viernes, 23 de mayo de 2008

LA GUERRA Y LOS DESASTRES COMO EL NUEVO GRAN NEGOCIO DEL NUEVO CAPITALISMO. El intento de dominio de las corporaciones de todos los aspectos vitales.-




































LA GUERRA Y LOS DESASTRES

COMO EL GRAN NEGOCIO DEL NUEVO

CAPITALISMO.

El intento de dominio

de las corporaciones

de todos los aspectos de la vida.




Noami Klein

16 de Diciembre de 2007

Anfitriones, Cidesi y la Sexta comisión del EZLN.

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

Coloquio recordando Audry.

Fragmento de la intervención de la autora en el mencionado coloquio.

"Ahora tenemos un tercer fenómeno. Una nueva teoría, quizás. Es un fenómeno que mira al desastre de Irak, de Afganistán, a la crisis de la fe en el neoliberalismo, la vulnerabilidad de la economía de los Estados Unidos, los altos precios del petróleo, y saca la conclusión de que el sistema capitalista está al punto del colapso..."
"No estoy diciendo que estas crisis no son reales, claro que sí están ocurriendo. Pero lejos de ser señales del colapso final, son los vehículos, son los actores catalíticos de lo mismo, que es el dominio de las corporaciones de todos los aspectos de la vida.
Entonces, el mecanismo del capitalismo del desastre es el mecanismo de utilizar el estado de shock que entra después de un desastre, del estado de excepción, para imponer las políticas neoliberales en lo que viene después, en la fase de reconstrucción."

De verdad, es más allá que unas simples áreas nuevas para ser privatizadas, realmente es un cambio paradigmático.

"Y es un cambio radical, porque hoy día, como resultado de ese proceso, tenemos una parte muy significativa de la economía global que se beneficia grandemente cada vez que hay un desastre. Y es una parte mucho más grande hoy que lo que antes se llamaba el complejo militar-industrial."

"Claro que incluye a la industria armamentística, y las grandes corporaciones de ingeniería y construcción, y las empresas petroleras y de gas, pero también la industria que llamamos homeland security en inglés, que es la seguridad del Estado (homeland es patria en inglés; podríamos decir “seguridad de la patria”, es una industria también)."

"Es la privatización de la guerra sin fin en alta mar, y la creación de estados y continentes fortalezas. Es la parte de la economía global que está creciendo con mayor velocidad. La seguridad de la patria, el monitoreo de la ciudadanía, la seguridad privada, los métodos de interrogación de prisioneros, la respuesta privatizada a los desastres, en términos económicos esta industria es más grande que el conjunto de Hollywood y la industria de la música."

"¿Qué significa? Cada vez que hay un nuevo ataque terrorista, o que se descubre un nuevo complot terrorista, la bolsa de valores en Estados Unidos sube. Porque hay una locura total para comprar las nuevas tecnologías de seguridad, como por ejemplo, las tarjetas de identificación biométricas, etc.."

"He llegado a entender que sí se abrió una nueva frontera económica en Irak. Lamentablemente entonces, cuanto más peor y más desastrosas se ponen las cosas en Irak, cuanto más se convierte en desastre según los criterios nuestros, más exitoso es este nuevo proyecto económico. Porque la ocupación de Irak realmente es un experimento radical en el gobierno de parte de las corporaciones."

"El territorio que se llama la zona verde, que es una ciudad estadounidense dentro de otra ciudad, realmente es un estado corporativo, es como el Vaticano, pero donde el que manda se llama Halliburton."

"Esta es la ciudad urbanización privada en el cielo que nos prometieron. Es como la ascensión al cielo de la Biblia. Realmente tiene dimensiones bíblicas. Tenemos un mundo, una ciudad, en llamas y dentro de estas llamas hay una pequeña burbuja de los elegidos, donde están protegidos, donde viven bien y donde todo les está suministrado por las corporaciones. "

"La zona verde no es solamente un lugar, es un modelo, es una idea. Y viaja."

"Y hemos notado ahora que con cada nuevo desastre en cada país, lo primero que llega es la zona verde, que es la zona de la economía de reconstrucción privatizada. Y cada nuevo desastre lleva este proyecto un poco más allá."

"Lo más notorio en esta nueva fase de vulnerabilidad del estado, donde resalta el ejemplo de Bolivia, es que tanto el estado, como los que disputan su control, son sostenidos por el capital transnacional. Léase por esto un vasto rango, que va desde la ayuda externa de las agencias internacionales y los países y las transacciones propias que las empresas multinacionales, que también están engarzadas en la ayuda externa de los países."
"Pero internamente hay una disputa entre estado y agentes externos. En la medida de que los países menos desarrollados se deshacen de sus riquezas naturales, se van debilitando los ejes de sustentación de sus territorios. En consecuencia, los estados desnaturalizan (o pierden) su misión ordenadora y de control."
James Petras: "Hace muchos años que el gobierno de Estados Unidos está totalmente metido con los narcotraficantes, y más que nada, en Colombia. Los principales militares de ese país, entrenados en territorio norteamericano, están implicados en el negocio del narcotráfico. Hay pruebas contundentes que muestran que Washington colaboró con diferentes carteles colombianos, por ejemplo: el cartel de Medellín. Tanto la embajada como la CIA y la DEA colaboraron con Pablo Escobar y siguen haciéndolo hoy con el cartel."
Bases militares de EE.UU. en Sudamérica
Controversia por la Guajira
Nikolas Kozloff
Traducido del inglés por Germán Leyens

A pesar de su impopularidad récord, parecería que el presidente Bush quisiera irse de su puesto a lo grande. Después de no haber podido derrocar a Hugo Chávez mediante un intento de golpe, la Casa Blanca espera ahora escalar la presión contra el presidente de Venezuela por otros medios.

