domingo, 18 de mayo de 2008

EL IAPI - LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO NACIONAL EN LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA

PRESENTACIÓN

* EL IAPI

LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO NACIONAL EN LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA

AUTOR ARNALDO SALVINI

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* “…Resultaría hoy poco atinado repetir mecánicamente la experiencia del IAPI.

Sin embargo, su idea originaria posee aún plena vigencia. Hasta que no se modifique la tradicional estructura del comercio exterior argentino –que no supone simplemente producir diferentes bienes o vendérselos a países distintos– no se podrá consolidar ningún proyecto de capitalización y desarrollo autónomo, basado en un mercado interno ampliado que asegure pleno empleo y reduzca la debilidad del sector externo…”

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Párrafos tomados del libro del Susana Novick

“I.A.P.I. Auge y decadencia”

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TEXTO DEL ARTÍCULO

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LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO NACIONAL EN LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA, SU COMERCIALIZACIÓN Y EXPORTACIÓN

Trabajo basado en la obra: “I.A.P.I. Auge y decadencia” de Susana Novick (1)

"La economía nunca ha sido libre: o la controla el Estado en beneficio del Pueblo o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de éste".

Juan Domingo Perón

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INTRODUCCION

“En la configuración de nuestra sociedad –desde mediados del siglo XIX– el Estado desempeñó un papel protagónico. Fueron los impuestos al comercio exterior –rentas aduaneras– los que originaron recursos posibilitando la expansión institucional del por aquel entonces naciente Estado. Sin embargo, es la producción agropecuaria la que impulsará y dinamizará el crecimiento en el período de formación de la Argentina como nación. Y serán las ganancias obtenidas por la colocación en el mercado internacional de los productos agrícola-ganaderos, las que consolidarán, más tarde, la clase dominante en nuestro país.

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La alianza de grupos capitalistas extranjeros –por aquel entonces británicos– con los sectores agro-exportadores fue modelando un sistema económico con un elevado nivel de dependencia externa. El mecanismo que mantuvo y reprodujo esa dependencia fue justamente el comercio exterior. Este último permite, por vía del llamado deterioro de los términos del intercambio, que los países centrales –de mayor desarrollo productivo– drenen en su beneficio una parte substancial de los bienes producidos en los países periféricos, subdesarrollados, de menor productividad.

Así, la relevancia del aparato estatal como instancia de decisión política, la producción primaria (cereales y carnes) y el intercambio comercial externo, nos llevó a interesarnos por una experiencia, la del “Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI)”, que se nutre del juego contradictorio y complejo de estos fenómenos.


El peronismo en el poder y el surgimiento del IAPI

Durante el siglo XIX y principios del XX –hasta la crisis internacional de 1930– en términos globales podemos decir que la estructura socioeconómica del país se caracterizaba por:

a) La aceptación de la división internacional del trabajo. Debíamos producir y exportar productos agrícolas y ganaderos sin valor agregado como alimentos para las naciones desarrolladas –fundamentalmente europeas–.

b) El imperialismo inglés había modelado según sus intereses concretos la economía argentina.

c) El sistema político interno estaba dominado por el sector terrateniente, el cual decidía qué se debía producir y cómo sería su distribución social.

d) El desarrollo industrial era incipiente.

e) los precios de los productos de la agricultura y la ganadería se fijaban en centros de poder fuera de nuestro país;

f) La importación consistía fundamentalmente en productos manufacturados.

g) El sistema social se caracteriza por una distribución injusta de los bienes producidos; y

h) La expansión de la economía se centraba fundamentalmente en el comercio exterior.

La Segunda Guerra Mundial había causado efectos en el sistema económico argentino que obligaron a tomar medidas al respecto.

Por decreto 23.847 de 1944 se crea el Consejo de Posguerra, primer intento orgánico de planificación en la argentina- Dicho organismo tenía como objetivo preparar un amplio apoyo y detallado diagnóstico de la situación económico – social que recomendara políticas para solucionar problemas detectados. Presidente del Consejo era el coronel Perón y el Dr. Figuerola su secretario general.

Fue el primer foro donde estuvieron representados los trabajadores, los empresarios y el Estado.

Figuerola y Miranda prepararon un “paquete” de medidas económicas que se sancionarán durante 1946, aún antes de la asunción de Perón como presidente. Se iniciaba una nueva etapa, a partir de la alianza de clases que realizan los industriales nacionales y los trabajadores. La nueva política económica –vigente hasta 1952– intentaba regular la totalidad del sistema económico.

