Seminario para el esclarecimiento histórico de los orígenes y desarrollo de
Facultad de Ciencias Económicas
Universidad Nacional de
Prof. Alejandro Olmos Gaona
Segunda Entrega
LOS EMPRÉSTITOS DEL SIGLO XIX
Las primeras tentativas de endeudamiento externo se producen en 1818. Hay en ese año algún intento a través de hábiles banqueros que ya andaban por Buenos Aires, pero su concreción se produce en 1822, cuando empiezan las conversaciones con los banqueros británicos para conseguir un empréstito para instalar un puerto, crear un Banco Nacional y otras actividades que estaban proyectadas. El 1 de julio de 1824, siendo gobernador de Buenos Aires Martín Rodríguez y Ministro de Hacienda Bernardino Rivadavia, se firma en Londres el empréstito con la casa Baring Brothers, por la suma de 1.000.000 de libras esterlinas, equivalente a 5.000.000 millones de pesos fuertes.
La operación se pactó al 70%, es decir que solo se recibirían
La garantía del empréstito fueron las tierras de la provincia de Buenos Aires, y cuando Rivadavia fue Presidente en 1826, elevó esa garantia a la totalidad de la tierra pública de
En 1842, un representante de los banqueros, trató de llegar a un acuerdo y entonces Rosas ordenó a su ministro en Londres, Dr. Manuel Moreno, que explorara la posibilidad de entregar las Islas Malvinas a cambio de la cancelación de la deuda, previo reconocimiento de la soberanía argentina sobre las islas. La negociación no prosperó, y a pesar de los dos bloqueos que soportó el gobierno de Buenos Aires, y a las difíciles condiciones de la administración, sólo se les pagaron unas sumas insignificantes, alrededor de
A ningun funcionario se le ocurrió nunca establecer si el dinero efectivamente había llegado y cómo. La cuestión se aclaró recién en 1881, cuando el Dr. Pedro Agote, Presidente del Crédito Público Nacional, presentó un documentado informe sobre las finanzas públicas, a pedido del Ministro de los Estados Unidos llegando a la conclusión de que no existía la menor constancia en los archivos del Estado que las letras fueran pagadas alguna vez.
La suma total pagada según todos los autores que se ocuparon del tema: Scalabrini Ortiz, Fitte, Rosa, Vedoya, fue de 23.734.766 pesos fuertes, es decir alrededor de
Si bien estas cifras hoy no resultan demasiado significativas, si se las compara con la que a diario vemos en cuanto a las obligaciones externas, para su época fueron cuantiosas, y condicionaron la política de sucesivos gobiernos que se vieron entrampados en una deuda, en su mayor parte fraudulenta, cuyos verdaderos artífices fueron argentinos que sirvieron los planes de expansión financiera de la city británica. Naturalmente que esta no fue una cuestión improvisada o accidental, sino que respondía a una política de Gran Bretaña con los países americanos. Hubo en la misma época más de 10 empréstitos, con condiciones similares, y las consecuencias fueron iguales.
Debe tenerse en cuenta que después del fracaso de las expediciones militares de 1806 y 1807, se intentó una forma más sutil pero más efectiva de dominación.
Los empréstitos fueron la llave maestra del control financiero del país, y por tal motivo la política económica que se llevó adelante estuvo condicionada inevitablemente a un. endeudamiento externo que fue creciendo cada día más. Si en muchos casos había reales necesidades de financiamiento, los objetivos fueron, como ocurre en la actualidad, seguir endeudándose para pagar deuda. Es por eso que el empréstito Baring es verdaderamente emblemático de una constante de nuestra vida económica.
Desde ese primer empréstito hasta la terminación de
Fecha Valor nominal ($ F) Colocación Resultado
27/05/1865 . 12.600.000 72% 9.072.000
19/02/1869 5.000.000 88% 4.400.000
27/08/1873 10.000.000 89% 8.905.000
05/08/1879 30.800.000 88% 27.104.000
02/10/1880 12.350.000 82% 10.127.000
05/09/1881 4.000.000 90% 3.600.000
28/10/1881 4.000.000 80% 3.200.000
14/01/1882 8.000.000 85% 6.800.000
12/10/1882. 8.500.000 85% 7.225.000
27/10/1882 20.000.000 85% 17.000.000
25/10/1883 30.000.000 81% 24.300.000
21/10/1885 42.000.000 80% 33.600.000
09/10/1886 20.000.000 80% 16.000.000
Total 207.250.000 171.333.000
Diferencia: 35.917.000
Es decir que en 20 años las utilidades de los prestamistas sólo en la suscripción de los empréstitos fueron de 35.917.000 pesos fuertes, lo que resultan no solo sumas exorbitantes, sino reveladoras del real sentido económico de tales colocaciones. A estas cifras usurarias hay que sumar los intereses, las comisiones, y demás malabarismos técnicos que siempre operan en perjuicio de los deudores.
Las necesidades de financiamiento que muchas veces se pretextaban no eran tales, en realidad lo que se pretendía era hacer negocios que dejaran suculentas ganancias, y nuestros gobiernos se involucraban en tales maniobras, con perfecto conocimiento de lo que hacían, además que los participantes de la operación, o eran socios, o resultaban espléndidamente retribuidos por su colaboración. Y así como la mayor parte de los documentos que tienen que ver con el empréstito Baring desaparecieron de los archivos, la documentación de las siguientes operaciones financieras no tuvo mejor suerte.
Tales préstamos siempre fueron considerados normales, aunque fueran lesivos para la economía nacional, y cuando los pagos se hacían exigibles, y los recursos no resultaban suficientes, no se vacilaba en realizar cualquier sacrificio, que siempre iba en beneficio de los acreedores. No en vano decía el Presidente Avellaneda: “
Al llegar Juárez Celman al gobierno, la deuda siguió creciendo y las aventuras especulativas determinaron que la economía argentina llegara a un estado de crisis, que produjo la revolución radical, la caída del gobierno, haciéndose cargo de
Pellegrini envió a Londres al Dr. Victorino de
En 1893, el Ministro de Hacienda Dr. Juan José Romero, dio instrucciones al embajador en Gran Bretaña, Luis Dominguez para un arreglo de la deuda. Le decía “pagar las deudas con más deudas es caminar en derechura hacia la bancarrota. Y es por eso que se pidió que durante diez años se suspendiera el pago de las amortizaciones, pagàndose intereses sobre los capitales adeudados, en un 2% inferior a lo que se tributaba hasta ese entonces.
La situación al terminar el siglo no podía ser más comprometida. La deuda externa de