inmobiliario. En articulación con las grandes empresas que controlan el mercado de semillas y la distribución mundial de cereales, el capital financiero invierte en el mercado de futuros con la expectativa de que los precios continuarán subiendo y, al hacerlo, se refuerza esa expectativa. Cuanto más altos sean los precios, más hambre habrá en el mundo, mayores serán las ganancias de las empresas y los retornos de las inversiones financieras. En los últimos meses, los meses en que aumentó el hambre, las ganancias de la mayor empresa de semillas y cereales aumentaron un 83 por ciento. O sea, el hambre de lucro de Cargill se alimenta del hambre de millones de seres humanos.

El escándalo del enriquecimiento de algunos a costa del hambre y la subnutrición de millones ya no puede ser disfrazado con “generosas” ayudas alimentarias. Tales ayudas son un fraude que encubre otro mayor: las políticas económicas neoliberales que hace treinta años vienen forzando a los países del Tercer Mundo a dejar de elaborar los productos agrícolas necesarios para alimentar a sus propias poblaciones y a concentrarse en productos de exportación, con los cuales ganarán divisas que les permitirán importar productos agrícolas... de los países más desarrollados. Quien tenga dudas sobre este fraude, que compare la reciente “generosidad” de los Estados Unidos en la ayuda alimentaria con su consistente voto en la ONU contra el derecho a la alimentación reconocido por todos los demás países.

El terrorismo fue el primer gran aviso de que no se puede continuar impunemente con la destrucción o el robo de la riqueza de algunos países para beneficio exclusivo de un pequeño grupo de países más poderosos. El hambre y la revuelta que acarrea parecen ser el segundo aviso. Para responder eficazmente será necesario poner fin a la globalización neoliberal tal como la conocemos. El capitalismo global debe volver a sujetarse a reglas que no sean las que él mismo establece para su beneficio. Debe exigirse una moratoria inmediata en las negociaciones sobre productos agrícolas en curso en la Organización Mundial del Comercio. Los ciudadanos tienen que comenzar a privilegiar los mercados locales, a rechazar en los supermercados los productos que vienen de lejos, a exigir del Estado y de los municipios la creación de incentivos a la producción agrícola local, a exigir que las agencias nacionales de seguridad alimentaria, donde las haya, entiendan que la agricultura y la alimentación industriales no son el remedio contra la inseguridad alimentaria. Bien por el contrario, son su causa.

* Doctor en Sociología, catedrático de las universidades de Coimbra (Portugal) y de Wisconsin (EE.UU.).



12-05-2008

Hambre global

Michel Chossudovsky

Global Research

Traducción Horacio J. Garetto

La Humanidad, en la era de la post Guerra Fría, está marchando hacia una crisis económica y social de una escala sin precedentes que está conduciendo hacia un rápido empobrecimiento a amplios sectores de la población mundial. Hay economías nacionales colapsando, hay desempleo rampante. Hay erupciones de hambre en el Africa Subsahariana, en el sur de Asia, y en parte de América Latina. Esta “globalización de la pobreza”, que ha tenido por consecuencia una dramática reversión de los logros conseguidos durante el período de la descolonización de después del fin de la segunda guerra mundial, comenzó con la crisis de la deuda, a principios de 1980 y con la imposición de las letales reformas económicas del Fondo Monetario Internacional.

El Nuevo Orden Mundial se alimenta de pobreza humana y de destrucción del medio ambiente. Genera apartheid social, alienta el racismo y las discordias étnicas, socava los derechos de las mujeres y a menudo hunde los países en confrontaciones destructivas entre distintos nacionalismos que los integran. Desde 1990 extendió su alcance a todas las grandes regiones del mundo, incluyendo Norteamérica, Europa Occidental, los países del antiguo bloque soviético y los nuevos países industrializaos (NICs por las siglas en ingles) del sudeste asiático y del Lejano Oriente.

Esta crisis mundial es más devastadora que la gran Depresión de los años 30’. Tiene muchas más implicaciones geopolíticas; dislocaciones económicas han acompañado el inicio de guerras regionales, la fractura de sociedades nacionales y en algunos casos la destrucción de países enteros. Esta es, por lejos, la crisis económica más seria de la historia moderna (Michel Chossudovsky, The Globalization of Poverty, First Edition, 1997) Introducción El hambre es resultado de las reestructuraciones en favor del “libre Mercado” de la economía global proceso que tiene sus raíces en la crisis de la deuda de comienzos de 1980. No es un fenómeno reciente como pretenden sugerirlo muchos informes de la prensa occidental.

