domingo, 5 de abril de 2009

Atrapados sin salida - EL GOBIERNO PORTEÑO MANTIENE DOPADOS EN NEUROPSIQUIATRICOS A CHICOS EN DESAMPARO SOCIAL

EL GOBIERNO PORTEÑO MANTIENE DOPADOS EN NEUROPSIQUIATRICOS A CHICOS EN DESAMPARO SOCIAL

Atrapados sin salida

Son adolescentes que fueron derivados por hechos puntuales a alguna clínica neuropsiquiátrica y nunca más pudieron salir. Documentos del propio Gobierno de la Ciudad reconocen que están sobremedicados y que no hay motivos para que sigan allí. Tienen el alta médica, pero ningún organismo oficial se ocupa de ellos.


Por Mariana Carbajal

El gobierno porteño mantiene encerrados en una clínica privada neuropsiquiátrica a cuatro chicas adolescentes y un varón de 15 años con historias de profundo desamparo social y familiar, a pesar de que existen expresas indicaciones de profesionales del área de Salud Mental y de supervisores de la Dirección de Niñez del Ministerio de Desarrollo Social de que deben ser dados de alta y derivados a casas de medio camino u hogares con talleres terapéuticos, entre otras posibilidades de externación. Una de las chicas, incluso, tiene la posibilidad de vivir con una hermana si su familia recibiera un subsidio habitacional. Sin embargo, la única receta que les ofrecen es más encierro y en algunos casos sobremedicación.

Por esos cuidados y esa atención, Desarrollo Social paga por día por cada jovencita entre 100 y 150 pesos. Otros cuatro chicos, de 13 a 15 años, tienen alta médica en el Hospital Neuropsiquiátrico Infanto Juvenil Tobar García y tampoco el gobierno les ofrece una alternativa para dejar esa institución. La Asesoría General Tutelar de Menores e Incapaces, que encabeza Laura Musa, expresó ya su preocupación al gobierno porteño por la grave violación de los derechos de estos chicos y chicas.

Las jovencitas tienen entre 16 y 21 años, vivieron gran parte de sus vidas en institutos, bajo la tutela de juzgados civiles. Llevan internadas en un neuropsiquiátrico privado entre veinte meses y cinco años en condiciones asimilables a la tortura, según describe un informe elaborado por especialistas del Programa de Atención Comunitaria de Trastornos Mentales en Niños, dependiente de la Dirección General Adjunta de Salud Mental, del Ministerio de Salud. El documento, que remitió ese ministerio al de De-

sarrollo Social y al que accedió Página/12, indica que en los últimos meses en la clínica privada Nuestra Señora de Luján, del barrio de Palermo, recibieron diariamente cócteles de varias drogas para mantenerlas dopadas, tuvieron como comida principalmente fideos, no se les ofreció la posibilidad de realizar actividad física ni salir cotidianamente a un patio y mucho menos, a pasear por el exterior. El informe señala que “resulta llamativo lo prolongado del tiempo de las internaciones tratándose de niños y adolescentes”. Muchas de las chicas “previamente estaban alojadas en casas de medio camino” pertenecientes a la misma institución o provenían de otros hogares. “Cuando se pregunta sobre el porqué una vez resuelta la crisis que presentan las adolescentes en el momento de la consulta no regresan al dispositivo anterior, refieren que es porque no se adaptan o principalmente porque no tienen ya el lugar en dicho dispositivo”, afirma el informe. Y advierte que “durante estas prolongadas internaciones en los períodos de estabilización de los pacientes no se trabaja sobre un proyecto de externación”.

Lo más llamativo es que desde hace varios meses están al tanto de esta situación la ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal; la directora general de Niñez y Adolescencia, María Vanesa Wolanik; la presidenta del Consejo de Derecho de Niños, Niñas y Adolescentes, Jéssica Malegarie, y el área de Salud Mental del gobierno porteño. Lucía Quiroga, la última titular de la Dirección Adjunta de Salud Mental, del Ministerio de Salud, renunció hace tres semanas. El cargo continúa vacante.

En la reunión plenaria del Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Cdnnya), que se realizó días pasados, estaba previsto que las autoridades porteñas de Salud Mental presentaran un informe sobre el área de los temas vinculados con niñez. Unos días antes de la fecha se anunció que cambiaba el temario.