El sábado un avión de la Armada de EE.UU. se desvió por el espacio aéreo venezolano. El Ministro de Defensa de Venezuela, Gustavo Rangel, dijo que el avión había “volado prácticamente sobre “la isla de La Orchila – donde Venezuela tiene una base militar y el presidente Hugo Chávez tiene una residencia – y otra isla, antes de volver atrás. Funcionarios de EE.UU. afirmaron que el avión tuvo “problemas de navegación.”

“Es sólo el último paso en una serie de provocaciones,” dijo Rangel.

De La Orchila a la Cuarta Flota

Por cierto, las tensiones han ido aumentando en los últimos días. La Armada de EE.UU. está reactivando ahora su Cuarta Flota en el Caribe. La flota, que incluirá un portaaviones nuclear, estará basada en Mayport, Florida.

La flota no ha estado en acción en aguas del Caribe desde la Segunda Guerra Mundial. En febrero de 1942, los alemanes hundieron una serie de buques tanque llenos de petróleo crudo venezolano. El ataque causó un clamor nacionalista en Venezuela y Caracas comenzó a colocarse más abiertamente de parte de los aliados. Como reacción a los ataques, EE.UU. patrulló el área, persiguiendo submarinos nazis que causaban estragos en los embarques aliados. Después de la guerra, sin más submarinos alemanes rondando en las aguas del Caribe, la Cuarta Flota fue disuelta.

Así que, ¿por qué la resucitan ahora?

La Armada afirma que la acción es necesaria para proteger la seguridad marítima. La verdadera razón, sin embargo, puede tener más que ver con el deseo de Washington de conducir una especie de guerra psicológica contra el gobierno de Chávez y de fomentar un clima de tensión política.

De los laptop a las incursiones fronterizas

En su intento de librarse de Chávez, la Casa Blanca también ha tratado de provocar tensiones entre Colombia y Venezuela. Hay buenas probabilidades de que el Comando Sur de EE.UU. haya transmitido inteligencia militar al gobierno de Bogotá cuando este último atacó un campo de guerrilleros de las FARC dentro de territorio ecuatoriano. Después del ataque del 1 de marzo, que resultó en la muerte del líder guerrillero Raúl Reyes así como de 20 otros insurgentes, y que posiblemente constituyó un acto de terrorismo internacional, las autoridades colombianas afirmaron que Chávez y Rafael Correa, presidente pro-venezolano de Ecuador, estaban haciendo lo posible por apoyar a las FARC.

Como evidencia presentaron documentos supuestamente hallados en computadores laptop de las FARC que sorprendentemente sobrevivieron intactos el ataque. Los documentos, dice el gobierno colombiano, prueban que Chávez ha suministrado armas, municiones, y 300 millones de dólares de ayuda a las FARC. Después de realizar su propia investigación, la Interpol declaró que Colombia no alteró, borró o creó algún archivo, aunque la nación andina no se ajustó siempre a métodos internacionalmente aceptados cuando manejó los computadores. La agencia declaró que los documentos provenían de un campo de las FARC, pero los investigadores no pudieron probar concluyentemente que la información contenida dentro de los documentos haya sido totalmente exacta.

En Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, se abalanzó sobre el informe de la Interpol, señalando que los archivos de laptop que indicaban el apoyo para las FARC eran “altamente inquietantes.” Chávez ha rechazado las acusaciones, calificando el informe de Interpol de “un show de payasos” que “no merece un comentario serio.” El dirigente venezolano dijo que todas las relaciones con Colombia así como la cooperación de su país con Interpol serán sometidas a una “profunda revisión.” En un intento de destruir retóricamente a sus adversarios, Chávez se refirió al jefe de Interpol, Ronald Noble, como "policía corrupto, inmoral que aplaude a asesinos".” En otro memorable estallido del líder venezolano, Chávez agregó que "Este señor Noble, que es innoble, es un policía gringo, un policía corrupto, inmoral que aplaude a unos asesinos...”

Como si las relaciones entre Colombia y Venezuela no pudieran deteriorarse aún más, el sábado, el mismo día en el que el avión de la Armada de EE.UU. pasó por el espacio aéreo de Venezuela, Chávez acusó a Bogotá de enviar sus tropas a través de la frontera en una incursión ilegal. Las dos naciones sudamericanas comparten una frontera de 2.200 kilómetros que pasa a través de montañas y densas áreas de selva. En una declaración escrita, el Ministro de Exteriores venezolano, Nicolás Maduro, dijo que 60 soldados colombianos habían sido interceptados en el Estado occidental de Apure de Venezuela a unos 800 metros de la frontera compartida por las dos naciones.

Controversia por la Guajira

Entre signos de mal agüero de que EE.UU. podría estar tratando de desestabilizar el gobierno venezolano, se remolinea una nueva controversia. William Brownfield, embajador de EE.UU., señaló recientemente que EE.UU. estudiaría el traslado de su base aérea militar en Manta, Ecuador, a Colombia. Según el New York Times, un área mencionada en informaciones posteriores fue la región de La Guajira” cercana a la frontera venezolana. El ministro de exteriores de Colombia, Fernando Araújo, desmintió rápidamente que Colombia tuviera algún plan de permitir a EE.UU. que estableciera una base en La Guajira”.