Orígenes del IAPI

Al disponer la liquidación de la Corporación para la Promoción del Intercambio S.A. a principios de 1946, por haber asumido el Banco Central el control de todas las operaciones de cambio –oficiales y privadas– el entonces presidente de la entidad, Miguel Miranda, en carta dirigida al Ministro de Hacienda Coronel (R) Avalos del 24 de mayo de 1946 decía: “…no parece prudente suprimir la acción de promoción del intercambio; se piensa, por el contrario, en la necesidad de coordinar esa acción en forma orgánica y práctica, de manera que asegure positivos beneficios a la economía nacional, sirviendo para respaldar, tanto a los productores agrarios cuanto a los industriales, de toda perturbación del mercado… La conquista de nuevos mercados y el afianzamiento de los ya logrados, así como la provisión regular de materias primas y equipos que aseguren el desarrollo nacional de la economía del país, justifican asimismo una acción permanente de promoción del intercambio” (2).

Sugiere la creación de un organismo autárquico nacional, al cual pasarían los bienes provenientes de la extinguida Corporación, y que se organizaría con criterio comercial, sin perder de vista su finalidad de bien común. Se sostiene que sólo la acción centralizada y directa del Estado en el ámbito de la promoción del intercambio, garantizará que se beneficien por igual todos los sectores económicos.

La creación del IAPI fue dispuesta por decreto 15.350 del 28 de mayo de 1946, que si bien fue firmado por el Presidente Farell, formaba parte del conjunto de medidas que el coronel Perón y su equipo de asesores habían proyectado. Asimismo, por decreto 8.503 del 25 de marzo de 1946 se nacionalizó el Banco Central de la República Argentina, el que en adelante funcionaría como entidad autárquica. Con estas dos resoluciones el nuevo gobierno podrá poner en ejecución su política económica, pasando a controlar –directa e indirectamente– la producción total del país y el ahorro nacional.

El citado decreto 15.350, llamado Carta Orgánica del Instituto, coloca su funcionamiento dentro del área perteneciente al Banco Central. Este último sería el puente en las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el organismo


creado, reiterándose la necesidad de un ente comercial capaz de afrontar las diferentes coyunturas que el mercado internacional presentara, el que actuando con agilidad en la compra, venta, distribución y comercialización de productos, protegiera el bien común. Sin embargo, se aclara que el Instituto no “monopolizará las actividades privadas, sino que deberá complementarlas adecuadamente y para beneficio de ellas” (3).

FUNCIONES

Complejas y diversas fueron las actividades asignadas al IAPI en sus comienzos. A pesar de que ellas fueron transformándose con el correr del tiempo, pueden ser clasificadas, en el orden interno en:

Respecto del trigo, por ejemplo, adquiría la producción casi total (para exportar y también para distribuir en el mercado interno). Sin embargo, de otros cereales –como avena, cebada, centeno y maíz– sólo adquiría los cupos necesarios a la exportación, dejando en manos privadas las cantidades aplicadas al consumo interno.

Distinto tratamiento recibían las oleaginosas: el IAPI compraba la producción total de las semillas que luego entregaba por cupos a los industriales para que la procesaran. Posteriormente colocaba el aceite en el mercado internacional. Las exportaciones de carne, cueros, grasas y sebos también las realizaba el Instituto, previa compra en el mercado interno, aunque en proporciones diferentes según los años.

Funciones financieras

El IAPI otorgaba fondos a las Reparticiones Públicas para la compra de bienes de capital. Intervino en la compra de los ferrocarriles, teléfonos, buques para la Marina Mercante, etcétera. Los gobiernos provinciales recibieron financiamiento para la compra de nuevos bienes de capital: camiones, tractores y equipos para obras viales.

El sector privado se benefició también con sus fondos: la industria frigorífica, la metalúrgica, la jabonera, entre otras. Con el propósito de reducir inversiones que el IAPI debía efectuar para cubrir riesgos en empresas privadas, se implantó posteriormente un sistema de autoseguro. El mismo comprendía mercaderías de propiedad del Instituto almacenadas en depósitos propios o arrendados, en tránsito, o en aguas de jurisdicción nacional. Se obtuvo así, una importante reducción en el pago de primas de seguro.

Regulación del mercado interno

El equilibrio del sistema económico era influido –directa o indirectamente– por las decisiones tomadas desde el Instituto, las que adquirían diversas formas.