Pobreza y desnutrición crónica son condiciones preexistentes. Los aumentos recientes en los precios de la alimentación han exacerbado y agravado la crisis alimentaria. Golpean muy duro en las poblaciones empobrecidas que apenas si tienen los medios para supervivir.

Los problemas han irrumpido casi simultáneamente en todas partes:

“El precio de los alimentos en Haití subieron un promedio de más 40% en menos de un año, con los de primera necesidad como el arroz, duplicándose…. En Bangladesh (a fines de abril 2008) unos 20 mil trabajadores textiles tomaron las calles para denunciar el aumento de los precios de los alimentos y para demandar aumento de salarios. El precio del arroz se duplicó en el último año, amenazando a los trabajadores, que ganan salarios de solo 25 dólares. En Egipto las protestas terminaron con dos muertos, cientos de arrestados, policías en las fábricas…. Los alimentos subieron un 40%. A principios de año en Costa de Marfil, miles de personas marcharon hacia la casa del presidente Laurent Gbagbo cantando “tenemos hambre” y “la vida es demasiado cara, nos están matando”.

Demostraciones similares, huelgas y enfrentamientos tuvieron lugar en Bolivia, Perú, Mexico, Indonesia, Filipinas, Pakistan, Uzbekistan, Tailandia, Yemen, Etiopia, y a través de la mayor parte del Africa sub-Sahariana (Bill Van Auken, Amid mounting food crisis, governments fear revolution of the hungry, Global Research, April 2008)

“Eliminando los pobres”

Con amplios sectores de la población mundial que ya están por debajo de la línea de pobreza los recientes feroces aumentos de los precios de los alimentos de primera necesidad son devastadores. Millones de personas alrededor del mundo son incapaces de adquirir los alimentos para su supervivencia. Estos aumentos hacen su contribución, de verdad, al proceso de “eliminación de los pobres” a través de muertes masivas por hambre. En palabras de Henry Kisinguer: “Controla el petróleo y controlarás a los países. Controla los alimentos y controlarás la gente”.

A este respecto Kisinguer, en efecto, en el contexto del Memorándum de Seguridad Nacional, número 200 del año 1974, titulado “Implicaciones del Crecimiento de la Población Mundial para la Seguridad Nacional” que la ocurrencia de hambrunas puede constituir un instrumento de control de la población. De acuerdo con la FAO el precio de los granos de primera necesidad se incrementó un 88% desde marzo de 2007. El precio del trigo se incrementó un 181% en tres años. El precio del arroz un 50% en los últimos tres meses. (Véase el art. de See Ian Angus, Food Crisis: "The greatest demonstration of the historical failure of the capitalist model", Global Research, April 2008):

“El arroz más popular de Tailandia se vendía hace 5 años a 198 la tonelada, 323 hace un año. En abril de 2008 llegó a 1000 USS la tonelada. Esos incrementos son todavía peores en los mercados locales. En Haití la bolsa de 50 kilos se duplicó en valor en una semana a fines de marzo de 2008. Estos incrementos son catastróficos para los 2600 millones de personas que viven con menos de 2 dólares por día y que gastan entre un 60 a un 80% de sus ingresos en comida. Cientos de millones no tienen para comprarse el alimento”.

Dos dimensiones relacionadas Este proceso por el cual poblaciones enteras están entrando en una crisis alimentaria tiene dos aspectos relacionados:

Primero, que hay todo un proceso histórico que viene desde hace varios décadas que ha hundido los niveles de vida tanto en los países desarrollados como en los no desarrollados Segundamente, que estas preexistentes condiciones históricas de pobreza de masas fueron exacerbadas y agravadas por el reciente aumento en los precios de los granos, lo que ha llevado en varios casos a una duplicación de los precios de venta al consumidor final de los alimentos de primera necesidad. Estos aumentos son, en una amplia proporción, resultado de movimientos especulativos. Causas especulativas en los aumentos de los granos

Los medios de comunicación han en gran parte engañado a la opinión pública respecto de las causas de estos aumentos, enfocándose casi exclusivamente en el aspecto de los costos de producción, climáticos y otros que han redundado en una reducción de la oferta y que pueden haber contribuido a alentar los aumentos de los precios. Si bien pueden haber concurrido son de relevancia limitada a la hora de explicar la índole impresionante y dramática de esos aumentos.