La controversia no podía haber ocurrido en peores circunstancias.

Ya han aparecido tensiones como resultado de esfuerzos secesionistas en el Estado más occidental de Zulia que incluye la región la Guajira” venezolana. La oposición a Chávez en Zulia propuso recientemente un estudio de factibilidad para la potencial independencia del gobierno federal. Lo que es más, el gobernador de Zulia, Manuel Rosales, quien perdió contra Chávez en la elección presidencial de diciembre de 2006, anunció su apoyo a la autonomía de su Estado.

Hablando en su programa semanal en la televisión “¡Aló, Presidente!, Chávez advirtió a los dirigentes de la oposición que toda actividad hacia la autonomía de Zulia conduciría a la confrontación. “Aconsejo a aquellos individuos que quieren partir Venezuela en pedazos que lo piensen muy bien. No toleraremos una fragmentación política de nuestro país,” declaró, agregando que cualquier intento semejante será enfrentado por la fuerza. El líder venezolano siguió diciendo que la autonomía de Zulia constituye un “plan imperial” diseñado y apoyado por EE.UU. para controlar áreas petrolíferas estratégicas.

Región empobrecida, la Guajira es el hogar de los indios Wayúu que van y vienen a través de la frontera. Es en parte un desierto árido y está sobre la frontera entre Colombia y Venezuela. Remota desde el punto de vista geográfico, la Guajira ha estado involucrada históricamente en controversias diplomáticas. En 1928, las autoridades colombianas estaban tan preocupadas por conjuras secesionistas en la región que la Cámara de Diputados de Bogotá se reunió en sesión secreta para discutir “acciones de agentes yanquis en los Departamentos de Santander y Goagira que apuntaban a provocar un movimiento separatista que, unido con Zulia [en medio de la zona petrolífera venezolana] formaría la República de Zulia.”

Como resultado de la complicada historia, toda discusión sobre la instalación de una presencia de EE.UU. en el área, provoca inevitablemente pasiones nacionalistas. Chávez ha declarado que “No permitiremos que el gobierno colombiano entregue La Guajira al imperio,” refiriéndose a EE.UU. Al aparecer informaciones en los medios, las autoridades en la Guajira alzaron sus voces en protesta. Eber Chacón, partidario de Chávez y Alcalde de Páez, un municipio indígena local, llamó a los wayúu en Colombia y Venezuela a repudiar intentos de la oposición venezolana de dividirlos con sus “posiciones autonomistas y separatistas.” Chacón agregó que la instalación de una base de EE.UU. en La Guajira representaría una amenaza potencial para la seguridad del hemisferio.

De Manta a Colombia

¿Cómo llegamos al punto en el que EE.UU. piense realmente en clausurar su base militar en Manta, Ecuador, y abrir una nueva en Colombia? Es una pregunta que trato de responder en mi libro: “Revolution! South America and the Rise of the New Left” [¡Revolución! Sudamérica y el ascenso de la nueva izquierda] (Palgrave-Macmillan),

que acaba de ser publicado en abril de este año.

En Ecuador es difícil ignorar el clima público de hostilidad hacia la base militar de EE.UU. en Manta, que es utilizada para vuelos respecto a la droga en el espacio aéreo colombiano. El complejo, en la costa a 257 kilómetros al sudoeste de Quito, es una gran instalación que desde el punto de vista técnico no es controlada por EE.UU., sino pertenece a la fuerza aérea ecuatoriana.

Muchos ecuatorianos creen que EE.UU. está tratando de involucrar más profundamente a su nación en el conflicto colombiano, que se ha extendido por sobre la frontera. La base aérea en Manta fue alquilada por diez años en 1999 a los militares de EE.UU., y el presidente Rafael Correa dejó en claro incluso antes de ser elegido que no tenía la intención de prorrogar el acuerdo una vez que expirara en 2009.

Durante un viaje a Quito, estuve en el campus de la Universidad Católica de la ciudad. En una mesa, una mujer estaba registrando a personas para ir a un viaje en autobús a la costa para protestar contra la base en Manta. En el pasillo encontré a Gualdemar Jiménez, un activista local.

La base aérea de EE.UU. en Manta: Un desastre social

“Manta solía ser una ciudad puramente dedicada a la pesca,” explicó. “Ahora los pescadores no tienen acceso a ciertas partes del océano, clausuradas por motivos de seguridad.” En el mar, marines de EE.UU. han interceptado embarcaciones ecuatorianas, incluso han hundido algunas. “Los marines no son guardacostas ecuatorianos,” declaró indignado Jiménez.

Prosiguió enumerando una serie de otros problemas asociados con la base aérea de EE.UU. Por ejemplo, la base ha sido expandida gradualmente. Esta expansión ha desplazado a campesinos de sus tierras tradicionales. Además ha habido daños al medioambiente: dentro del área local, han destruido laderas de los cerros en un esfuerzo por obtener la materia prima necesaria para mezclar asfalto y repavimentar la pista de aterrizaje.

La base aérea en Manta contribuye cada año unos 7 millones de dólares a la economía local, pero los activistas critican la falta de un genuino desarrollo económico en el área. Los marines no compran en los mercados ecuatorianos, ni utilizan los medios locales de transporte. “Lo único que contribuyen son discotecas locales y prostitución,” explicó amargado Jiménez.

“Lo que usted describe no es algo único,” señalé. “Me recuerda la historia de otras bases militares de EE.UU.”

“Es una tendencia que se repite en todo el mundo,” dijo Jiménez. “En Vietnam, también aparecieron repentinamente prostíbulos.”

