Ecología
Argentina
Por: Jorge Eduardo Rulli (GRUPO DE REFLEXION RURAL)
Fecha publicación: 04/02/2008
Arturo Jauretche
(Coincidencias tiene la vida...Biblioteca Paco Urondo)
La soja que se produce en la  Argentina y que distribuye el gobierno a los comedores populares es una soja  forrajera no apta para el consumo humano, además es  transgénica.
Sabemos que muchos comedores populares  están utilizando soja en la preparación de sus comidas, por eso pensamos que la  información que les daremos a continuación puede resultarles de gran utilidad.  Estos consejos y recomendaciones resumen la opinión de expertos y profesionales  de instituciones de todo el país, reunidos por el Consejo Nacional de  Coordinación de Políticas Sociales en julio del 2002 para analizar el tema de la  soja en la alimentación, así como las experiencias del GRR (Grupo de Reflexión  Rural) y diversos núcleos de médicos pediatras y nutricionistas a lo largo de  estos últimos años.
Siempre que se la deje en remojo durante un par de  días y se la hierva durante más de una hora, podría formar parte de la  alimentación de todas las personas mayores de 5 años en buen estado de salud, o  sea que se exceptúan los enfermos, los indigentes  con defensas bajas, los ancianos y las  embarazadas.
No debe  utilizarse en la alimentación de niños y niñas menores de 5 años y especialmente  en menores de 2 años bajo ningún motivo. Debe saberse que  la Soja contiene fuertes cantidades de  fitroestrógenos o sea hormonas vegetales, que pueden producir manifestaciones  femeninas en los varones, tales como crecimiento de mamas, y anticipar la regla  en las niñas.
Debe  saberse que el jugo o bebible de soja (mal llamado 'leche de soja') no reemplaza  de manera alguna a la leche. El poroto de soja no reemplaza a la carne.  Las proteínas que contiene son de origen vegetal y, por lo tanto, de  menor calidad que las proteínas animales (leche, carnes y  huevo).
No es un alimento  nutricionalmente adecuado para la recuperación de niños, niñas o personas  adultas desnutridas, todo lo contrario, puede agudizar la desnutrición y  conducir a situaciones muy graves y muchos consideramos que la ingesta de soja  en los comedores infantiles está directamente ligada a la creciente mortalidad  infantil.
La soja que  se produce en la Argentina y que se distribuye en los comedores populares es una  soja forrajera no apta para el consumo humano, además es transgénica, o sea que  ha sido manipulada por ingeniería genética, lo cuál permite sospechar que puede  provocar alergias o tendencias al desarrollo de cáncer en aquellas personas que  la consuman con cierta intensidad.
Sería conveniente  que la población se sustraiga a la muy fuerte publicidad de las empresas  multinacionales que aconsejan su ingesta y opten por volver a los alimentos  sanos, maíz, zapallo, lácteos, legumbres y carnes rojas que constituyeron por  siempre la alimentación de los argentinos.
 