Esos aumentos en espiral que estamos contemplando con estupor son en gran parte el resultado de manipulaciones de los mercados. Son en gran parte atribuibles a juegos especulativos. Los precios de los granos hacia el alza son empujados en esa dirección por operaciones especulativas en el Chicago Board of Trade a su vez fusionado (en el 2007) con el Chicago Mercantile Exchange lo cual dio por resultado la entidad comercial más grande del mundo en las tratativas de compraventa de commodities lo cual incluye un amplio menú de opciones, contratos sobre precios futuros, index funds, etc .

Las especulaciones con trigo, con arroz o con maíz pueden hacerse sin necesidad de que la transacción “suceda en el mundo real”. Los que participan de estos juegos no necesariamente están implicados en la venta o entrega de los granos. Las transacciones pueden usar commodity index funds que son apuestas o al alza o la baja de los precios. Una “put option” es una apuesta a la suba de los precios y una “call option” es una apuesta a la baja. Proponiéndoselo, los “traders” (los operadores del mercado) y las grandes instituciones financieras pueden llevar los precios para arriba en general o también en particular el de algún grano.

La especulación genera volatitilidad en los mercados. A su turno la inestabilidad resultante alienta y estimula las actividades especulativas.

Se tienen ganancias normales cuando los precios suben. Pero si un especulador está vendido “en corto” (short-selling) también pueden ganar apostando a que los precios colapsen.

Este conjunto de aumentos especulativos recientes en los precios de los alimentos condujeron a una ola de hambre mundial que no tiene precedentes por su escala.

La ausencia de medidas de regulación desencadena el hambre

Estas operaciones especulativas no se proponen per se desencadenar el hambre. Lo que desencadena el hambre es la ausencia de regulaciones en estos mercados especulativos (de opciones, opciones sobre futuros, fondos de inversión en commodities). En el actual contexto, un congelamiento de la especulación en los mercados de alimentos de primera necesidad, tomado como una imperativa decisión política, contribuiría inmediatamente a bajar los precios de los alimentos. Nada impide hacerlo pero nada hace prever que se esté pensando en un prudente cuidadoso conjunto de medidas como este.

Por lo que se ve esto no es lo que está siendo propuesto por el Banco Mundial y por el Fondo Monetario Internacional

El rol del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial

El Banco Mundial y el FMI han presentado un plan de emergencia, teóricamente con la idea de alentar la agricultura, en respuesta a la “crisis de los alimentos”. Pero las causas verdaderas de la situación no son enfocadas. El presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick describe su iniciativa como un Nuevo Trato, como un plan de acción de largo plazo destinado a alentar la producción, que consistiría, entre otras cosas, en duplicar los préstamos a los agricultores africanos.

"Tenemos que poner el dinero dónde hoy es urgente, en las bocas de los hambrientos” (Robert Zoellick, World Bank presidente, citado por la BBC, 2 Mayo 2008) Pero la “medicina económica” del Fondo Monetario y del Banco Mundial no son la solución sino en una importante medida la “causa” del problema. Más préstamos del FMI/BM para alentar la agricultura aumentará el endeudamiento y exacerbará más que aliviará la pobreza.

Los préstamos del Banco Mundial son otorgados con la condición de que los países se comporten según el manual neoliberal el cual desde principios de 1980 condujo a un colapso de las agriculturas locales.

Los programas de estabilización y de ajuste estructural impuestos por el FMI/BM a los países en desarrollo como condición para la renegociación de sus deudas externas por el contrario condujeron al empobrecimiento de centenares de millones de personas.

Lo decisivo es que las severas, ásperas realidades económicas y sociales que están por debajo de las intervenciones del FMI son los aumentos de precios de los alimentos, hambres, despidos masivos de trabajadores urbanos y destrucción de programas sociales. El poder interno de compra ha colapsado, las clínicas de salud para las mujeres y escuelas para los chicos fueron cerradas. Hay centenares de millones de chicos que tienen denegado el derecho a la educación primaria.