Ahora cuando es probable que Correa expulse a EE.UU., los estadounidenses tendrán que decidir adonde ir. El Departamento de Defensa no tiene demasiadas opciones: En toda Sudamérica, es poco probable que naciones de la “Marea Rosa” acepten una prolongada presencia militar de EE.UU. en su suelo. Casi el único país que podría aceptar es Colombia, pero por diferentes motivos, una acción semejante resultaría ser peligrosa.

Si se desplegaran tropas de EE.UU. en Colombia, estarían estacionadas en medio de una zona de guerra y estarían expuestas a ataques de las FARC. Políticamente, la apertura de una nueva base en suelo colombiano contrariaría aún más a Chávez al otro lado de la frontera. Es probable que la instalación produzca prostitución y otras consecuencias sociales negativas, igual que en Manta, si el Pentágono decide estacionar su base en La Guajira entre los wayúu o en otro sitio en Colombia.

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Nikolas Kozloff es autor de: “Hugo Chávez: Oil, Politics, and the Challenge to the U.S.” (Palgrave Macmillan, 2006), y: “Revolution! South America and the Rise of the New Left” (Palgrave Macmillan, April 2008).



El poder (universitario) de las corporaciones multinacionales


Carlos Fernández Liria lo ha argumentado con detalle información y rabia. Como debe hacerse. Las universidades españolas, poco a poco, lentamente para no llamar la atención, están siendo llevadas a funcionar con criterios empresariales y al servicio de intereses empresariales.

Un ejemplo mas a sumar a la ya poblada lista. Vayan a
http://www.uned.es/portal/. Consulten el apartado -“La UNED con sus estudiantes en época de exámenes. Se llevan a cabo desde el 18 al 24 de mayo y en junio, en segunda convocatoria, del 2 al viernes 6. Deseamos a todos los estudiantes los mejores resultados posibles”-. Marquen en este apartado dedicado, en principio, al estudiantado de la UNED.

Si van bajando en el nuevo interfaz, además de observar alguna fotografía del señor Botín, a quien nadie es capaz de poner coto a sus fechorías y con quién, recuérdese, se quiso fotografiar el presidente del gobierno al día siguiente de empezar a hablarse de crisis inmobiliarias y menor crecimiento del PIB, verán la siguiente noticia:

César Alierta, Presidente del Grupo Telefónica, será el nuevo Presidente del Consejo Social de la UNED

El Consejo de Ministros ha aprobado el viernes 18 de abril el nombramiento de César Alierta, Presidente de Telefónica, como Presidente del Consejo Social de la UNED.

El nombramiento como vocal del Consejo Social de la UNED de César Alierta fué (sic) recogido en el BOE de 22 de marzo de 2008, como Resolución del Rector de 7 de marzo de 2008. Se nombra a propuesta de una resolución de la Ministra Mercedes Cabrera, del día 7 de marzo de 2008.

César Alierta, nuevo Presidente del Consejo Social de la UNED, nació el 5 de mayo de 1945. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y Master en Administración de Empresas por la Universidad de Columbia (Nueva York) en 1970.

En la actualidad y desde julio de 2000 es Presidente de Telefónica y miembro de los Consejos de Administración de China Netcom (CNC) y Telecom Italia. Forma parte además del Columbia Business School Board of Overseers.

El Consejo Social es un órgano fundamental de participación de la sociedad en la universidad y de permanente colaboración entre ambas, según se recoge en los Estatutos de la UNED: 'serán miembros del Consejo Social las personalidades de la vida cultural, profesional, económica, laboral y social que determine la legislación'.

Alierta, el presidente de una multinacional española prepotente, ineficaz, manipuladora de la ciudadanía, que externaliza trabajos y funciones a precios irrisorios y sin ningún escrúpulo, que ha precarizado y precariza hasta límites de indecencia insuperables (mi compañera, que trabajó en una empresa del grupo, llegó a tener contratos de horas), que coloniza América Latina y otras zonas del mundo sin ningún pudor, es el presidente de una Universidad pública española. El nombramiento, vale la pena no olvidarlo, ha sido realizado por el consejo de ministros de un gobierno socialista. Retengan el dato.

Personalidades de la vida cultural, profesional, económica, laboral y social, se señala en la nota. ¿Qué personalidad singular tiene el señor Alierta aparte de dirigir una empresa sin escrúpulos, sin ningún escrúpulo, para obtener el máximo beneficio al precio que sea en esta abyecta edad de la codicia? ¿Una persona así debe presidir el consejo social de una Universidad? ¿Esa es la forma en que un gobierno que se dice de izquierdas entiende la colaboración entre la sociedad y la Universidad? ¿De qué sociedad están hablando? ¿A qué Universidad aspiran? ¿De qué pastan estos hechos los responsables últimos de esa medida? ¿A quién dicen representar, a quién representan realmente?


El nuevo mapamundi
23-05-2008



En las escuelas primarias de todo el mundo se les enseña a los niños los nombres de los cinco continentes, de los océanos, de los mares y hasta de los grandes lagos del planeta Tierra. Todos aprenden, por ejemplo, que el Atlántico es el océano que se extiende de Norte a Sur y separa América de Europa y África. Eso es lo que dicen los conocimientos básicos de geografía.