Por ejemplo: a) compraba en el mercado interno aquellos productos elaborados que no encontraban colocación (arroz, en 1952); b) establecía el margen de beneficio al sector industrial (aceite de tung, en 1950); c) fijaba los precios de mercaderías (carne, pan, harina, en 1949); d) compraba excedentes de sobreproducción y se comprometía a no venderlos en el mercado interno (tomates, en 1950); e) creaba Comisiones Mixtas para afrontar la crisis de algunos productos (tejidos, quebracho, etcétera); f) adquiría materia prima para entregársela a los industriales a efecto de que la procesaran por cuenta y orden del Instituto (lino, en 1946).

Promoción y fomento

Aquellas actividades productivas, que a criterio del Instituto eran prioritarias, recibieron un tratamiento especial que consistía en ciertos casos en la entrega de créditos sin obligación de devolución. Ejemplos: a) campañas para el fomento de la producción agropecuaria, plan de lucha contra las plagas de la agricultura y la ganadería; compra y distribución de semillas, etcétera; b) venta de productos a menor precio en zonas perjudicadas por fenómenos climáticos corriendo con el déficit (harina y subproductos de la molienda del trigo, en 1950); c) pago de adicionales a productores ubicados en zonas con problemas se sequía ( tanino, en 1949); d) fomento de la inmigración; e) venta de productos a precio de costo a la industria local (curtiembres, en 1950), etcétera.

Abastecimiento

El mercado internacional de posguerra ofrecía ciertas dificultades para la compra de productos que eran imprescindibles para la continuidad de la actividad productiva dentro de nuestro país. Así, el Instituto se encargaba de importarlos y distribuirlos en el mercado interno, mediante diversos procedimientos. Por ejemplo, hacia 1949, distribuye cemento, tejidos de algodón, yute y soda cáustica. Asimismo, para garantizar el abastecimiento local, el IAPI hasta llegó a la expropiación de productos escasos, distribuyéndolos en forma directa a los consumidores.

Subsidio

Existían ciertos productos de consumo masivo que debieron ser subsidiados para mantener el nivel del salario real en el orden interno. Así, el Instituto se hizo cargo de quebrantos comerciales ocasionados en el abastecimiento de carne para el consumo de la Capital Federal. Por otra parte, para cumplir con los cupos de exportación convenidos, los frigoríficos fueron subsidiados en su actividad afectada por las sequías que ponían en peligro su funcionamiento como fuente de trabajo. No sólo la actividad ganadera fue subsidiada, también la agrícola y la minera –aunque en menor proporción.

En el orden externo podríamos clasificar sus actividades en:

- Comerciales: el IAPI tenía como principal tarea colocar nuestros productos en el mercado internacional gestionando los mejores precios. Vendía nuestros cereales, carnes, cueros, extracto de quebracho, etcétera. Con este objetivo firmó convenios comerciales con países extranjeros, los que a su vez proveían maquinarias o productos necesarios para nuestro desenvolvimiento industrial.

Podemos mencionar los acuerdos con Suiza, Hungría, Italia, Países Bajos, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Brasil y Suecia firmados entre 1947 y 1949. La actividad desarrollada en este ámbito implicaba controlar prácticamente la exportación total de cereales, en menor medida la de productos de la ganadería, y la importación de aquellos insumos críticos. Las importaciones de productos básicos como arpillera, caucho, madera, cemento, etcétera, también constituían parte importante de sus actividades comerciales en el exterior.

- Financieras: el IAPI intentó fomentar el comercio exterior, y con ese fin otorgó financiamiento a países extranjeros para realizar sus compras en el mercado argentino, predominantemente de productos alimenticios. Asimismo, se encomendó a astilleros europeos británicos y holandeses – la construcción de varias naves de pasajeros y de carga refrigerada, mediante sumas adelantadas por el Instituto.

- Asesoramiento y control: Formaban parte de sus funciones el asesoramiento al Poder Ejecutivo en la tramitación y la firma de los convenios internacionales de carácter comercial y el posterior control del cumplimiento de las convenciones. Todas las negociaciones o compras que dispusiera el Poder Ejecutivo en defensa de la producción local, serían efectuadas por intermedio del Instituto….

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… Hemos puntualizarnos cuán diversas y complejas eran las funciones del IAPI y cómo éstas afectaban intereses concretos de distintos sectores de la sociedad –industriales, comerciantes, agricultores, importadores.

La intervención del Instituto tocaba áreas vitales de la economía del país. No sólo se controlaba qué mercaderías importar, a qué precio y con qué aranceles, sino también qué debía producirse en el país –al determinar precios de cereales y carnes– y a quiénes debíamos vendérselo en el exterior. Se regulaba el abastecimiento interno y se protegía a la industria nacional.