“Están cometiendo una privación de la libertad de las adolescentes que tienen que ser externadas. Pero a pesar de conocer la situación el Gobierno de la Ciudad no hace nada. Sabían que la clínica donde las mantuvieron en los últimos años era mala y no tuvieron la capacidad de ubicarlas en otras instituciones, como hogares de medio camino, es decir, de generar otras opciones de vida para ellas”, cuestionó duramente Mabel Bianco, titular de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), vocal del Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la ciudad en representación de las ONG. Bianco señaló que además el gobierno porteño está violando la Ley 448 de Salud Mental, que en su artículo 15º establece que “las personas que en el momento de la externación no cuenten con un grupo familiar continente serán albergadas en establecimientos que al efecto dispondrá el área de Promoción Social”.

Hasta el 18 de febrero, las seis adolescentes estuvieron internadas en la clínica Nuestra Señora de Luján. Un incendio en sus instalaciones obligó al gobierno porteño a trasladarlas. La fatalidad las sacó de una institución que les brindaba una atención siniestra. El convenio con esa clínica fue heredado por el gobierno porteño de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Sennaf) a fines de octubre de 2007. Pero a pesar del informe lapidario sobre la atención que brindaba a las seis chicas, el gobierno porteño las mantuvo allí.

“A partir del incendio, las adolescentes fueron enviadas a la clínica psiquiátrica San Jorge, de Lanús Oeste, con la cual la ciudad ni siquiera tenía un convenio firmado que le permitiera al menos controlar y supervisar la atención. Es una barbaridad lo que están haciendo con estas chicas”, dijo a Página/12 José Machain, vocal en representación de la Legislatura del Cdnnya.

“El tiempo de internación (en una clínica psiquiátrica) debe ser el menor necesario y sólo en el momento agudo. Cuando dicho cuadro cede el paciente debe externarse y continuar con su tratamiento en forma ambulatoria”, advirtió a las autoridades de Niñez el equipo del Programa de Atención Comunitaria de Trastornos Mentales en Niños, que inspeccionó la clínica Nuestra Señora de Luján entre septiembre y noviembre. “Por no contar con una familia o un lugar donde vivir ningún niño ni adolescente puede permanecer en internación psiquiátrica, tanto en un efector público como privado, situación que se observa en varias adolescentes que están internadas en la clínica”, alertó. Y denunció que en la Clínica Luján “no se trabaja la inclusión social de los adolescentes” ni “se toma como modalidad el dispositivo de acompañamiento terapéutico especialmente por fuera de la institución ni la inclusión en espacios educativos y/o laborales”.

También advirtió que la única estrategia que se les ofrece a las adolescentes es “el encierro y la medicación”. “Estrategia fallida ya que se ha observado que a mayor encierro, más dosis de psicofármacos y más crisis de excitación o autoagresión, lo que ubica a las jóvenes muchas veces en un sin salida”, apuntan.

El lunes, abogadas de la Oficina de Salud Mental y Derechos Humanos de la Asesoría General Tutelar de Menores e Incapaces realizaron una inspección a la clínica San Jorge. Cuando llegaron, se encontraron con dos preguntas insistentes de las cuatro chicas y el muchachito, que les paralizó el corazón: “¿Cuándo nos vamos? ¿Nos vinieron a buscar?”.

“La situación en la que están estos chicos es muy grave. Es una clínica para adultos, que no está especializada en el trato a niños y adolescentes. No existe escuela ni proyectos de revinculación. Siguen sobremedicados. La misma clínica les informó a los juzgados que intervienen en cada caso, el 9 de marzo, que ese lugar no era el adecuado para mantenerlos, pero ninguno tomó una decisión y tampoco el gobierno porteño”, señaló la abogada Clarisa Adem, de la Asesoría General Tutelar de Menores e Incapaces de la ciudad. Musa le advirtió al gobierno porteño que debe ofrecer a los chicos en forma urgente alternativas para vivir.

