domingo, 18 de mayo de 2008

“ Entre tanto corte de ruta y retenciones, nadie habló de las multinacionales exportadoras que estafan al fisco y al productor ”


Una alta proporcion de granos se vende en negro. Ello impide a los productores chicos recibir compensaciones


Cómo esconder millones de toneladas



La Oncca busca blanquear cuatro millones de toneladas de trigo, una cuarta parte de la última cosecha que no fue declarada. Es un reflejo del manejo irregular del mercado de granos y del porqué los más chicos no acceden a las compensaciones.



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La última cosecha de trigo se estimó en 16 millones de toneladas. Pero sólo se declararon 12 millones para exportación y molienda.

Por Raúl Dellatorre

Cuando el 31 de marzo, el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció las compensaciones para los productores más chicos de granos por diferencias de retenciones y por flete, la suposición lógica era que el conflicto se encaminaba a una solución. Sin embargo, el beneficio fue rechazado por las entidades rurales, sin demasiadas explicaciones acerca de por qué no los satisfacía, cuando aparentemente el 80 por ciento de los productores quedaban mejor posiciones que antes de las retenciones móviles. La auténtica razón de la insuficiencia de la medida es que, para recibir compensaciones, los productores deben figurar en el padrón tributario y registrar sus operaciones. Apenas una minoría cumple el requisito. La actual controversia entre los exportadores de trigo y el organismo responsable de autorizar el registro de operaciones de venta al exterior, la Oncca, pasa justamente por ese plano: la diferencia entre unos y otros sobre el grano disponible para exportación es de nada menos que de cuatro millones de toneladas, el 25 por ciento de la cosecha total estimada. Sería la proporción de la producción no declarada que, casi como una extorsión, sólo se “blanquearía” en caso de que se autorice su exportación. De ir al mercado interno, permanecerían en el “circuito negro”, hasta su venta al consumidor como pan, facturas, harina o fideos.

Se estima que en el país hay alrededor de 50 mil productores de trigo. Sin embargo, el año pasado el registro de la Oncca de quienes se presentaron a pedir alguna compensación no llegaba al 10 por ciento de ese universo. Se adujo, desde la vereda de la dirigencia agropecuaria, que los trámites para la acreditación de las compensaciones eran “muy complejas” e inalcanzables para el pequeño productor. Pero se eludía, prudentemente, admitir que una amplia mayoría no está registrada como contribuyentes.

“La producción de granos constituye un sector muy grande de la economía argentina, pero un alto porcentaje del mismo se maneja de manera irregular”, advirtió Ricardo Echegaray, titular de la Oncca (Organismo Nacional de Control Comercial Agropecuario), en diálogo con Página/12. “Las compensaciones, conceptualmente, siguen siendo la herramienta para optimizar el desacople entre los precios internacionales en alza y el valor de la materia prima para el mercado interno. Pero el productor debe saber que, para compensar, el requisito principal no es llenar un formulario o hacer un trámite, sino estar en regla con el sistema tributario.”

La apreciación de Echegaray calza perfectamente con lo que sucede en el mercado triguero. Tanto las estimaciones privadas como la de la propia Secretaría de Agricultura coinciden en que la última cosecha (2007/08) arrojó una producción de 16,2 millones de toneladas. “Cuando nosotros nos hicimos cargo del Oncca, a principios de abril, teníamos que de esa cosecha se habían exportado seis millones”, relata el titular del organismo. “Como la demanda interna para molienda y elaboración de productos de panadería y de pastas se calcula en poco más de seis millones de toneladas, los exportadores nos reclamaban que autoricemos la venta al exterior de las cuatro millones de toneladas restantes”.

El problema es que esa cantidad de trigo, supuestamente “disponible”, no aparece en las existencias declaradas por los distintos operadores del sector. Sumando lo que dicen tener los molinos y acopiadores, en sus propias instalaciones o ya compradas pero aún en campo del productor, no pasan de 5,1 millones de toneladas. Como aún se necesitan 4,7 millones de toneladas para la molienda destinada al mercado interno de aquí hasta el ingreso de la nueva cosecha, apenas quedarían disponibles 400 mil toneladas para exportar. Prudentemente, sólo se autorizó la apertura del registro de exportadores por 100 mil: el 2,5 por ciento de los cuatro millones que pretenden los exportadores.

Lógicamente, la suposición que hacen todos, autoridades y analistas privados, es que no se trata de un error tan grosero de estimación de la cosecha, sino que existe trigo no declarado en varios puntos de la cadena comercial. Este podría estar en manos de productores que aún no vendieron, en poder de acopiadores que no los declararon, en manos de otros intermediarios e incluso de molinos que no informaron de su existencia. Intentando descifrar su localización, la Oncca obligará a los productores a declarar qué cantidad de trigo tiene almacenada en silobolsas. Seguramente no será una solución definitiva, puesto que gran parte de los productores no están registrados y, por tanto, seguirán en las sombras. Ellos y su trigo. El paso siguiente sería la inspección física de campos, especialmente cercanos a los molinos, en búsqueda del trigo perdido.

Mientras el trigo no se declare, la decisión de la Oncca es mantener cerrada la exportación. Aunque con ello se corra el riesgo de que el trigo no registrado entre en un “circuito negro”: pase por la molienda sin ser declarado, se produzca harina y se venda a la industria panificadora o de pastas sin declarar. La presión de los exportadores es que sólo abriendo el registro se asegura su blanqueo, y sólo en su última etapa. Pero si se habilita su exportación y resulta que el stock disponible no existe, antes de que entre al mercado la nueva producción de trigo se produciría una situación de desabastecimiento y salto en los precios internos.