Pero una cosa es lo que se enseña en la escuela y otra muy distinta el uso político que el imperialismo hace de esos conceptos básicos. Así, tras la II Guerra Mundial, el capitalismo se vio seriamente amenazado. Las tropas soviéticas ocupaban el centro de Europa. Se temía que llegasen a las costas atlánticas del Viejo Continente. Francia e Inglaterra, primero, y los Estados Unidos, después, se apresuraron a establecer la denominada Alianza Atlántica, unan organización militar conocida también como OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). El 4 de abril de 1949, fecha de su firma en Washington, componían esta Alianza Atlántica los EEUU, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Portugal, si bien Italia y Luxemburgo carecían d costas en el Atlántico Norte y mucho menos en el Sur. Poco después (1952) se sumaron Grecia y Turquía, todavía más lejos de este océano. A continuación entraron la República Federal de Alemania (1955) y España (1982).

El artículo 5 de este tratado dice que, en caso de agresión contra un Estado miembro, todos los demás se comprometen a tomar las medidas necesarias, “incluyendo el empleo de la fuerza armada para restablecer y asegurar la seguridad en la región del Atlántico Norte”.

En 1999 se adhirieron a la Alianza Polonia, la República Checa y Hungría. En 2004 lo hicieron Rumania, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Eslovenia. Ninguno de estos países tiene costas en el Atlántico. A principios de enero de 2008 Georgia también ha votado que quiere ingresar en la Alianza Atlántica Las costas del Atlántico Norte se han desplazado, al menos conceptualmente, al Cáucaso. Más aún, las tropas de la Alianza Atlántica se hallan actualmente defendiendo, frente a su propia población, la seguridad de Afganistán, país situado en Asia Central, lejos de todo océano, . Lo mismo llevan haciendo desde hace casi dos décadas en los Balcanes, donde, gracias a su intervención, han creado 7 nuevos países con trozos de la antigua Yugoslavia. El último Kosovo, en una provincia serbia, pero sin que nada tenga que ver con el principio de autodeterminación de los pueblos, sino con los manejos de la CIA y de los conglomerados mineros usamericanos. Y suma y sigue.

¿Cómo se explica este tour de force conceptual? Es evidente que a ningún niño de primaria se le escapa que ninguna de estas intervenciones ni guerras tiene nada que ver con la seguridad del Atlántico Norte, como reza el artículo 5 de la OTAN.

¿Qué intereses las motivan entonces? Como ejercicio escolar se les podría plantear a los niños europeos y, sobre todo usamericanos que aporten ellos mismos las respuestas a estas preguntas. Previa enseñanza de las riquezas naturales de estas regiones.




Entrevista a James Petras
No hay una ruptura en lo sustancial con el neoliberalismo en los países latinoamericanos; más bien diría que ese neoliberalismo ha permitido una cierta base de acumulación. Es más: se podría decir que hay una nacionalización del neoliberalismo.


James Petras es hoy uno de los más lúcidos analistas de la realidad política mundial. Estadounidense, 71 años, docente e investigador, toda su vida estuvo ligada a la causa de la izquierda. Siempre vinculado a las luchas latinoamericanas, participó en el gobierno de Salvador Allende en Chile, trabajó con el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil y con el movimiento de desocupados de Argentina. Igualmente formó parte del Tribunal Bertrand Russell contra la represión en América Latina. Sus aportes académicos se cuentan entre los más profundos de las últimas décadas del siglo XX. Su obra es una obligada referencia para entender la sociedad contemporánea; entre algunos de sus numerosas publicaciones (más de 60 libros y varios miles de artículos traducidos a 30 idiomas) pueden citarse "Gobernantes y gobernados en los Estados Unidos. Imperio: los banqueros, los sionistas y los militantes", "El poder de Israel en los Estados Unidos", "Imperio con imperialismo: la globalización de la dinámica del capitalismo neoliberal", "Movimientos Sociales y Poder estatal: Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador", "La globalización desenmascarada: el imperialismo en el siglo XXI", "La Dinámica de Cambio Social en América Latina", "Imperio o República: Poder Global doméstico o de extinción en los Estados Unidos", "América Latina en los tiempos del cólera: la política electoral, la economía de mercado, y crisis permanente".

Desde Nueva York, en Estados Unidos, dialogó con Argenpress por medio de su corresponsal Marcelo Colussi.

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Argenpress: Ante las futuras elecciones presidenciales en Estados Unidos, ¿cuáles son los escenarios que se abrirían para Latinoamérica si gana un candidato demócrata, y cuáles otros podríamos tener de ganar el ya nominado candidato republicano?

James Petras: En términos generales es más probable que gane un demócrata, particularmente Obama. Hillary Clinton ha ido creando muchos divisionismos en lo interno de su partido, lo cual le ha valido mucho rechazo. Todo indicaría que en las primarias demócratas gane él entonces, y en las elecciones presidenciales seguramente también. La población estadounidense está muy harta de las políticas republicanas de los últimos años. Las guerras, la crisis económica, la recesión, la pérdida de las hipotecas inmobiliarias, etc., etc., todo eso puede hacer que la gente vote más como castigo a los gobernantes actuales que como una gran esperanza por los nuevos que pudieran venir. En cuanto a la política para América Latina es difícil hacer algo peor de lo que existe hoy día. Es decir: el gobierno Bush es tan de derecha, con tantos enemigos y tan pocas palancas que mover en estos momentos que forzosamente, quien lo suceda, tendrá que entrar en negociaciones más racionales para el hemisferio. Por ejemplo con Cuba, o con el presidente Chávez. Washington no puede seguir encerrado con su política de fomentar los separatismos, tanto en Santa Cruz, en Bolivia, como con el Zulia, en Venezuela. Ni tampoco se puede seguir fomentando esa falsa separación en Argentina con el conflicto campo / ciudad, ni seguir agitando a Guayaquil en Ecuador buscando salidas regionalistas. Un nuevo gobierno demócrata debería replantearse todas estas políticas; seguramente, de triunfar en las elecciones, no se verían grandes cambios. Habría, tal vez, cambios en las políticas militaristas buscando una postura más negociadora.