Los tratamientos de shock del FMI

Históricamente hablando los procesos de espiralización de los precios de los alimentos en el nivel del comercio minorista, fueron desencadenados por feroces devaluaciones de las monedas, que a menudo se convertían en hiperinflaciones. En Perú, por ej. en agosto de 1990, por órdenes del FMI, el precio de los combustibles se incrementó, de la noche a la mañana, en 30 veces. El del pan 20.

“A través de todo el Tercer Mundo la situación es de desesperación social y de desesperanza de las poblaciones empobrecidas por la interacción de las fuerzas del mercado. Anti-SAP y levantamientos populares son brutalmente reprimidos: Caracas, 1989. El presidente Carlos Andres Perez después de denunciar retóricamente al FMI de practicar “una economía totalitaria que mata no con balas pero sí con hambre” declaró el estado de emergencia y envió unidades de infantería y marines a los barriadas humildes en las colinas que rodean a la capital a reprimir las manifestaciones tras que el pan aumente un 200 por ciento. Se abrió fuego indiscriminadamente, la morgue de Caracas reportó 200 muertos, cuentas no oficiales se habla de más de mil muertos. Enero de 1984: conflictos sociales en Túnez motivadas por el desempleo joven y protestas por el alza en el precio de los alimentos; Nigeria, 1989, idem por el cierre de 6 universidades; Marruecos, 1990, huelga y levantamiento general contra las reformas del gobierno exigidas por el FMI (Michel Chossudovsky, op cit.)

La desregulación de los mercados de granos

Desde los años 80’los mercados de granos, impulsados por las políticas del Banco Mundial, se desregularon y los excedentes de la Unión Europea y de Estados Unidos fueron usados sistemáticamente para destrozar el campesinado y para desestabilizar los sistemas nacionales de agricultura. A este respecto los préstamos del Banco Mundial requerían el levantamiento de barreras comerciales a la importación de bienes agriculturiles, todo lo cual con frecuencia conducía a dumping (N. del T. se denomina así a vender en el exterior por debajo del precio al que uno vende en el mercado del que el vendedor proviene) por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea con sus excedentes de granos en los mercados locales. Esto llevaba a los agricultores locales a la quiebra.

El “libre mercado” aplicado a la agricultura, impuesto por el FMI y el Banco Mundial destruye las producciones campesinas y socava la “seguridad alimentaria”. Malawi y Zimbabwe eran en algún momento países prósperos con una producción de granos excedentaria respecto del nivel de consumo de su gente. Ruanda era virtualmente autosuficiente en alimentos hasta 1990 cuando las políticas del FMI le hicieron abrir los mercados a los granos subsidiados, con políticas inmorales de dumping que llevaron a todos sus pequeños productores a la ruina. En los años 91/92 el hambre golpeó Kenia, el país más exitoso del este de Africa en lo que respecta a producción de trigo. Pero claro, poco antes a su gobierno lo habían puesto en la lista negra por no querer someterse a las condiciones del Fondo. Porque la desregulación y apertura a las importaciones de granos era una condición puesta para renovar y reprogramar la deuda externa con sus acreedores del Club de París (Michel Chossudovsky, The Globalization of Poverty and the New World Order, Second Edition, Montreal 2003) El patrón que se repite todo a lo largo de Africa, sudeste de Asia y América Latina es el de que todas las políticas promovidas por las instituciones de Breton Woods llevan siempre a perder la “seguridad alimentaria”. El hambre en la era de la globalización es el resultado de una política. El hambre no es la consecuencia de la escasez de alimentos sino al revés: los excedentes de alimentos fueron utilizados para desestabilizar las producciones de los países en desarrollo.

Estrechamente controlados por las transnacionales del agronegocio estos excedentes conducían en definitiva al estancamiento tanto de la producción como del consumo de alimentos esenciales y al empobrecimiento de campesinos todo a lo largo y ancho del mundo. Pero además, en la era de la globalización, los programas de ajuste estructural del FMI y del Banco Mundial son cosas que tienen una relación directa con el fenómeno del hambre en tanto y en cuánto que sistemáticamente socavaron todos los renglones de actividad, tanto urbanos como rurales.