EL INFORME OFICIAL QUE NADIE TIENE EN CUENTA

“El encierro potencia los cuadros”

Por Mariana Carbajal

El Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes es el encargado de fijar las políticas en materia de niñez con las autoridades del gobierno porteño. A lo largo de 2008, los consejeros se cansaron de reclamar la presencia de la directora de Niñez. María Vanesa Wolanik recién concurrió a dar cuenta de las acciones del área a la reunión plenaria del Cdnnya del 18 de diciembre, donde los consejeros plantearon su preocupación por la situación de las adolescentes encerradas en la clínica Nuestra Señora de Luján. La primera que se refirió al tema fue la vocal del organismo en representación de las Defensorías Zonales de Niños, Niñas y Adolescentes: “Sabemos por la Comisión de Salud Mental que se producen serias violaciones a los derechos de los niños que allí están, y que además han ingresado a tres niños más”, le dijo la vocal a la funcionaria macrista, según consta en el Acta 68 del Cdnnya. Wolanik respondió: “En determinadas ocasiones han derivado a la Clínica Luján porque en situaciones de emergencia intentamos llevarlo al Tobar García o al Alvear, y ante la ausencia de un dispositivo de salud mental, es uno de los lugares que tenemos para estabilizar al chico y luego derivarlo a otro dispositivo. No obstante estamos logrando externaciones”.

La respuesta de Wolanik no coincide con el informe del equipo profesional del Programa de Atención Comunitaria de Trastornos Mentales en Niños, de la Dirección Adjunta de Salud Mental. También supervisores de la Dirección de Niñez en la misma clínica habían ya dado el alerta, según pudo saber este diario. El diagnóstico de los especialistas de Salud Mental da cuenta de que las externaciones no eran política de la institución. El informe fue realizado a partir de visitas a la clínica Luján en los meses de septiembre, octubre y noviembre durante las cuales se entrevistó a pacientes y profesionales. Entre otros aspectos, advierte que todas las adolescentes se encuentran excluidas de una trama social y “con la imposibilidad de pensar un proyecto en el futuro que no sea su permanencia dentro de la clínica”.

Otras observaciones sobre la atención en la Clínica Luján fueron las siguientes:

- “Llama la atención que los planes de medicación contienen psicofármacos de distintos grupos: ansiolíticos típicos variados que provocan efectos adversos importantes (deterioro cognitivo, trastornos metabólicos, entre otros) combinados con estabilizadores del ánimo, sedativos y algún antipsicótico atípico. Todas estas medicaciones se suministran en dosis altas, refiriendo los profesionales que a pesar de ellos los pacientes igualmente presentan crisis de excitación o autoagresión, administrándose en esos casos dosis extras de psicofármacos para ‘tranquilizarlos’ y otros métodos de contención (Ej. contención física, esto referido por algunas jóvenes).”

- “Se evidencia que muchos de los cuadros que motivaron la internación no remiten con la medicación sino que se potencian con el encierro y engruesan un circuito de aumento de la misma.”

- Además, se ha observado “sobrepeso y obesidad en varias de las adolescentes, que manifiestan que la alimentación es poco variada y a base de hidratos de carbono.”

- Con respecto a las características edilicias, “el piso de internación que se visitó, donde las niñas pasan la mayor parte del día, son habitaciones de dimensiones pequeñas, donde duermen tres pacientes y no se observan objetos personales o marcas que expresen alguna singularidad”.

- “No cuentan con espacios de recreación en común dentro del piso. Tienen días y horarios para bajar al patio o al salón de usos múltiples, aunque según lo relatado por las adolescentes, pasan muchos días sin que puedan utilizar esos espacios.”

Con alta médica pero sin libertad

Por Mariana Carbajal

En el Hospital Infantojuvenil Neuropsiquiátrico Tobar García, dependiente del gobierno porteño, hay un chico y tres jovencitas con alta médica que permanecen allí alojados ante la falta de alternativas que les ofrece el Ministerio de Desarrollo Social para vivir en otro tipo de institución, según pudo saber este diario. Uno de ellos, cuyas iniciales son J. C. y tiene 13 años, tiene la orden de externación desde noviembre. También podrían dejar ese hospital las adolescentes A. S. y A. M. de 15 años ambas, y M. T., de 14.