El IAPI, desde su creación hasta mediados de 1949, pertenecía a la órbita del Banco Central, junto con el Banco de Crédito Industrial, el Banco Hipotecario, y la Caja Nacional de Ahorro Postal. Como vemos, era un elemento clave en la nueva política económica peronista ejecutada por Miranda desde el Banco Central….


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BALANCE HISTÓRICO DEL IAPI


Desde su creación, en mayo de 1946, hasta la reforma de su carta orgánica en septiembre de 1949, el Instituto constituyó una de las herramientas claves ideadas por Peronismo para ejecutar su política económica, y si bien no transformó totalmente la estructura económica preexistente, la afectó profundamente en amplios sectores.

El IAPI permitió al Estado obtener rentas del comercio exterior, que posteriormente invirtió en el país mediante la adquisición de bienes de capital que aumentaron su capacidad productiva.

El Instituto participó activamente en hechos tan importantes como la nacionalización de los servicios públicos –hasta entonces en propiedad del capital extranjero– y el equipamiento creación y expansión de empresas estatales como YPF, Flota Mercante, Gas del Estado, Fabricaciones Militares, Aerolíneas Argentinas.

Simultáneamente, su acción comercial directa trajo consecuencias relevantes en la tradicional economía agraria argentina.

La comercialización de los cereales –especialmente la del trigo – hasta ese período controlada por empresas privadas de alcance internacional, se transformó abiertamente.

El Estado no sólo establecía los precios de compra al productor, sino que también colocaba las cosechas en el mercado internacional.

En el orden interno, la actividad del IAPI vino a complementar otras medidas relacionadas con la producción agrícola: congelamiento de los arrendamientos rurales, Estatuto del Peón, aumento de la capacidad de transporte marítimo (bodegas propias), construcción de silos y elevadores, subsidios a productos de consumo masivo (agrícola-ganaderos), firma de convenios bilaterales con otros países para la colocación de nuestros cereales, incentivo de la tecnificación rural, etcétera.

En esta primera etapa, la característica más saliente fue intervención directa del Estado en la comercialización interna y externa de los productos primarios y un control creciente de toda la actividad comercial privada.

Como agente financiero dedica la mayor parte de sus recursos al financiamiento de bienes de capital de diferentes reparticiones públicas: el país se capitaliza. Decrece el capital extranjero, sobre el cual el Estado ahora controla la remisión de ganancias al exterior. Se realiza una fuerte inversión pública en actividades productivas.

El Estado dirigista de la década anterior, da paso a un Estado empresario, que expande sus actividades productivas iniciando también obras hasta entonces no encaradas: construcción masiva de viviendas populares, red de hospitales y escuelas, jardines maternales, colonias de vacaciones (21). El marco global de la actividad estatal lo constituye la planificación.

Por primera vez se concibe un programa económico social –Primer Plan Quinquenal– que estipula objetivos prioritarios y metas a lograr en el plazo de cinco años.

La culminación de este proceso, en el plano jurídico ideológico, se concreta en la sanción de una nueva Constitución Nacional –en vigencia desde el 16 de marzo de 1949 cuyo articulado expresa a nivel normativo el cambio socio-económico apuntado. El artículo 40 sintetiza claramente estas ideas:

a) la economía al servicio del bienestar del pueblo y conforme al principio de la justicia social;

b) autorización y legitimidad del Estado como ente monopolizador de la actividad de importación y exportación;

c) protección de la actividad privada lucrativa, siempre que no afecte los intereses generales;

d) propiedad imprescriptible e inalienable de la Nación de todos sus recursos naturales (petróleo, gas, carbón, recursos hídricos);

e) servicios públicos estatales y expropiación de aquellos que aún no pertenecen al patrimonio nacional….


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ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES


Han pasado casi 60 años desde la creación del IAPI, y quizá hoy podemos apreciarlo con una mayor perspectiva histórica. Sin duda representó un elemento clave en la política económica peronista, y si bien sufrió ambigüedades, contradicciones, y no transformó definitivamente las bases del sistema económico –en lo principal capitalista dependiente– fue el intento más serio por nacionalizar la economía e independizarla de los centros financieros internacionales.


