jueves, 26 de febrero de 2009

- Oro, oro, oro... El mercado está hambriento -



Oro, oro, oro... El mercado está hambriento



La fiebre del oro parece no tener fin en los mercados de los países desarrollados, tan lejanos a nosotros; ese mismo oro extraído de las entrañas de nuestra tierra y por el cual no recibimos ni siquiera migajas. El oro se va de la Argentina (contrabandeado y/o pirateado, como hemos visto en estos días) y a nosotros nos queda la contaminación, el hambre, la muerte y la desesperanza ante la impavidez de los funcionarios del Estado, una actitud obvia, devenida indudablemente de su involucramiento en ese negocio, privilegio de unos pocos, un claro ejemplo de la redistribución de la riqueza en sentido inverso.

F.S.


El oro está de moda y hay sólidos fundamentos para alimentar la demanda.



POR MARÍA IGARTUA | 23/02/2009 |



MADRID (Cotizalia). “No hay fiebre como la fiebre del oro”, aseguró el pasado 16 de febrero el analista Richard Russell, autor desde hace 41 años de las Dow Theory Letters, donde explica, desde un punto de vista técnico, el comportamiento del Dow Jones y los movimientos del mercado. Tan sólo cuatro días más tarde, el viernes, la onza superó los US$1.000 por primera vez desde marzo de 2008.

“Sólo hay un artículo que es comprado cuando existe miedo y codicia. Este es el oro. ¿Está preocupado por la viabiliad del dólar (miedo)? Entonces compre oro. ¿Está preocupado porque se le está escapando la oportunidad (avaricia)? Entonces no espere. Compre oro”, recomienda Russell a sus parroquianos.

Sea como fuere, lo cierto es que este metal precioso es el único que avanzó durante el 2008 y no ha dejado de crecer desde el 2000. En lo que va de año, el oro se ha disparado en torno al 10% ante la preocupación de los inversores por poner a salvo su dinero frente a una recesión que se perfila cada vez más profunda y unos mercados financieros en caída libre por el deterioro constante de la confianza.

Además, los tambores inflacionarios, como consecuencia de los constantes recortes de tipos de interés, están haciendo que el apetito por este valor refugio crezca hasta situar el precio de la onza en niveles récord.

Próximo escenario inflacionista

En la escalada del precio del oro han convergido simultáneamente diversos factores. Por un lado, la recesión global ha obligado a los gobiernos a poner en marcha diferentes paquetes de medidas con el fin de frenar el hundimiento de la economía.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, consiguió finalmente la semana pasada promulgar su plan de estímulo de US$787.000 millones destinados a gasto y recortes fiscales -el segundo después de que en el mes de noviembre el entonces Gobierno de George Bush lograra que el Congreso diera luz verde a un paquete de US$700.000 millones para salvar al sistema financiero-.

A esto hay que sumar las medidas anunciadas por el secretario del Tesoro Timothy Geithner hace dos semanas para rescatar a los bancos y que ascienden a los 2 billones de dólares.

También Alemania hizo público el 13 de febrero un segundo rescate de US$63.000 millones, el mismo día que Australia puso sobre la mesa US$27.000 millones para salvar al mercado. Y no son los únicos... Francia, Reino Unido, España... hasta China con un paquete de US$585.000 millones.

“Una parte de los inversores está comprando oro por el miedo a que los paquetes de estímulo fiscal sean insuficientes para sacar a la economía de la recesión”, explicaba Peter Ferting, presidente de Quantitative Commodity Research a la agencia Bloomberg. “La otra parte teme que los paquetes de estímulo eleven la inflación”.

De hecho, el IPC de Estados Unidos creció en enero un 0,3% por primera vez tras tres meses de descensos. Las constantes inyecciones de liquidez al sistema por parte de los gobiernos y las agresivas políticas de recortes de tipos de interés que se han puesto en marcha -la Fed, por ejemplo, ha dejado los tipos en el 0%- pueden desembocar en un nuevo repunte de la inflación. Por ello, los inversores se han lanzado a la compra de oro ante una posible pérdida de valor del dinero papel.