La asesora general tutelar de la ciudad, Laura Musa, está siguiendo de cerca los casos. El 12 marzo, el Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario Nº 13, a cargo Guillermo Scheibler, hizo lugar a una acción de amparo presentado por Musa, a favor de otro chico, de 15 años, también internado en el Tobar García, que tenía alta médica desde hacía seis meses. “El niño permanecía privado de libertad en esta institución, sin recibir la contención acorde con su situación y en un entorno hospitalario absolutamente nocivo, según lo informado por los propios profesionales tratantes”, detalló a este diario la abogada Clarisa Adem, de la Oficina de Salud Mental y Derechos Humanos, de la Asesoría General Tutelar. En estos seis meses se solicitó la intervención de la Dirección General de Niñez del gobierno porteño para que intervenga con urgencia, mediante la evaluación del niño y la asignación de un recurso acorde, explicó. También se requirió la intervención del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, para que como órgano de protección de derechos de la infancia, remueva los obstáculos, defendiendo sus derechos, según su misión institucional, informó la Asesoría General Tutelar. Pero no obtuvieron respuesta. “Son chicos que tienen cuadros graves que requieren un lugar especializado. Pero de ninguna manera un neuropsiquiátrico, donde permanecen en un régimen de encierro, en un entorno que no corresponde”, agregó la abogada.

Dos casos para el espanto

Por Mariana Carbajal

Una de las adolescentes lleva tres años de encierro. Cuando estaba internada en la Clínica Luján presentaba frecuentemente “episodios de excitación y autoagresión que no cedían con el aumento progresivo de la medicación”, lo que justificaba su permanencia la institución según los profesionales que la atendían, según el informe del Programa de Atención Comunitaria de Trastornos Mentales en Niños. Sin embargo, desde que comenzó las salidas con un acompañante terapéutico, sugeridas por el Programa, no presentó más crisis y “se solicitó la externación con derivación a un dispositivo de medio camino”. La jovencita, sin embargo, ahora sigue encerrada en otro neuropsiquiátrico.

Sofía, otra de las jóvenes, de 20 años, sufre discapacidad mental. Tiene en su historia clínica una indicación del 17 de octubre de 2007, de una médica, que dice que “no reúne criterios para continuar internada en clínica de agudos” e indica traslado urgente a un hogar. Había ingresado en la Clínica Luján en 2004, según su legajo. Un año y cinco meses después de aquella recomendación de externación, Sofía continúa internada.

Yo señor, no señor

Página/12 intentó hablar con funcionarios del Ministerio de De-sarrollo Social sobre el caso de los chicos internados sin motivo en clínicas neuropsiquiátricas y sobremedicados, pero no contestaron a los requerimientos. El ministro de Salud, Jorge Lemus, deslindó sus responsabilidades en el tema en diálogo con este diario, y dijo que era competencia exclusiva de Desarrollo Social. De acuerdo con la Ley 448, no corresponde al Ministerio de Desarrollo Social realizar convenios con clínicas psiquiátricas, sino al de Salud. Jéssica Malegarie, del Consejo de la Niñez, respondió la consulta de este diario a través de su área de prensa: “La problemática de salud mental en niños y adolescentes es cada vez más compleja –dijo–, los chicos llegan al sistema de protección con patologías psiquiátricas de base con poca o ninguna contención familiar. Y en algunos casos también se agregan las adicciones a las drogas. En este sentido y entendiendo esta grave problemática, el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes designó un equipo interdisciplinario EAC (Equipo de Acciones Centralizadas) para el seguimiento y externación de los chicos. También desde el Consejo se trabaja permanentemente en propuestas que se elevan tanto al Ministerio de Salud como al Ministerio de Desarrollo Social para dar respuestas integrales a esta preocupante situación”.

El destino de la niñez

La encargada de llevar adelante las políticas de Niñez desde el gobierno porteño, María Vanesa Wolanik, llegó al cargo en septiembre último sin antecedentes en el tema. Al único joven que defendió antes de ser designada fue al jugador de fútbol Carlos Tevez en el reclamo por su derecho a jugar en Boca y no en el Sub-20, hace seis años, como oportunamente dio cuenta Página/12. En ese momento, tuvo éxito.

La funcionaria que se ocupa de realizar los convenios con las instituciones a las que son derivados chicos y chicas con historias de desamparo social y familiar es Andrea Bruzos, directora de Coordinación del Programa de Chicos en Situación de Calle. El programa, tal como está planteado por el gobierno, consiste en derivar chicos que deberían ser atendidos por el Estado a las ONG, con fondos del programa. Hasta que llegó a ese puesto, Bruzos era titular de la ONG Pronat, dedicada a la recepción de chicos. Después renunció, dejó a cargo a su marido, que era empleado estatal, y se dedicó a determinar qué ONG estaba en condiciones de recibir fondos, entre ellas la de su marido.