Pareciera que a la luz de las recientes experiencias económicas, el intento peronista de la primera época adquiere nuevos valores. Si bien los buenos precios de los alimentos en el mercado mundial fueron la causa objetiva de la relativa capitalización que concretó el Peronismo, no lo explican todo. Nada se hubiese logrado sin una voluntad política interna para aprovechar esas condiciones internacionales y lograr un mayor grado de independencia nacional.

¿Cómo podrá resolverse el problema de la deuda externa, si en el comercio externo predominan intereses privados? Resulta poco confiable la “generosidad” del capital extranjero que algunos suponen vendrá a invertir y producir.

El comercio exterior, actividad que generó recursos desde la época colonial y posibilitó la construcción del Estado argentino, ha tenido una indiscutible importancia en la historia de nuestra nación. Su rol trascendente se ha visto magnificado luego de la crisis de diciembre del 2001, momento en que se evidenció claramente la vulnerabilidad externa de nuestro país.

Un análisis de las propuestas de los economistas del Plan Fénix y los del EDI (Economistas de Izquierda) nos muestran que, a pesar de sus diferentes perspectivas ideológicas, para ambas propuestas el comercio exterior, las exportaciones y las divisas allí generadas resultan factores esenciales para lograr un desarrollo económico basado en la capitalización del país.

La realidad que hemos captado a través del análisis de las crónicas periodísticas entre enero del 2002 a diciembre del 2003, muestran un Estado debilitado que debe batallar constantemente con pocas y extremadamente poderosas empresas exportadoras multinacionales, principalesbeneficiarias de la devaluación y crisis del 2001.

Así, por ejemplo, a principios del 2002 las empresas Cargill, Dreyfus, Bunge y Nidera reclaman que el gobierno les pague 720 millones de dólares que el Estado había dejado de pagar en concepto de devolución del IVA. Contrasta la actual situación que nos muestra un Estado endeudado, sediento y dependiente de las divisas que el intercambio comercial le proporciona, forcejeando frente a un puñado de empresas fortalecidas por una devaluación que les permitió multiplicar sus márgenes de beneficio; con el Estado de 1945, decidido a emprender políticas que procuraban una economía autónoma, que creaba el IAPI como un instrumento para redistribuir riquezas y mejorar el nivel de vida de los asalariados.

Resultaría hoy poco atinado repetir mecánicamente la experiencia del IAPI.

Sin embargo, su idea originaria posee aún plena vigencia. Hasta que no se modifique la tradicional estructura del comercio exterior argentino –que no supone simplemente producir diferentes bienes o vendérselos a países distintos– no se podrá consolidar ningún proyecto de capitalización y desarrollo autónomo, basado en un mercado interno ampliado que asegure pleno empleo y reduzca la debilidad del sector externo”.


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LOS INTERESES EXTRANJEROS CONTRA EL IAPI

En un artículo publicado el 7 de agosto de 1947 “Argentina Libre”, periódico representativo de los intereses británicos en la Argentina expresa: “Debe cesar el IAPI y debe restablecerse la libertad de comercio” (10).

Del mismo modo, los intereses norteamericanos, mediante su periódico local el “Economic Survey”, hablaba del “pernicioso papel del IAPI”, solicitando la disolución del mismo, y los inconvenientes que el artículo 40 de la Constitución Nacional de 1949 causaban a las empresas extranjeras que ya habían invertido capitales en el país o que quisieran venir a hacerlo.

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LA DEFENSA DEL IAPI

“Defendíamos pues, el precio internacional de nuestros productos, unificando la comercialización en un organismo del Estado, beneficiándonos del transporte y del seguro, exportando trabajo a través de la exportación de materia prima cada vez más elaborada, y rompíamos el bloqueo internacional, de origen político, de la unanimidad de las grandes potencias, y el de origen comercial de los grupos monopolistas de nuestra exportación, forzando a través de los tratados bilaterales la apertura de nuevos mercados, y liberando nuestros precios del papel bajista que les hacían jugar los consorcios internacionales” (13).

ARTURO JAURETCHE

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“Nada parecía molestarles tanto –a los Estados Unidos– como el IAPI, que en 1947 ganó más de 1.200 millones de m$n en la comercialización de las cosechas y era una fuente de divisas para nuestro país. La nación proteccionista por excelencia movilizó a todos los falsos apóstoles de la democracia en abstracto para exigir el desmontaje del IAPI y de todas las empresas del Estado” (14).