La existencia de una importante franja de producción de granos “en negro” ha sido una palanca que, en definitiva, siempre resultó funcional al interés de los exportadores. Y en la coyuntura actual, un paredón que impide la aplicación de políticas de Estado a través de las compensaciones. La Oncca va al rescate del instrumento.

¨ LAS RETENCIONES Y LAS MULTINACIONALES


Por Pinos Solanas


“ Entre tanto corte de ruta y retenciones, nadie habló de las multinacionales exportadoras que estafan al fisco y al productor ”
Publicado por COPENOA
07/04/2008


Así se refirió Fernando 'Pino' Solanas, referente del Movimiento Proyecto Sur, al grave conflicto desatado entre el Gobierno Nacional y los productores rurales. Solanas afirmó:

'Los productores terminaron el lock out y el gobierno anunció algunas medidas adecuadas, aunque tardías, para disolver de inmediato el conflicto abierto; pero la polarización que se generó, en uno u otro sector, esquivó al tercer protagonista: las multinacionales exportadoras que se quedan entre un cuarto y un tercio de la renta agraria'

El ex candidato presidencial por Proyecto Sur explicó que 'el problema del campo es más complejo, debe atenderse la problemática de todos los productores del país. Necesitamos retenciones diferenciadas y un Estado planificador que favorezca el desarrollo, no sólo de la pampa húmeda, sino de todas las economías regionales.'

'Podrán abrir una Secretaría de Agricultura, aplicar retenciones diferenciales y reintegros, subsidiar los fletes, convocar a un Consejo Federal Agropecuario, pero no se va a solucionar el problema del reparto si no se elimina al sector exportador como lo hicieron Canadá y Australia con mecanismos similares a la ex Junta Nacional de Granos', explicó Solanas, quien además aseguró:

Los grandes jugadores en el negocio de la soja y de la cadena agroindustrial son las multinacionales como Cargill- Monsanto, Bunge & Born, Dreyfus, Aceitera General Deheza, Vicentín, que son los que exprimen a los pequeños productores. Las retenciones, en definitiva, recaen sobre el productor, porque le transfieren esas retenciones al pagarle bajos precios a sus productos.

Cuando hablamos de las multinacionales, hablamos de grupos que controlan puertos, procesadoras de alimentos, acopiadoras, productoras de fertilizantes.

Son sólo cinco grupos, que figuran entre los mayores operadores del mundo. La estadounidense Cargill es dueña en el país de más de 40 acopiadoras regionales, cinco puertos cerealeros, plantas de oleaginosas y molinos de trigo.'

Solanas continuó apuntando sobre el sector exportador: 'Además de monopolizar el comercio exterior, estafan al productor y al Fisco.

Por ejemplo, le dicen al productor que le descuentan retenciones sobre un precio de 500 dólares, pero al Fisco le contribuyen luego retenciones por 400 dólares. Roban de los dos lados, al liquidarles al productor y a la AFIP de forma diferente. Para ser más claros, la cerealera le dice al productor que tiene que pagarle al Estado por 250 dólares, cuando en realidad está pagando 200. En un año, estamos hablando de cifras que pasan los US $ 3.500 millones.' Luego agregó: 'No sólo eso, además tercerizan a Uruguay exportaciones para pagar menos impuestos. Son manejos que tienen que ser investigados.'

Finalmente, Solanas concluyó: 'Resolver el problema del campo no es sólo sentarse a discutir cuánto de retenciones aplicamos, sino qué precisamos. Hay que garantizar que el productor no sea estafado por estas multinacionales exportadoras, y eso se consigue con la intervención de Juntas Nacionales de Granos y Carnes y fletes baratos a través de ferrocarriles argentinos. En definitiva, se necesita un plan de desarrollo nacional agropecuario que vaya al fondo de los problemas del campo.'


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· CRESUD

CRESUD, la empresa de inversiones agropecuarias del GRUPO IRSA,

( manejado por George Soros) según informaba el diario “La Nación” del 19 de marzo, logró captar del mercado U$S 288.000.000 para ampliar su capital.

Extraído del trabajo “D Jaulas, piquetes y gorilas” de Guillermo Cardinal

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“……El anuncio de la conclusión de la operación estuvo a cargo de Eduardo Elsztain, el número uno de IRSA, quien reconoció que la captación de fondos en los mercados internacionales indirectamente se vio favorecida por la crisis del sistema financiero norteamericano. "La inversión en commodities [materias primas] funciona como un refugio de liquidez"

Elsztain destacó que, más allá de las turbulencias de los mercados internacionales, las perspectivas para la Argentina y el campo en particular siguen siendo positivas.

"Hay una oportunidad de negocios real. El mundo está demandando los productos que produce la Argentina y esto al país lo hace más rico. Hoy lo que mueve al mundo son las economías emergentes que demandan cada vez más alimentos.

El que probó la carne de pollo, en la medida en que su ingreso se lo permita, no va a resignar este consumo”, dijo Elsztain, contradiciendo anticipadamente el discurso de Lusteau acerca de la producción con valor agregado, base de cualquier gobierno que se diga peronista, pero que a juzgar por los resultados obtenidos por CRESUD, declamación pura.

“La lista de accionistas de Cresud incluye a varios de los principales inversores internacionales en real estate, como Sam Zell -uno de los cinco mayores propietarios de inmuebles de los Estados Unidos-, Michael Steinhardt -dueño de uno de los principales fondos de inversión- y Edgar Bronfman, que hizo su fortuna con la venta de la fabricante de bebidas Seagram y los Estudios Universal”, informa el diario.

Cresud opera en la actualidad más de 600.000 hectáreas, entre propias y concesionadas. La empresa es dueña de 20 campos distribuidos en las provincias de Salta, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Santa Cruz y San Luis.

Si quieren ver el detalle de los progresos de la firma, pueden entrar a www.cresud.com. ar/esp.htm …“