Argenpress: Pero los sectores de la industria militar de la sociedad estadounidense, que se benefician con los grandes negocios que le significan políticas belicistas, ¿no seguirán intentando delinear la política exterior de Washington? ¿Qué perspectivas le ves a iniciativas como el Plan Colombia, o el Plan México?

James Petras: Sin dudas hay una estrategia de apoyar a Colombia como punta de lanza para las políticas militaristas en la región. Eso va a seguir. Cualquier presidente que gane en Estados Unidos no va a descartar a Uribe ni al Plan Colombia con todo lo que eso significa como política agresiva ya trazada, y que se mantendrá. Pero al mismo tiempo hay que ver que la política de Washington ha perdido muchos mercados en la región por la diversificación comercial que se vive en la actualidad; hay una sensible pérdida de influencia del Fondo Monetario Internacional en toda el área. Si la nueva administración va a continuar con la política de confrontación mantenida hasta ahora, debe partir por reconocer, al mismo tiempo, que no ha logrado grandes avances con la construcción de áreas de libre comercio con América Latina. La clase dirigente de Estados Unidos nunca pudo implementar el proyecto continental del ALCA; sólo consiguió acuerdos bilaterales con algunos pocos países, como Colombia, Perú y Chile. Seguramente Washington va a seguir jugando sus cartas agresivas, pero dentro de un marco de fracasos. El único éxito conseguido por la administración Bush en los últimos tres años es el proceso de Bolivia gracias a la impotencia del gobierno de Evo Morales, y la oportunidad que se ha abierto para las fuerzas separatistas en Santa Cruz. Ese se podría decir que es el único lugar donde las políticas del gobierno norteamericano se han impuesto abiertamente en estos últimos tiempos.

Argenpress: El proyecto del ALBA –la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe– que se viene gestando en estos momentos, si bien bastante débil todavía, pequeña, ¿consideras que puede ser una perspectiva real de alternativa contra los tratados de libre comercio?

James Petras: El libre comercio de hecho ya se está practicando en toda América Latina, en el sentido de que hay pocas barreras para la entrada y salida de productos. Nicaragua no es más que un gobierno liberal en todo sentido; la actual administración sandinista no ha cambiado ninguna de las políticas económicas de los gobiernos anteriores. Creo que la diferencia actual en América Latina no es entre una política liberal y una no liberal. Brasil, por ejemplo, es tan liberal ahora con Lula como anteriormente con Cardoso, o en Argentina cualquiera de los Kirchner practica una política de total apertura liberal. Lo que hay que decir es que hoy, un porcentaje mayor de los ingresos se está acumulando dentro de estos países, por eso tienen excedentes en sus presupuestos. Todo lo cual significa que Latinoamérica también ha diversificado sus mercados, porque sus clases dominantes pueden conseguir mayores ganancias comerciando no sólo con Estados Unidos sino con Asia, o Medio Oriente, u otros países en otras regiones del mundo. Pero creo que no hay una ruptura en lo sustancial con el neoliberalismo en los países latinoamericanos; más bien diría que ese neoliberalismo ha permitido una cierta base de acumulación. Es más: se podría decir que hay una nacionalización del neoliberalismo. Por ejemplo, en Argentina el liberalismo, esa marcada economía abierta que se viene aplicando ahí desde hace un tiempo, sigue siendo igual ahora a como fue años atrás, pero con la diferencia que una importante porción de los ingresos está reciclada dentro del país. Pero igual que en años anteriores, siguen las profundas desigualdades sociales. De todos modos está claro que el eje de la política argentina para nada es anti-neoliberal; es, en todo caso, un neoliberalismo que ayuda a fortalecer a las clases dominantes en su interior. En este sentido la lucha entre la presidenta Kirchner y los agroexportadores no es sino la expresión de cómo repartir las enormes ganancias que se están acumulando en el país.

Argenpress: ¿Cómo piensas que va a repercutir, económica y políticamente, en los distintos países latinoamericanos la recesión económica que comienza a manifestarse ahora en Estados Unidos?

James Petras: Por supuesto los países más afectados por esta situación de recesión serán aquellos más directamente relacionados con la economía estadounidense. Es decir, al menos en primera instancia: México, Centroamérica y el Caribe. En segundo término, los perjudicados serán los sectores de Estados Unidos más vinculados al ámbito financiero, negocios inmobiliarios, seguros y todo lo que se conoce como servicios, incluida la informática. Por otro lado, quien se va a perjudicar más en esta dinámica, será la industria de la construcción, directamente ligada al negocio de la especulación inmobiliaria. Y con la caída de estos dos sectores: finanzas y construcción, indirectamente será golpeado también el comercio. En otros términos: es una cadena de sectores que se irán perjudicando, todos muy relacionados unos con otros. Creo que es muy prematuro decir que ya hemos tocado fondo. Me parece que no, porque los efectos están extendiéndose ahora mismo desde las finanzas hacia todos los demás sectores de la economía.