RODOLFO PUIGGRÓS

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“…el IAPI no es una institución monstruosa, sino una institución patriótica, que ha permitido la recuperación económica de la República. Sin el IAPI, hubiera sido un mito la recuperación de los ferrocarriles; hubiera sido un mito la construcción del gasoducto; hubiera sido un mito la creación de la marina mercante. En una palabra, sin el IAPI no hubiéramos podido realizar esa gran obra de nuestro presidente, que es la independencia económica argentina… Sin el IAPI nuestro pueblo no podría tener pan barato, aceite barato, carne barata, papas baratas” (16).

Defensa de los legisladores justicialistas en 1951

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“El señor Diputado por la Capital (se refiere al diputado radical Dellepiane ) no puede agraviarse porque el IAPI exista, ya que él ha facilitado la independencia económica argentina” (17)

EDUARDO COLOM – Diputado justicialista - 1952

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La estructura comercial y financiera argentina presenta, hasta el acceso del peronismo al gobierno, un carácter parasitario y burocrático. Dos importantes decisiones rompen con este esquema imperante y posibilitan la expansión económica: El monopolio sobre el comercio exterior: creación del IAPI y la centralización y nacionalización del crédito: la nacionalización del Banco Central.

JUAN CARLOS ESTEBAN

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Notas:

(1) 1 Miembro de la Carrera del Investigador Científico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales,

Universidad de Buenos Aires. Agradezco la valiosa colaboración de Fanny Brudny, Tecnica Principal de la Carrera del Personal de Apoyo a la Investigación y Desarrollo. Susana Novick ha publicado IAPI: auge y decadencia, en Editorial Catálogos. Buenos Aires, 2004.

(2) Carta del Presidente del Banco Central al Ministerio de Hacienda.

(3) Considerandos del Decreto 15.350 del 28 de mayo de 1946.

Comerciales: el Instituto compraba a los productores los cereales, que luego exportaría.

(4)Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Reunión 6º, 12 de junio de 1947, página. 69.

(5) Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Reunión 115º, 13 de marzo de 1947, página 469.

(6) Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Reunión 8º, 2 de junio de 1948, página 560.

(7) Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Reunión 6º, 12 de junio de 1947, página 606.

(8) Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Reunión 170º, 30 de junio de 1949, página 1233.

(9) Ib-idem., páginas 1237 y 1238.

(10) Rodolfo Puiggrós. Libre empresa o nacionalización en la industria de la carne. Editorial Argumentos,

Buenos Aires, 1957, página 202.

(11) Antonio Cafiero. De la economía social-justicialista al régimen liberal-capitalista. EUDEBA. Buenos

Aires, 1974, página 171.

(12) Ib-idem, páginas 179 y 180.

(13) Arturo Jauretche. Política y economía. A. Peña Lillo Editor, Buenos Aires, 1977, página 75.

(14) Rodolfo Puiggrós. Op.cit., página 196.

(15) G. Malgesini y N. Alvarez. El estado y la economía. 1930-1955. Tomo II. Historia Testimonial

Argentina. Centro Editor de América latina, Buenos Aires, 1983, páginas 51a 61.

(16) Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Reunión 17º, 30 de junio de 1949, página 1239.

(17) Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Reunión 42º, 19 de septiembre de 1950, página 2572.

(18) Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Reunión 40º, 30 de septiembre de 1954, página 2272.

(19) J. C. Esteban. Reflexiones sobre la crisis financiera argentina. Ediciones Liberación Nacional, Buenos

Aires, 1959, página 19.

(20) Ib-idem, página 8.

(21) En 1948 la inversión total en la Argentina ascendía a 17.464 millones de m$n, habiendo

aportado el IAPI 3.474 millones, lo que representa un porcentaje de 19,89%, según montos

citados por J. C. Esteban. Imperialismo y desarrollo económico. Editorial Palestra, Buenos

Aires, 1961, página 41; y Departamento de Contabilidad del IAPI.

(22) Cámara de Senadores, Diario de Sesiones, Reunión 59º, 30 de septiembre de 1949, páginas 2.409 a 2.412.

(23) Antonio Cafiero. Op. cit., página 188.

(24) Rodolfo Puiggrós. Libre empresa o nacionalización en la industria de la carne. Editorial Argumentos,

Buenos Aires, 1957, página 231.

(25) J. C. Esteban. Reflexiones sobre la crisis financiera argentina. Ediciones Liberación Nacional, Buenos

Aires, 1959, página 14.

(26) Ib-idem., página 27.

(27) Ley 14.378 del 30 de septiembre de 1954 y ley 14.379 de igual fecha.

(28) Nota acompañando proyecto de ley 18.623, de fecha 3 de julio de 1969.

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