“No tenemos ni idea hasta dónde llegará el oro en los próximos meses. El reciente incremento de precio, que puede ser una tendencia a largo plazo, es la reacción a la importante emisión de moneda por parte de Estados Unidos y otros gobiernos europeos.” Asegura desde Royce & Associates (filial de Legg Mason) Jack Fockler, managing director. “Esta emisión de moneda debería tener como efecto una subida de la inflación en algún momento”, continúa. “Los metales preciosos, como el oro, han sido una razonable protección y garantía frente a la inflación”.

Bears win: el Dow en niveles de 2002

Por otro lado, Wall Street vio la semana pasada como se hacían realidad los augurios más pesimistas: los bajistas se hacía definitivamente con el control del mercado. Al menos en lo que al Dow Jones se refiere, ya que el Standard & Poor´s todavia resiste ligeramente por encima de los mínimos de noviembre -el viernes cerró la semana en los 770 puntos.

“Sí el Dow Jones cierra hoy por debajo de los 7.552,29 puntos tendremos según la Teoría del Dow la confirmación del principio del mercado bajista” escribía el miércoles en su blog Richard Russel. Ese día, el indicador que agrupa a las 30 mayores compañías, se salvó in extremis y terminó en los 7.555 puntos tras una sesión de altibajos que puso en jaque a los inversores. Pero el respiro duró poco, al día siguiente el Dow Jones de Industriales cayó hasta su nivel más bajo desde octubre de 2002 acabando con la tendencia lateral que había mantenido las semanas previas.

Comienza entonces el sálvese quien pueda. Los inversores ven como peligra su dinero en uno de los escenarios más inciertos desde la Gran Depresión. “Este año hemos dado a la Bolsa el beneficio de la duda y todo lo que nos ha devuelto a cambio ha sido dolor...”, aseguraba Jack Schannep, estudioso de la teoría del Dow en su blog TheDowTheory.com.

“Ante esto recomiendo volver a un “sell mode” para el 33% de las posiciones invertidas... Y alcanzaré el 100% si el S&P500 y el NYSE Composite siguen al DJIA y al de Transportes por debajo de sus mínimos de noviembre (752 y 4.651 respectivamente), lo que no dejará lugar a dudas de que la dirección de los mercados va todavía más abajo”.

Una vez confirmada la ruptura bajista de la Bolsa, la segunda parte pasa por el destino del dinero procedente de las posiciones deshechas. Para ello, Russell ha publicado su Plan de Supervivencia para una Situación sin Precedentes. Doce puntos en los que aconseja que medidas adoptar hasta que pase el chaparrón financiero, que parece que se va a alargar más de lo que los expertos aseguraban a finales de 2008.

En este sentido, lo más relevante de lo recomendado por Russell a sus incondicionales pasa por “no casarse con ningún escenario específico. Cualquier cosa puede pasar en respuesta a la situación actual.” No obstante “seguid el mercado” para saber que está por venir, ya que este “sabrá que va a pasar antes que nadie”. “El mejor plan de supervivencia es estar diversificado”.

Finalmente, ante las incertidumbres que se avecinan, lo mejor es pensar en oro. Este metal precioso “ha sido aceptado como riqueza durante miles de años. Cuando todas las otras formas de riqueza han caído o se han vuelto sospechosas, el último activo que ha seguido en pie ha sido el oro”, explica en su decálogo. “El oro no tiene equivalente ni deuda alineada a él. No necesita a los bancos centrales para asegurar su aceptación, el oro es aceptado en todas partes y en cualquier cantidad como una forma de indestructible, eterna riqueza”.

Por tanto, el oro quiere subir. Lo ha hecho desde enero, lo ha hecho durante todo 2008, lo hizo desde octubre de 2007, cuando la onza se encontraba en US$681. Desde que empezó la crisis este metal precioso ha ido hacia arriba... No hay que luchar contra esta tendencia.