Los ingresos de los agricultores tanto en los países ricos como pobres son estrujados por un puñado de grandes empresas globales agroindustriales que controlan los mercados de granos, los ingresos de los agricultores, las semillas y los alimentos procesados. Una firma gigante como Cargill que tiene más de 140 subsidiarias alrededor del mundo controla una parte bastante importante del comercio de granos. Desde 1950 es el principal contratista de EU para prestar el servicio de “ayuda alimentaria” (ley de 1954 número 480) La agricultura mundial tiene por primera vez en su historia la capacidad técnica de satisfacer los requerimientos de alimentos del planeta entero. A capacidad de producir alimentos es enorme, pero los niveles de consumo de alimentos se mantienen extraordinariamente bajos porque una enorme porción de la población mundial vive en condiciones de pobreza y privación extremas. Además, el proceso de "modernización" de agricultura llevó a la expoliación de los agricultores, aumentó la falta de tierras disponibles y la degradación ambiental. En otras palabras las mismas fuerzas que alientan la expansión de la producción global de alimentos están también empujando, antiéticamente, una contracción de los niveles de vida.



Semillas genéticamente modificadas

Coincidentemente con el establecimiento de la Organización Mundial de Comercio en 1995 (sucesora del GATT, General Agreement of trade and tariffs) otro importante cambio histórico ocurrió en la estructura de la agricultura mundial. Con esas reglas del juego los gigantes del agronegocio obtuvieron plena libertad para penetrar en los mercados de semillas de los países en desarrollo. La adquisición de los derechos de propiedad intelectual exclusivos sobre variedades de plantas también condujo a la destrucción de la biodiversidad. Actuando por cuenta de un puñado de conglomerados biotecnológicos les fueron dados a un montón de productores semillas genéticamente modificadas (GMO, siglas en inglés) inclusive muchas de esas veces disimuladas dentro de “paquetes de ayuda alimentaria”. En Etiopia, por ejemplo, paquetes de semillas genéticamente modificadas les fueron dados a los campesinos en el medio de una ola de una devastadora sequía. Se plantó, se cosechó, pero al minuto después los campesinos se encontraron con que esas semillas no se podían volver a plantar sin pagarle regalías a Monsanto, a Arch Daniel Midland, y tutti quanti, etc. Y a continuación también descubrieron que las benditas semillas no se podían cosechar sino se utilizaban los insumos tales como los herbicidas, los insecticidas y los fertilizantes que también los producen y proveen y distribuyen los mismos de siempre: los gigantes biotecnológicos del agronegocio. Economía campesinas enteras fueron captadas por las redes de los grandes conglomerados del agronegocio. Ruptura del ciclo de la Agricultura

Con
la adopción de semillas genéticamente modificadas un gran cambio ha ocurrido en la historia y la estructura de la agricultura desde que esta nació, estimativamente unos 10 mil años atrás.

La reproducción de semillas en viveros en los pueblos y ciudades fue discontinuada por el uso de semillas genéticamente modificadas. El ciclo tradicional, natural, de la agricultura, que permitía a los agricultores guardar sus semillas orgánicas y plantarlas y cosecharlas hasta que se vuelva a cumplir el ciclo fue roto. Este patrón destructivo –invariablemente productor de hambre- se reproduce en país tras país a todo lo largo y ancho del mundo conduciendo a la extinción de la economía campesina.




16-05-2008

¿Crisis alimentaria o la memoria del saqueo?

Rubén Kotler

De Igual A Igual



Hambre!! Resuena esta palabra como una advertencia apocalíptica. Hay hambre en el mundo. La crisis de los alimentos ha llegado, nos anuncian. Pero un habitante del lado sur del planeta sabe que el hambre no es nuevo. Que en Argentina, por poner un ejemplo, los niños se mueren "literalmente" de hambre desde hace muchos años. Sí, el país de las vacas, los campos, la pampa húmeda, el país que produce alimentos para 300 millones de personas, mata a diario a sus hijos, a los hijos del pueblo. Un documental. Memoria del Saqueo, de Pino Solanas. Una imagen: el funeral de un niño de unos 5 años en una villa miseria de la norteña provincia argentina de Tucumán. Otra imagen: médicos pediatras del Hospital de Niños de esa misma provincia procurando explicar el hambre y la desnutrición infantil. Para los niños argentinos que durante la década del '90 han muerto de hambre, la crisis alimentaria de hoy es un cuento chino. Para ellos y para los miles y miles de pobres que a diario mueren de hambre en el planeta la respuesta es simple: distribución, distribución, distribución. Que alimentos hay. Pero mal, muy mal distribuidos.