Argenpress: En estos momentos hay en Latinoamérica unos cuantos procesos que podríamos decir que tienen "carácter popular". Son distintos, muy diversos en algunos casos (además de la Cuba histórica, ahí están Venezuela, Bolivia, Ecuador, quién sabe qué comenzará a suceder en Paraguay, etc.), en todos los casos abriendo la esperanza de caminos alternativos. ¿Se podría pensar que está dándose un viraje hacia la centro-izquierda en términos políticos? ¿Cómo ves estos procesos?

James Petras: Pensar que Latinoamérica está encaminándose hacia la izquierda es una exageración triunfalista poco seria. Podríamos decir que el matrimonio Kirchner ha tomado medidas consistentes en restricciones sobre las tarifas, que ha habido un tibio mejoramiento de los términos macroeconómicos; pero las desigualdades sociales en Argentina se mantienen igual o peor que hace años atrás. Creció el producto bruto, en todo caso, pero las desigualdades se mantienen con la misma injusticia de siempre. En Uruguay hay un gobierno ultra liberal, eso es innegable. En Brasil, en concreto el gobierno de Lula no ha hecho nada a favor de los "sin tierra" y, por el contrario, ha favorecido especialmente a los grandes terratenientes agroexportadores. Con todos estos procesos no podemos hablar, para nada, de un viraje hacia la izquierda. Si vemos algunos movimientos hacia la izquierda podríamos decir que están con Chávez en Venezuela, en primer término. O, en segundo lugar, con algunas medidas reformistas que ha tomado el presidente de Ecuador Rafael Correa. Pero más allá de esas medidas tibias no podemos decir que estamos ante una ola de izquierda. El presidente Evo Morales, en Bolivia, ha pactado buenos negocios para un gran número de multinacionales del petróleo y del gas. No se ha hecho ninguna reforma agraria. Veamos que 65 % de los bolivianos continúa viviendo en situación de miseria. Se habla del presidente indio, pero los indios en Bolivia siguen postergados como siempre, salvo algunos cuantos que ocupan puestos en el gobierno de Morales y que son los que han permitido el avance de la derecha, de la oligarquía racista y separatista. Por todo ello hay que ser realista con lo que está sucediendo en términos políticos: es difícil decir que todos estos mandatarios son realmente de izquierda. Si bien es cierto que hay un rechazo a la super dominación de Estados Unidos en el área, también hay que decir que no se está creando una verdadera alternativa popular. La mayor autonomía que buscan todos estos gobiernos no significa forzosamente que a lo interno sean más progresistas. Ser más independiente del Fondo Monetario Internacional no significa que se ha dejado de priorizar la banca privada. Por todo eso no creo que podamos decir que se va hacia un real planteo de izquierda con todos estos procesos.

Argenpress: Para justificar sus intervenciones, el gobierno de Estados Unidos fabrica mediáticamente sus acciones inventando los demonios del caso; para ello existe, por ejemplo, el fantasma del "terrorismo islámico". ¿En Latinoamérica podría ser "el narcotráfico" ese nuevo demonio que le permite actuar? ¿Qué opinas de la relación de Washington con el negocio del narco?

James Petras: Hace muchos años que el gobierno de Estados Unidos está totalmente metido con los narcotraficantes, y más que nada, en Colombia. Los principales militares de ese país, entrenados en territorio norteamericano, están implicados en el negocio del narcotráfico. Hay pruebas contundentes que muestran que Washington colaboró con diferentes carteles colombianos, por ejemplo: el cartel de Medellín. Tanto la embajada como la CIA y la DEA colaboraron con Pablo Escobar y siguen haciéndolo hoy con el cartel. Aquí, en Estados Unidos, sabemos que los principales beneficiados por el negocio del narcotráfico en Latinoamérica son los bancos de Nueva York y Miami. Eso es un negocio fabuloso que mueve miles de millones de dólares. Casi todos los presidentes colombianos reciben dinero tanto del gobierno estadounidense como de los narcotraficantes. Eso no es ninguna novedad. El dinero del narco va a parar a las campañas presidenciales, y el que llega de la embajada y de otras agencias norteamericanas es para fortalecer los escuadrones de la muerte y el Ejército.


La situación de Bolivia y la naturaleza del poder internacional
Lo más notorio en esta nueva fase de vulnerabilidad del estado, donde resalta el ejemplo de Bolivia, es que tanto el estado, como los que disputan su control, son sostenidos por el capital transnacional. Léase por esto un vasto rango, que va desde la ayuda externa de las agencias internacionales y los países y las transacciones propias que las empresas multinacionales, que también están engarzadas en la ayuda externa de los países.
Pero internamente hay una disputa entre estado y agentes externos. En la medida de que los países menos desarrollados se deshacen de sus riquezas naturales, se van debilitando los ejes de sustentación de sus territorios. En consecuencia, los estados desnaturalizan (o pierden) su misión ordenadora y de control.




El fondo del tema boliviano se conecta a una dinámica internacional donde las transnacionales y Estados Unidos forman un eje dominante.

La situación no se ha dado en ningún otro período después de la Segunda Guerra Mundial, y con ninguna otra nación que no sea en la Ex Yugoslavia, se ha propagado el tema de la desintegración como Estado.

¿Por cuanto tiempo Bolivia se sostendrá como Estado- Nación? Es una pregunta legítima que surge especialmente después del referendo autonómico en Santa Cruz. Crece la incógnita a partir del referendo revocatorio promulgado el 12 de mayo por el Gobierno de Evo Morales respecto a los mandatos del presidente y el vicepresidente de la República, y de nueve prefectos departamentales.

Son frases para decirlas con el mayor cuidado posible, porque vastas legiones de funcionarios de gobierno, o ciudadanos que circulan por la calles en Bolivia ni en la más remota de sus ideas, se plantean esta posibilidad.

“Bolivia ha superado crisis mayores y la prensa internacional en particular magnifica”, me dice una fuente contactada”. “Hay un exceso de pirotecnia en algunos analistas que se alimentan de lo apocalíptico. Nadie quiere lo peor para Bolivia, y lo peor es lo que usted dice: la desintegración”, agrega. Uno queda pensando, y saca como conclusión de que ni el capital transnacional que domina en gran parte el eje económico desea un colapso del estado.

En América latina Bolivia es un caso extremo. Ni Nicaragua ni El Salvador, - por citar dos ejemplos de violencia extrema con intervención externa-, en el peor período de la confrontación, estimularon la percepción de una nación al borde de la desintegración.

Puede ser también que la intensa actividad mediática que circunda los intereses económicos transnacionales relacionados con la competencia de los estados, estimule esa sensación. Pero aún así, hay elementos formativos de la nación Boliviana que el Gobierno de Evo Morales expuso en forma más descarnada. El tipo de estado liberal que se intentó armar por décadas en Bolivia no funcionó, y puede que sea un fenómeno generalizado en la región que se oculta bajo sofisticados ejercicios de perfeccionamiento de la democracia y la gobernabilidad.

Independiente del resultado de este referendo, la integridad futura de Bolivia como Estado-Nación de todas formas está condicionada por la naturaleza del poder internacional. Hay un número considerable de factores externos que han contribuido al actual estado de situación en Bolivia.

Impacta la información de que financieramente Bolivia ha sido uno de los países que ha contado con menos inversión directa en los últimos dos años (2006- 2007) según el informe de la CEPAL de 2007.

De 21 países analizados, en niveles bajos sólo es superada por Belice y Paraguay. Bolivia recibió en 2006 como inversión directa 278 millones de dólares y en 2007, US $164 millones. Es menos de la quinta parte de lo recibido en promedio durante el período 1998/2002, (US $814 millones). Los países que lideran son Brasil, México, Chile, Colombia, Argentina y Perú, en ese orden, con sumas que superan los 5 mil millones de dólares (Perú) en el renglón bajo, y Brasil en el alto con US $34.585 millones. Argentina exhibe magros US $5.720 millones.

Como contraste, existe una gran dinámica financiera en torno a los hidrocarburos. Bolivia exporta cerca de 1.500 millones de dólares en hidrocarburos, con el grupo español REPSOL controlando el 74% de las reservas de gas. Existe una ley de gas y petróleo adoptada por los gobiernos anteriores a Evo Morales, que fue impuesta por el Fondo Monetario Internacional como condición para un préstamo. Con esa ley se transferían $108 mil millones de dólares en reservas de gas y petróleo a las compañías extranjeras.

Estados con territorios desvalorizados

Algunos poderes del Estado, (el legislativo y el judicial, o el ejército, por el factor de las armas), como entidades a cargo del territorio donde funciona el capital transnacional y el liderazgo político que asume las responsabilidades del ejecutivo en el Estado, no siempre están en la misma sintonía.

Las zonas de clientela a veces no coinciden. Sin embargo el trasvasije de influencias en el nivel alto del poder es inevitable por el peso de la variable económica: el capital transnacional nivela a estos diferentes poderes y los uniformiza. Los pone a conversar en un mismo lenguaje.

Se compone una simbiosis en la cual se hace difícil distinguir lo que es el carácter del Estado con su centralidad y autoridad política y territorial, y lo que es el liderazgo político circunstancial y económico, que en la mayor parte de los casos es sostenido por el capital transnacional. Tampoco se puede distinguir qué poder representa a más cabalidad el capital transnacional. Para esta simbiosis no hay instituciones de control, o informes de corrupción provenientes de Transparency Internacional.

Bajo Sánchez de Lozada, Yacimientos Petroliferos Fiscales Bolivianos se refunda a través de tres consorcios semi privados: dos para exploración y producción y uno para transporte. El control mayoritario, incluyendo reservas e infraestructura por un valor de 11 mil millones de dólares, fue entregado a la British Petroleum y Enron a cambio de futuras inversiones. Evo Morales, desde que asumió ha intentado revertir esa situación con resultados mixtos. Pero igual ha marcado la diferencia y ahora las transnacionales deben operar a dos y más bandas para mantener su territorio.

Lo más notorio en esta nueva fase de vulnerabilidad del estado, donde resalta el ejemplo de Bolivia, es que tanto el estado, como los que disputan su control, son sostenidos por el capital transnacional. Léase por esto un vasto rango, que va desde la ayuda externa de las agencias internacionales y los países y las transacciones propias que las empresas multinacionales, que también están engarzadas en la ayuda externa de los países.

Como lo decía un informe del Institute for Policy Studies de Washigton, “Bolivia es un paraíso corporativo de las trasnacionales”. Pero internamente hay una disputa entre estado y agentes externos. En la medida de que los países menos desarrollados se deshacen de sus riquezas naturales, se van debilitando los ejes de sustentación de sus territorios. En consecuencia, los estados desnaturalizan (o pierden) su misión ordenadora y de control.

La naturaleza del poder internacional es una caja negra, y está resguardada por una elite. Tanto Evo Morales como Hugo Chávez han desordenado los accesos a esta caja negra. “Han abierto la cancha” como dice un cientista político, y los que forman y aspiran a formar esa elite, en una posición central o marginal se incomodan.