¿De qué crisis hablan los que hablan de crisis alimentaria? Decenas de miles de seres humanos mueren de hambre en el planeta. América Latina, África, Asia, la Europa del Este, son las regiones más vulnerables. Pero la crisis no es una crisis nueva. Tampoco se trata solo una crisis pasajera, como si de un tren se tratara. La crisis hunde sus raíces en el sistema de producción capitalista. La distribución del ingreso y el reparto de las riquezas desde que se comenzó a cercar la tierra y darle propiedad a pocas familias, el hambre asecha al mundo. Comer, curarse, beber agua, respirar el aire: todo tiene un precio. Precio que regula el "mercado". El mercado, otro eufemismo para evitar hablar de las responsabilidades y "culpas" de los amos de la tierra, esos que ponen precio a lo más elemental que necesita el ser humano para vivir: el agua y los alimentos. Todo tiene precio. El agua sucia que llega a pocas familias por medio de los grifos, ese agua que ha sido privatizada en los '90 a lo largo y ancho del hemisferio sur. Los alimentos, aún la chatarra de plástico y mierda que nos venden las grandes cadenas supranacionales, que venden una hamburguesa a precio oro. La crisis no es nueva. No lo ha sido para las clases populares de los continentes castigados por la división internacional del trabajo.

Memoria del Saqueo le llamó Pino Solanas. La memoria en el olvido que pretenden hacernos caer los amos del mundo. Es una crisis del mercado nos afirman. Sin embargo ocultan que detrás de esa crisis del mercado los Georges Soros, los Bill Gates, los Emilios Botín no sufren hambre, no verán sus heladeras vacías por más que en Asia el precio del arroz se dispare o por más que en Oriente medio el barril de petróleo trepe a los 200 dólares. Para ellos la crisis alimentaria es una crisis de consumo. Ahora las clases medias ya no cuentan con los recursos de hace veinte años para consumir al mismo nivel. La crisis es la crisis de los poderosos. Los pobres, los nadies, esos que según el escritor uruguayo Eduardo Galeano, "valen menos que las balas que los mata", esos no entienden de crisis, no saben de caídas bursátiles, no se asustan con las alarmantes cifras del telediario, porque a ellos desde hace muchos años que les espera el mismo destino: el funeral de aquel pequeño niño de cinco años muerto por desnutrición en una villa de emergencia en Tucumán.

Mientras analistas de toda clase y calaña intentan explicar nuestras eternas "crisis" a partir de la desidia de nuestros gobernantes, de la corrupción imperante en nuestros países "subdesarrollados" (vaya la ironía por delante), nada nos dicen de un modelo de producción desigual, criminal, que reparte las riquezas del mundo y que se ha consolidado a base de la piratería y el saqueo. Otra vez la memoria. Desde hace más de 500 años. Un colega de la Universidad de Salamanca quiso explicarme que la salida de nuestros países era el modelo europeo. ¿Modelo europeo? ¿Cuál modelo? ¿El de Repsol? ¿El de Telefónica o Telecom? ¿El de las automotrices que expropian las materias primas de nuestros continentes? Y ahora la Europa progresista, esa que llaman de los derechos humanos, se asusta de ver en sus puertas a miles y miles de inmigrantes que vienen a reclamar lo que les ha sido saqueado: vienen por pan, por trabajo, por las riquezas de la corona. Aquí habría que recordarle a ese progresismo europeo que la crisis alimentaria de lo que ellos llaman "el tercer mundo" ha sido producida por el Modelo Europeo. Memoria del saqueo señores. Memoria. Que la crisis alimentaria llegará a las barrigas llenas de la clase media europea, pero ante todo, esa crisis alimentaria, que es la crisis del modelo capitalista europeo, ha llegado a nuestros continentes del sur hace mucho tiempo. En los '90, y aún antes. En los '80, y en los '70 y aún antes: cuando el conquistador puso pie en tierras de Santo Domingo un 12 de Octubre de 1492.

El hambre existe. La crisis existe. Pero no es nueva. La memoria del saqueo nos retrotrae a más de 500 años de explotación de un planeta que hoy va camino al colapso. Pero que ha ido matando en el camino a millones de seres humanos. Mientras el sistema capitalista mundial no deje paso a otro modelo de producción que aunque sea reparta un poquito de manera más equitativa tanta riqueza distribuida por el planeta, seguir hablando de crisis alimentaria seguirá siendo una bofetada a la inteligencia de nuestros empobrecidos y saqueados pueblos.